La situación política en Catalunya y en el estado español, el proceso soberanista, la aplicación del artículo 155 de la Constitución a las instituciones catalanas, y las reacciones de las diferentes formaciones políticas ha provocado que la tensión se haya trasladado al entorno municipal. Y el principal perjudicado ha sido el PSC, que ha visto cómo era expulsado de algunos gobiernos locales o como sus socios lo dejaban solo y en minoría en otros ayuntamientos. En algún caso incluso ha sido el propio PSC quien ha tomado la iniciativa de romper los acuerdos. Pero en el fondo de todas estas decisiones de las últimas semanas han estado siempre las profundas diferencias en la interpretación de la realidad de la política catalana y estatal. Tarragona, Girona, Terrassa, Mataró, Sant Cugat i Tàrrega y Olot, están entre los ayuntamientos afectados. En las próximas horas se sabrá si Barcelona se suma a esta lista.

Seguramente la ruptura más simbólica es el que se podría producir en Barcelona, pero es una decisión que ahora mismo está en manos de los más de 9.500 inscritos de BComú, que están llamados a opinar al respecto desde el pasado jueves hasta hoy el sábado. Aunque el líder socialista en la ciudad, Jaume Collboni, ha rechazado abiertamente el 155, el aval general de los socialistas ha provocado que algunas voces del partido de Ada Colau apuesten por la ruptura. Otros, en cambio, recuerdan que el pacto dejaba fuera de la cuestión nacional. Esta división de opiniones ha llevado la formación a someter la decisión a votación de los suyos inscritos. Collboni ha reclamado a la alcaldesa que se moje y posicione claramente a favor del mantenimiento del pacto, pero los principales dirigentes han preferido no opinar para no influir en la votación. Colau tiene las presiones constantes, además, de los grupos independentistas en el consistorio, que incluso se han ofrecido para ayudarla en la gobernabilidad del día a día. Si se produjera la ruptura, BComú no se plantea establecer un nuevo acuerdo de gobierno con otro partido y se quedaría con once concejales de 41.

Ballart termina

En Terrassa, el alcalde Jordi Ballart anunció su baja del PSC y la renuncia al cargo. La decisión vino acompañada de la salida de cinco de los ocho concejales socialistas restantes, provocando una importante crisis de partido en la ciudad que puede acabar con la pérdida de la alcaldía. A falta que el PSC nombre los relevos, la confluencia Terrassa en Comú ya trabaja con un pacto de izquierdas para liderar el Ayuntamiento hasta a final de mandato. En Castellar del Vallès, el también alcalde socialista Ignasi Giménez también anunció la baja del partido pero en su caso se mantiene en el cargo.

En otras ciudades en torno a Barcelona se han producido situaciones de inestabilidad. En Sant Cugat del Vallès, PDeCAT y PSC han roto "de mutuo acuerdo", manteniendo Mercè Conesa la mayoría de gobierno. En Mataró el grupo de CiU se ha marchado del gobierno municipal, dejando el PSC en una minoría muy escasa al plenario. En Vilanova i la Geltrú la situación es incierta y el PDeCAT está evaluando la idoneidad de seguir gobernando de la mano del PSC. En otros Ayuntamiento los alcaldes de Molins de Rei (PDeCAT), Argentona (CUP) o Arenys de Munt (ERC) han decidido prescindir del PSC como socio de gobierno y ha expulsado el suyos concejales.

El PSC, expulsado en el Bages y Osona

En la Catalunya central, el consistorio de Manlleu, gobernado hasta ahora con un pacto entre ERC y el PSC, ha sufrido otra ruptura de gobierno a iniciativa de los republicanos aunque la escisión suponía perder la mayoría al pleno. Por otra parte, los consejos comarcales del Bages y Osona también han vivido episodios similares. En el caso del Bages, ERC decidió romper el pacto de gobierno que tenía con el PSC y ahora gobiernan en minoría a los once consejeros de los republicanos y uno de ICV. En el caso del Consejo Comarcal de Osona, ERC, el PDeCAT e Independientes de Osona (IDO) también han decidido romper el pacto que tenían con el PSC.

En Sant Hipòlit de Voltregà (Osona), los grupos municipales del PDeCAT y Som Voltregà –candidatura vinculada a ERC- han presentado una moción de censura contra el alcalde socialista, Xavier Vilamala. La moción se ha aprobado este miércoles 8 de noviembre e Hipòlit Serra (Somos Voltregà) se ha convertido en el nuevo alcalde de la ciudad. Hasta ahora gobernaba al PSC con Som Voltregà.

Algunos pactos tocados en el Campo de Tarragona, a pesar de que la mayoría se mantienen

En Tarragona ciudad, el 1-O también precipitó la salida del gobierno municipal del concejal Josep Maria Prats, de Unidos para Avanzar y ex Unió Democràtica de Catalunya. Con eso, el PSC perdió la mayoría absoluta y su gobierno -formado por PSC y PP- suma ahora 14 de los 27 concejales. En Altafulla (Tarragonès), el 9 de octubre el PDeCAT salió del gobierno municipal por "dignidad" a raíz de las desavenencias para el 1-O con el alcalde, Fèlix Alonso, de Alternativa Altafulla y diputado por En Comú Podem.

