El presidente Mariano Rajoy ha elevado el tono en relación con el conflicto soberanista, tras conocer los cambios producidos en el Govern durante las últimas horas. Rajoy ha aprovechado un acto de presentación del nuevo plan de carreteras en la Moncloa, acompañado de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, para contraponer la inversión millonaria con "lo que está pasando" en la Generalitat. "Lo que estamos haciendo hoy contrasta con lo que pasa en Catalunya. Hoy se purga a los dudosos, triunfando el radicalismo", ha sentenciado rodeado de un elenco de empresarios, atribuyendo dichos relevos a la CUP.

"Es una deriva autoritaria que rompe las leyes y las normas que nos hemos dado entre todos. Después de presionar a alcaldes y funcionarios, ahora lo hace con su propio partido", ha dicho al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en referencia al PDeCAT. "Es una ruptura del interés general. ¿Si eso hacen con ellos, qué no harán con los otros"? ha añadido en alusión a los consellers que han dejado al ejecutivo catalán. Finalmente, ha asegurado que los políticos catalanes estaban "ensimismados en sus propias rencillas", como insinuando que era una diferencia con su Gobierno.

Las palabras han cogido por sorpresa a algunos asistentes porque no se esperaba que un acto de Fomento, donde también estaba el ministro Íñigo de la Serna y el portavoz Íñigo Méndez de Vigo, Rajoy elevara el tono haciendo suyos los adjetivos utilizados por la prensa madrileña. Así y todo, ha recordado que el ejecutivo "estará donde tiene que estar", es decir, del lado de la Constitución, garantizando su cumplimiento a través de la Fiscalía, el Tribunal Constitucional y el Tribunal de Cuentas, medidas que se han dejado ver en las últimas semanas para evitar el referéndum.

El portavoz del ejecutivo Íñigo Méndez de Vigo ha añadido en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que las dimisiones en el Govern eran síntoma de un "agravamiento" interno de la crisis que estaría pasando. Es decir, que mantienen la teoría de Santamaría esta semana sobre que el ejecutivo catalán se "despeñará" por las fricciones internas. Fuentes de la Moncloa se reiteran en el mismo sentido y no consideran que la Generalitat salga reforzada con un ejecutivo más fiel, sino que la situación ha ocurrido es un "sálvese quién pueda".

Las mismas fuentes alaban la relación que mantenía la exconsellera de Ensenyament, Meritxell Ruiz, con el ministro de Educación, De Vigo. También lamentan que deje el Govern el exconseller de Interior, Jordi Jané, quien pasó por el Congreso como diputado hace unos años. "Decía cosas razonables, era un político muy válido", afirman en la Moncloa. En este sentido, piensan que los que se han quedado y las nuevas incorporaciones son "más radicales" y "con menos experiencia". "Preocupa la deriva unilateral cada vez más estrecha que todo está tomando", concluyen .

Tampoco esperan que cambie la tónica del Govern sobre "saltarse" las resoluciones judiciales dirigidas a detener el referéndum. Preguntado por El Nacional al respecto, De Vigo ha dicho que "ya lo vienen haciendo con el Consejo de Garantías Estatutarias, o con el Estatut". En el primer caso habla del dictamen contrario a la reforma de la ley del Parlament para aprobar leyes exprés. En el último caso, alude a la ley marco autonómica, que el ejecutivo central cree está siendo vulnerada mediante la ley que debe amparar el 1 de octubre –presentada, pero que todavía no se ha aprobado.

Dicen estar a la espera ahora de la compra de urnas para actuar vía Tribunal Constitucional o Fiscalía. "Esto es como cuando un amigo se mete en el desierto sin cantimplora. Sólo podemos avisarle", resumen al respecto.