Después de la tormenta mediática provocada por la afirmación del president, Carles Puigdemont, que no será cabeza de lista en los próximos comicios al Parlament, el PDeCAT se conjuró ayer para evitar abordar el debate sobre el candidato hasta que llegue el momento adecuado y a concentrar los esfuerzos en sacar adelante el referéndum. Así se acordó en el comité nacional del partido y así emplazó públicamente la coordinadora nacional, Marta Pascal, aunque hace semanas que el nombre del próximo presidenciable provoca todo tipo de especulaciones en los pasillos de la formación demócrata.

De hecho, la reunión del comité federal se celebraba tres días después de que Puigdemont asegurara en declaraciones a la SER que el próximo año no será president y la misma mañana que la consellera de Presidència, Neus Munté, admitía a preguntas de Els Matins de TV3 que el presidente del partido, Artur Mas, sería un buen candidato.

En este contexto, el comité nacional –que, como recordó Pascal, es sólo un órgano de deliberación política– celebró el primer encuentro del año. La coordinadora general y el presidente del partido hicieron un repaso de la situación de la formación demócrata y los retos políticos. Mas, también, salió al paso de los titulares que a aquella misma hora estaba generando la entrevista de Munté y dejó claro que no tiene interés en ser candidato. Munté, que es uno de los nombres que se apuntan como presidenciables, no dijo nada.

Puigdemont, sorprendido por el dramatismo

Acto seguido fue Puigdemont quien tomó la palabra para explicar sus declaraciones, incluso, mostrándose consternado por el alboroto provocado por sus palabras en la SER cuando, en realidad, no hizo más que repetir lo que ya había asegurado una y otra vez desde el mes de enero al aceptar asumir el reto de tomar el relevo a Mas. "Me he quedado perplejo por el dramatismo", habría llegado a asegurar.

De hecho, todo el mundo es consciente que los últimos meses no se ha hecho una buena gestión de este debate. A pesar de todo, alguna de las intervenciones incluso apuntaron a la necesidad de intentar positivizar la situación. Desde el exconseller Francesc Homs que recordó que hace un año tampoco nadie contaba con Puigdemont como líder de la formación y por lo tanto el PDeCAT tendría que ser capaz de impulsar otro vez un nombre alternativo, hasta la comentada intervención del conseller de Cultura, Santi Vila, que subrayó la confianza que hay que tener en una buena camada, con cachorros y lobeznos, conscientes de que tienen pedigree.

Algunos de los presentes como la presidenta de la Diputación de Barcelona y presidenta del consell nacional del partido, Mercè Conesa, agradeció la claridad con la que se expuso la situación, mientras el responsable del grupo parlamentario de JxSí, Jordi Turull, se encargó de repasar la situación en la Cámara catalana.

No hubo muchas intervenciones pero sí una clara voluntad de tratar de cerrar filas, según los asistentes consultados. "Hoy lo importante es el referéndum, referéndum y referéndum", aseguraba uno de los miembros del comité ejecutivo subrayando que después de emplear tantos esfuerzos y cinco imputados para sacar adelante el procés, ahora el objetivo es hacerlo posible.

De hecho, entre los elementos positivos que se señalaban en el hecho de que Puigdemont no aspire a encabezar la lista de Barcelona es que eso le permite impulsar la hoja de ruta sin el temor a posibles inhabilitaciones.

A pesar de las buenas intenciones expresadas dentro de la sala del comité nacional, el debate sobre el cabeza de lista y las especulaciones sobre los nombres que tendrían que ocupar esta responsabilidad ha provocado un evidente descontento en un partido que todavía no ha acabado de cerrar las heridas provocadas por el último debate precongresual. La agenda política, con un complejo debate de presupuestos, y un apretado calendario judicial, que empieza en febrero y que será previo a la convocatoria del referéndum, tendría que actuar como aglutinador, a opinión de dirigentes de la formación.