El discurso del rey Felipe VI de apertura de la XII legislatura española ha buscado ser un reflejo de los principales retos que asume España. Y entre ellos, se encuentra el auge del independentismo catalán. El monarca no ha hecho una referencia explícita en ningún momento, pero sí implícita sobre "la observancia de la ley y las decisiones de los Tribunales como una garantía democrática" en alusión a las instituciones catalanas y el pueblo de Catalunya. Así, Felipe VI reivindicó la Constitución española y el diálogo como fórmula para alcanzar un consenso, en forma de mensaje velado también para el Ejecutivo de Mariano Rajoy y el Congreso.

"España no puede negarse a sí misma tal y como es, no puede renunciar a su propio ser y no puede, al fin y al cabo, renunciar al patrimonio común construido por todos y desde el que debemos seguir edificando un futuro compartido", ha dicho el monarca desde la tribuna de la cámara baja española, acompañado por la reina Leticia y las infantas Leonor y Sofía. De entre los partidos a los que se dirigía la sentencia, estaba el PDECat, pero no ERC. Los republicanos catalanes decidieron -al igual EH Bildu- que no asistirían a la ceremonia, como tampoco lo habían hecho durante las rondas de consultas del Rey.

Pero más allá de ser un mensaje orientado a garantizar la Carta Magna, las palabras de Felipe VI responden al nuevo rumbo que quiere tomar en adelante la vida política e institucional española. El discurso se enmarca en el reconocimiento por parte del Estado del reto -"amenaza" o "desafío" para algunos- que el soberanismo constituye, ahora que el president Carles Puigdemont ondea la bandera del "o referéndum, o referéndum". Propio de este entramado es también la cartera de Administraciones Territoriales y la "carpeta catalana" de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría para exhibir un supuesto diálogo con la Generalitat.

Precisamente, fuentes parlamentarias insinuaron a El Nacional que el monarca podría desaprobar utilizar la justicia para hacer política. Esto, siempre desde sus subjetivas impresiones, y como consecuencia de las conversaciones mantenidas durante la ronda de contactos con Felipe VI. En ese sentido, fue el propio Rey quien sondeó las formaciones políticas -como se supo- sobre la posibilidad de una reforma constitucional, además de colocar a Catalunya como una prioridad dentro de la agenda. Así lo ha hecho el propio Rajoy, como había anunciado en su discurso de investidura para presidente.

La ingobernabilidad española

Así las cosas, no es sólo Catalunya lo que preocupa, sino también España. El monarca ha sido crítico con los meses de ingobernabilidad vivida y relató la crisis de representación política que afecta a los ciudadanos españoles. "La falta de gobierno creó desencanto entre los ciudadanos y preocupación en los aliados", advirtió Felipe VI sobre los desacuerdos de la cámara por la investidura. Por este motivo, el monarca ha agradecido sutilmente al PSOE y Ciudadanos -sin citarles- sobre "la generosidad" para que finalmente se hubiera salido de la situación "con diálogo".

Con el reto en España de aguantar la XII legislatura para los próximos cuatro años, el Rey tuvo palabras también de pasado y futuro. Ha recordado el "esfuerzo" de las generaciones de políticos anteriores en la construcción de la democracia en el Estado. Y sobre lo que está por venir, reiteró la necesidad de un entendimiento. "Es mucho lo que esperan los ciudadanos de las fuerzas políticas", advirtió. Para ello, el monarca ha instado a las fuerzas a un "diálogo y debate constructivo" y al presidente Rajoy le ha dedicado una felicitación y "muchos éxitos" en el ejercicio de su cargo.

Así, Felipe VI trata de tomar parte subrayando los retos que afectan a la población: la "lacra" de la corrupción, la "cohesión" social, dirigirse a las generaciones más jóvenes, o la "regeneración" de la vida pública. Sin embargo, Podemos, el PNV y el PDECat han decidido no aplaudir su discurso, ante las miradas de reprobación del PP. Éstos han exhibido el punto de máximo entendimiento hacia el PSOE, cuando el monarca ha hecho un recuerdo a las víctimas del terrorismo y la formación morada no aplaudió, como sí los dos principales partidos del Estado, además de los nacionalistas, el PDECat y C 's.