En la mayoría de poblaciones tarraconenses, sin embargo, se mantienen pactos con los socialistas. Es el caso de municipios como Cambrils, Salou, Torredembarra o la Selva del Camp. Con todo, en estos ayuntamientos los socios de gobierno han expresado la voluntad de mantener la alianza y seguir con el acuerdo alcanzado al inicio de legislatura. En el Vendrell el PSC, el PDeCAT y un concejal no adscrito exmiembro de ERC también mantienen el pacto. Finalmente, hay buena armonía a la Diputación de Tarragona -donde hay pacto del PDeCAT y PSC- y a los consejos comarcales con presencia de socialistas en el gobierno.

Tres acuerdos rotos en el Ebro

La situación política en Catalunya ha provocado la ruptura de tres pactos de gobierno del PSC en las Tierras del Ebro, los tres con ERC. Los republicanos han dado por acabados los acuerdos con los socialistas a los Consejos Comarcales del Montsià y del Baix Ebre y al Ayuntamiento de Móra la Nova (Ribera de Ebro). En el consejo del Montsià, el grupo de Esquerra atribuyó la decisión a reiteradas "deslealtades" del actual presidente, el socialista Francesc Miró. En Móra la Nova, las bases de ERC presionaron para que los concejales renunciaran al acuerdo para|por la laxa oposición y crítica del PSOE y el PSC a las cargas policiales del 1-O. Finalmente, después del encarcelamiento de algunos consellers destituidos del Govern, el pacto entre PSC y ERC también ha saltado por los aires. En los tres casos, sin los pactos, los PSC gobierna en minoría.

El último pacto que se ha roto es el de Sant Carles de la Ràpita, en el Montsià, este mismo jueves. El equipo de gobierno ha expulsado a la única concejala socialista que formaba parte.

El PDeCAT, en Tàrrega, y ERC, en Balaguer, rompen los pactos con el PSC

La crisis política ha llevado a la ruptura de dos pactos de gobierno con el PSC en dos capitales de comarca de la demarcación de Lleida. La primera ruptura fue el 12 de junio en el Ayuntamiento de Tàrrega cuando el PDeCAT rompió el acuerdo con el PSC. El equipo de gobierno de la capital del Urgell se quedó con minoría pero no por muchos días, ya que al 22 de junio formalizaron un acuerdo con ERC. La otra ruptura municipal con el PSC ha sido esta semana en Balaguer, donde ERC ha decidido liquidar el acuerdo que tenía con los socialistas. ERC tendrá que gobernar con minoría y buscar acuerdos con las otras fuerzas soberanistas presentes en el consistorio, el PDeCAT y la CUP. Los republicanos mantienen, sin embargo, el pacto con la formación independiente Balaguer Ara sí, que tiene un concejal.

Las alcaldías del PSC a las comarcas de Lleida también se han visto sacudidas por|para la crisis política y si bien hay casos como los alcaldes de Les (Unidad de Arán) o la Torre de Capdella que decidieron colaborar abiertamente con la cesión de locales para el referéndum del 1-O, el alcalde de Gimenells i el Pla de la Font, Dante Pérez, ha anunciado que se da de baja del partido porque se ha decidido fichar al exlíder de Unión, Ramon Espadaler, como número 3 a la lista del 21-D.

Cambios en las principales ciudades gerundenses

La actual situación política ha pasado factura al PSC en tres grandes ciudades de las comarcas gerundenses. En Girona y en Olot, los pactos de gobierno con los socialistas se han roto y el PSC ha pasado a la oposición. En el consistorio de la capital de la demarcación, el grupo de CiU y el del PSC decidieron de mutuo acuerdo poner fin al acuerdo por las discrepancias que podrían surgir el mismo día que el Parlamento de Catalunya declaró la independencia. En Olot, el pacto de gobierno ha durado dos semanas más, pero este pasado jueves se ha acabado rompiendo después de estar en la cuerda floja. El PDeCAT y Demócratas han decidido acabar con la alianza por "la situación excepcional" que vive Catalunya y la "incomodidad" que les generaba la actitud del PSC "a nivel catalán y español".

Otro foco está en Blanes (Selva), donde la continuidad del alcalde, Miquel Lupiáñez, ha dejado la alcaldía y ha roto el carnet este mismo sábado por la mañana. Ahora, los socialistas gobiernan después de que el PDeCAT y ERC abandonaran la coalición a principios de octubre.

Este 2017, además, el PSC también ha dejado de gobernar en otros consistorios gerundenses. En Figueres, el PDeCAT expulsó a los concejales socialistas a finales de enero alegando desavenencias en el presupuesto. Y en Palafrugell (Baix Empordà), una moción de censura entre ERC y el PDeCAT desbancó a Juli Fernández de la alcaldía en el mes de mayo.

En cambio, la situación política, de momento, no ha pasado factura al PSC en otros ayuntamientos y administraciones. En Lloret de Mar (Selva), el PDeCAT mantiene el pacto con los republicanos y socialistas. El PSC también continúa en el gobierno de municipios como la Jonquera y Llançà (Alt Empordà). Por último, en el Consejo Comarcal del Alt Empordà, PDeCAT y el PSC ya han dicho que no piensan romper la coalición (un acuerdo que se mantiene vigente desde hace casi quince años).