La Plataforma per la Llengua pide a la compañía Vueling que abra un expediente y estudie "a fondo" por qué una azafata y un comandante de uno de sus vuelos, junto con dos agentes de la Guardia Civil, obligaron el sábado pasado por la tarde en el aeropuerto del Prat a dos pasajeras a abandonar un avión porque se habían dirigido en catalán a la azafata.

Una de las afectadas, Margarita Camps, se ha dirigido a la plataforma para explicar y denunciar su caso como una "vulneración de sus derechos lingüísticos". Según ha explicado Margarita Camps, el sábado tenía previsto volar de Barcelona a Maó con Vueling y, una vez ya se había sentado, bajo su asiento tenía un cuadro que transportaba y la azafata le pidió, en castellano, que lo tenía que colocar en los espacios de sobre el asiento. Camps le dijo que no había ningún problema y que lo haría enseguida. En aquel momento, la azafata le dijo: "Usted a mí me tiene que hablar en español. ¿O es que no lo habla?".

Camps respondió con uno "no", y en aquel momento otra pasajera intervino y dijo a la azafata que "Usted a esta persona le ha faltado al respecto". Más tarde otra azafata se acercó a Camps y le dijo que el comandante quería hablar con ella. Así, el comandante, que estaba acompañado de dos guardias civiles, dijo a las dos clientes: "Ustedes le han faltado en el respeto a esta señorita y hoy no vuelan". Las dos se quejaron e incluso se ofrecieron a pedirle disculpas pero el comandante las cortó: "Ustedes no tienen nada que decir. Salgan ahora mismo".

Además, según apunta la Plataforma per la Llengua, los guardias civiles las acompañaron fuera y uno de ellos los tomó el DNI para anotar los datos, sin darles ninguna explicación, "hecho que puede suponer una nueva vulneración de derechos". Finalmente, en el mostrador de Vueling, les dijeron que tenían instrucciones de no venderles ningún vuelo.

Después de conocer esta versión, y de haber hablado con la empresa para conocer la suya, la Plataforma per la Llengua ha concluido que este caso es "una clara vulneración de los derechos lingüísticos" de estas dos pasajeras y que se las discriminó y expulsó "por razón de lengua", hecho que supondría una "ilegalidad", según la entidad. Paralelamente, para evitar más situaciones de este tipo, la plataforma ha puesto sobre la mesa varias propuestas de trabajo que permita a Vueling mejorar su gestión lingüística y espera que alguna de estas iniciativas se puedan poner en marcha "antes de acabar el año".

La Plataforma per la Llengua también considera que la gravedad de los hechos podría ir más allá y constituir un delito de odio, "ya que se habría agredido y excluido a dos personas simplemente por la lengua que hablaban". La entidad recuerda que este no es un caso aislado a Vueling en los últimos años.

En este sentido, la entidad recuerda que en el 2016 un pasajero fue obligado a hablar en castellano a una azafata para poder acceder al lavabo del avión. Precisamente, los últimos casos registrados —cuatro en un año y medio— se han producido en vuelos entre Barcelona y las Balears, dos territorios de habla catalana y donde, por lo tanto, según subraya la entidad, la tripulación de los vuelos "tendría que estar preparada para, al menos, poder entender la lengua propia".