Frente común del diputado de ERC en el Congreso Gabriel Rufián con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, después de que el escritor Arturo Pérez-Reverte cargara el sábado contra el republicano soltando que "a Rufián le pegaban en el colegio o tenía miedo de que le pegaran" porque, de aquí, considera que "salen un montón de actuaciones y conductas posteriores".

El diputado de ERC ya le reprochó entonces que "hay que ser muy miserable para frivolizar así el bullying" e, incluso, se puso por el medio el también escritor Suso de Toro; pero no fue hasta anoche que la alcaldesa de la capital catalana se desahogó sobre esta cuestión en Twitter poniendo de relieve que, aunque en muchas ocasiones discrepa con Rufián, "en eso tiene todo mi apoyo" porque considera que Pérez-Reverte "tendría que pedir disculpas a las víctimas del bullying".

El escritor tardó poco más de media hora en responder a Colau y probó apartarla de la disputa con Rufián pidiéndole que "a mí no me utilice por sus basuritas político-folclóricas" porque, a opinión suya, "nadie le ha dado pandereta en esta fiesta", mientras aprovechó para exigirle que fuera "a hacer demagogia barata a otro lado".

Ante eso, Colau se mostró irónicamente confusa por su "agresividad" porque no entiende cómo un hombre culto como él no se siente interpelado por reflexiones como la que realizó el exdiputado de Podemos en el Congreso y abogado David Bravo, que criticó las palabras del escritor poniendo encima de la mesa que afirmando eso de Rufián evidencia que "asume un discurso cómplice con el matón".

Lo peor, sin embargo, todavía estaba por llegar. Viendo la respuesta de la alcaldesa de Barcelona, Pérez-Reverte, que hay que recordar que a principios de noviembre fue galardonado por el Ayuntamiento de la capital catalana con el Premio Internacional de Novela Histórica Barcino 2017, definió Colau como "una mujer inculta" que, además, considera que tiene "escasa comprensión audiovisual" y le pidió que "reserve sus demagogias cutres para Sálvame", donde reconoció que es bisexual y que tuvo una novia italiana.

La alcaldesa ya no respondió más a los insultos, sin embargo, es aquí justamente cuando Rufián ha entrado en el trapo ya esta mañana. "Arturo, se trata de acabar con el bullying, no de ir buscando nuevas víctimas. Cálmate un poco, machote", le ha pedido.

A partir de aquí (y de momento), no hay más respuestas ni de los políticos ni del escritor; todo es una cascada de reproches de los tuiteros hacia Pérez-Reverte. Eso sí, sin insultar y solo recordándole que "los catalanes hacemos cosas".