Tiendas cerradas a las ocho, jornadas laborales que acaban antes y avance de las horas de las comidas. Son tres ejemplos de los cambios diarios que introducirá la reforma horaria.

110 entidades y el Govern han firmado este lunes el Pacto para la Reforma Horaria, un acuerdo para impulsar los próximos siete años. Las propuestas de la reforma horaria se pueden resumir en cuatro puntos:

  1. Compactar la jornada laboral para salir antes del trabajo.
  2. Introducir horarios laborales más flexibles de entrada y salida.
  3. Avanzar las horas de las comidas, tanto de la comida como de la cena.
  4. Sincronizar los horarios de las empresas, instituciones y actores sociales y culturales.

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha defendido que en el momento actual, hay que ser ''soberanos'' con el tiempo y aprovechar la oportunidad "para administrarlo de una nueva manera". El Pacto ha encontrado el acuerdo de instituciones, patronales, sindicatos y otras entidades, pero no ha sido firmado por los grupos de la oposición que creen que los objetivos están ''lejos de las expectativas ciudadanas''.

Inconvenientes del modelo de horario actual

Uno de los principales inconvenientes del modelo horario actual es la dificultad por conciliar la vida laboral con la familiar. En España la jornada laboral se alarga siempre hasta las 19:00 o 20:00h, mientras que en muchos otros países de la Unión Europea se acaba en torno a las 17:00h. Es por eso que se propone comer a las 13:00h y salir del trabajo antes.

El objetivo es un cambio de hábitos progresivo, resultado de un acuerdo colectivo que se tiene que conseguir para todos los sectores de la sociedad. Por eso es necesario este pacto, que implica el ámbito de la educación, de los hospitales, de la función pública y un cambio, incluso, del prime time televisivo.

Además, las estadísticas también demuestran que el Estado español es de los estados de la Unión Europea donde se duerme menos horas y uno de los primeros en fracaso escolar, obesidad infantil, problemas de estrés y accidentes laborales y de tráfico. Eso se suma al hecho de que la mayoría de países europeos que trabajan menos horas son más productivos. Según datos de la conselleria de Treball, Afers Socials i Família, en España se trabajan 277 horas más que en otros países de la Unión Europea. Sin embargo, la productividad es muy inferior.

La Iniciativa para la Reforma Horaria toma como referencia la organización del tiempo de países líderes en producción y crecimiento económico, como Alemania o Bélgica. No obstante, sus impulsores afirman que el proyecto va más allá del simple cambio horario y la incidencia que pueda tener la luz solar sobre el cuerpo humano, sino que lo que realmente tenemos que modificar son las costumbres. Un claro ejemplo de eso es Francia, que a pesar de tener el mismo huso horario que el Estado español, sus costumbres y ritmos de vida favorecen que el cuerpo no sienta tanto el desajuste horario.

El fin del cambio de hora

En principio, el objetivo del cambio de hora que se realiza dos veces al año (marzo y octubre) en España es el de la reducción del consumo energético, haciendo coincidir las horas de luz con la jornada laboral. Sin embargo, esta modificación no debería llevarse a cabo si el país tuviera la hora que le corresponde según su situación geográfica.

Un modelo horario de origen fascista

En 1940, el dictador español Francisco Franco adoptó el huso horario con la voluntad de hacer coincidir la hora con todos los territorios conquistados por la Alemania nazi. La mayoría de países europeos afectados que abandonaron el horario que les correspondía, retornaron a su huso, pero España no lo hizo. Es por este motivo que actualmente, España tiene una hora de más que perjudica el aprovechamiento de las horas solares.

Desde hace más de una década, la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), lucha para que el Estado recupere el huso que le corresponde. Pero no fue hasta el 2014 que nació de la sociedad civil la Iniciativa para la Reforma Horaria, que además de tener la misma finalidad, quiere hacer también una reorganización del tiempo para mejorar todos los ámbitos de la vida: tanto el familiar, como el laboral.

De acuerdo con la idea de adaptar la hora española según la situación geográfica correspondiente, las Islas Canarias seguirían teniendo una hora menos, ya que su zona horaria está por delante de la de Inglaterra. En este sentido, si se quisiera cumplir con el criterio del cambio horario por razón de la ubicación, España quedaría inevitablemente dividido en diferentes franjas horarias.