Marta Pascal (Vic, 1983) es la coordinadora general del Partit Demòcrata Europeu de Catalunya (PDeCAT), la formación heredera de Convergència. Sin negar de dónde vienen -reivindica el "mejor legado" político de CDC y de CiU-, Pascal mira en todo momento hacia dónde van: primero, el referéndum, después las constituyentes, siempre que se hagan las cosas bien, argumenta. ¿El pasado? En pleno juicio del caso Palau, y con la amenaza del acusado Jordi Montull -a la que se podría sumar la de Fèlix Millet- de implicar a CDC en el espolio, Pascal traza una línea muy clara: "El Partit Demòcrata no tiene un problema con el 3%", dice en esta entrevista con El Nacional.

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¿Este año se acaba el procés?

Hombre, la hoja de ruta dice que este año 2017 es el año. Tenemos una fecha muy clara: que como máximo en septiembre de 2017 se tiene que haber realizado el referéndum y trabajamos en esta dirección. Es positivo que un procés como éste tenga un punto de inicio y un punto final. Se nos hizo un encargo muy claro, y dilatarlo en el tiempo tampoco tendría sentido.

¿Y cómo se acaba, el procés?

Home, se acabará bien, se acabará bien. Tenemos que hacer un referéndum y lo tenemos que ganar. Hay mucha gente, no sé si muy obsesionada, o que insiste mucho en el cómo lo haremos, de qué manera, etc, etc... El Govern, el vicepresident Junqueras concretamente, que es quien tiene el encargo de hacerlo junto con el conseller Romeva, tienen que ser los que tienen que disponer el cómo, la logística del referéndum. Y los partidos nos tenemos que dedicar a dar muchos argumentos para que el 'sí', que es lo que defendemos desde el Partit Demòcrata, gane. Y una vez tengamos el mandato, nos tenemos que sentar en la mesa de igual a igual con el Estado español y negociar lo que haga falta en términos de configuración del nuevo Estado.

En casos como el de Catalunya, la vía escocesa o la quebequesa es la mejor

Ahora lo que hay planteado es lo que el presidente Puigdemont llama referéndum o referéndum: negociado con Madrid, o no negociado con Madrid.

Nunca nos hemos levantado de la mesa. En casos como el de Catalunya, la vía escocesa, la vía quebequesa, es la mejor. El gobierno federal canadiense y el québécois, o el británico y el señor Salmond, los escoceses, se sentaron en una mesa y decidieron y negociaron las condiciones del referéndum, de la pregunta, cumpliendo con unos estándares normales, que son los que están fijados a nivel internacional, se fijó una fecha, se hizo un referéndum y se obedeció la respuesta.

Que fue negativa...

En ambos casos les faltó base social (a los independentistas). Pero estos dos referéndums están situados todavía en el imaginario colectivo en el sentido de que se tienen que poder volver a celebrar y ganar. Lo deseable en Catalunya sería que la vía escocesa fuera entendida de forma clara. Por nuestra parte hemos demostrado clarísimamente que ésta es la voluntad que tenemos y lo extraño es que al otro lado no haya nadie. En términos democráticos cuesta mucho entender cómo ante un procés como el que estamos viviendo en Catalunya la respuesta sea sólo de tribunales.

Hoy por hoy, parece que el futuro más inmediato que tiene el procés al no haber acuerdo con Madrid, es ese: los tribunales.

Eso, más que interpelar a los independentistas interpela a los demócratas, a los catalanes y a los españoles, y también a nivel internacional. Tenemos que perseverar, seguir insistiendo en esta línea sabiendo que el pasado 27 de septiembre la gente nos hizo un encargo muy claro: que lleváramos este país a las puertas de la consecución del nuevo Estado. Es razonable que la gente lo plantee y la obligación de quien ahora mismo tenemos el deber de hacer política es plantearlo. Es lo que el president Puigdemont dice, con otras palabras, "de la ley a la ley".

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El 9-N demostró que el referéndum se tiene que poder celebrar, pero es fundamental hacerlo bien

¿Si usted fuera presidenta de la Generalitat lo convocaría, este referéndum?

