"Estamos comprometidos con la organización del referéndum y lo haremos". Es el mensaje inequívoco que ha trasladado este domingo el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ante unos quince corresponsales y representantes de medios de comunicación extranjeros acreditados en Barcelona, en el habitual encuentro en el Palau de la Generalitat en motivo de la festividad de Sant Jordi.

La conversación se ha prolongado por espacio de unos 40 minutos y han participado unos quince periodistas, según han informado a El Nacional fuentes de los asistentes. A Puigdemont lo ha acompañado el conseller d'Afers Exteriors, Relacions Institucionals i Transparència, Raül Romeva.

El interés de los corresponsales ha girado sobre las dificultades logísticas y legales -por la negativa del Gobierno español- para llevar a cabo el referéndum y el hecho de que los extranjeros residentes en Catalunya no puedan pronunciarse.

Puigdemont ha restado importancia a los obstáculos, y ha señalado que si el Gobierno español aplica la llamada operación precinto, es decir, impide que se pueda votar en las escuelas, el Gobierno catalán habilitará otros puntos de votación.

También cree superables el president los problemas para financiar el coste del referéndum a pesar del recurso de inconstitucionalidad que pesa sobre las partidas del presupuesto de la Generalitat habilitadas para realizarlo, impugnadas por el Gobierno de Mariano Rajoy. En cuanto a los funcionarios, ha asegurado que no tienen que tener miedo de nada.

Negociar fecha, pregunta y mayoría

Puigdemont ha reiterado la propuesta del Govern de "negociar la fecha, la pregunta y la mayoría necesaria para poder validar la votación" con el Gobierno español. Y ha pronosticado que si se organiza bien, puede haber una participación del 70/75% del censo, como vaticinan las últimas encuestas conocidas.

También ha aclarado que, a diferencia de la pregunta de la consulta del 9-N, la papeleta tendrá sólo dos opciones de respuesta posibles. Los residentes extranjeros no podrán participar. Aunque Puigdemont ha expresado su deseo de que pudieran votar, ha remarcado que "no podemos cambiar las reglas del juego", porque se trata de que el resultado sea homologado según las normas internacionales.