Es evidente que si el compromiso es hacerlo, toda persona que fuera presidenta o presidente de la Generalitat lo haría. Logísticamente se demostró el 9 de noviembre que la Generalitat tiene capacidad de llegar a todos los pueblos y ciudades de este país para poner una urna y que la gente vote y se exprese. Y, por lo tanto, se tiene que poder hacer. Pero se tiene que hacer bien. Es fundamental. Hacer las cosas bien hechas y cumpliendo con los estándares internacionales es clave y estamos en disposición de hacerlo. Por lo tanto, no nos dejemos distraer por parte de los que siempre tienen mucha prisa o todo el día hablan de si haremos esto o haremos aquello. No nos distraigamos: el Govern tiene capacidad de hacerlo, que se dedique a la logística del referéndum, que negocie hasta el final, que intente el pacto hasta el final, y los partidos a convencer, a dar argumentos por el 'sí' y a patearse calle.

El Consell de Garanties Estatutàries acaba de decidir que los presupuestos no se han hecho bien, por lo que respecta a la disposición adicional sobre el referéndum...

Con el dictamen del Consell de Garanties Estatutàries hay margen para hacer el referéndum y a la vez para hacerlo respetando la ley. Lo haremos porque lo haremos bien hecho.

Con el dictamen del Consell de Garanties hay margen para hacer el referéndum respetando la ley

¿Qué quiere decir referéndum vinculante? ¿Qué diferencia hay con la consulta del 9-N?

Durante un tiempo en este país hubo un debate de si el referéndum tenía que ser unilateral o no. Y desde el Partit Demòcrata dijimos que no, que lo relevante es que sea vinculante. ¿Qué quiere decir esto? Que la respuesta que la gente dé tiene que tener un efecto. Recibiremos un mandato, y se tiene que llevar a cabo. El 9-N era un proceso participativo, se trataba de conocer una opinión. El referéndum es: conocer una opinión e implementarla. Cuando se hace el Brexit hay una petición de los ciudadanos británicos para que el Reino Unido salga de la Unión Europea y un gobierno, que no es el del señor Cameron sino el de la señora May, que toma el resultado e implementa todo lo que haga falta para salir de la Unión. Si en Escocia se hubiera ganado el referéndum, el señor Salmond estaba obligado a sentarse en una mesa con el señor Cameron para negociar los términos de la salida, y, en paralelo empezar un proceso constituyente para configurar el nuevo Estado.

Usted habla de dos procesos aceptados por la contraparte, el gobierno de Londres y Bruselas, que se han hecho dentro de la legalidad existente.

Las leyes se pueden cambiar. Que la Constitución española, según el Partido Popular, no permita la celebración de un referéndum es un elemento coyuntural, porque las constituciones y las leyes pueden cambiar. Tampoco las mujeres podían votar por ley. La historia de la humanidad ha ido cambiando con marcos legales que han ido evolucionando de acuerdo con las necesidades de la sociedad. Las leyes tienen que posibilitar el desarrollo humano, no bloquearlo.

El Estado español ha desconectado de los ciudadanos catalanes

Sí, pero de aquí a junio, que es cuando el Govern podría convocar el referéndum, seguro que no se habrá cambiado la Constitución española...

Tenemos margen hasta septiembre. Si hay voluntad política las cosas se pueden hacer. Si el Gobierno español se escuda en un marco legal y utiliza los tribunales, nuestra respuesta tiene que ser: sentados en la mesa, diálogo hasta el final, franco y sincero. El president Puigdemont, cuando fue a Madrid este otoño, dijo que estaba dispuesto a hablar de todo, pero también que en democracia el voto está por encima de todo. Me gustaría que el Gobierno español reflexionara al respecto. Lo que no haremos como país es dar pasos atrás. Creo que el 27 de septiembre y los últimos 5 años han demostrado que el Estado español ha desconectado de los ciudadanos catalanes. Es evidente. España ha decidido que no quiere hacer de Estado de los catalanes.

¿Es España quien ha desconectado de Catalunya?

Clarísimamente. Y eso tiene consecuencias. En el momento en que todas las respuestas que llegan son o de laminación competencial, o de menosprecio institucional, de falta de inversiones, de falta de voluntad de acuerdo con las instituciones... El otro día, Soraya Sáenz de Santamaría decía: 'No, es que ahora el Govern [de la Generalitat] no es interlocutor...'

¿Usted ha dialogado con la vicepresidenta del Gobierno español, en el despacho que ha abierto en Barcelona para impulsar la llamada Operación Diálogo?

Pues, no, no he tenido la oportunidad. Y mira que yo siempre he dicho que estoy dispuesta a hablar con todo el mundo... pero no, no ha sido el caso. Pero bien, en eso estamos. Y dispuestos a sacar adelante este mandato, insisto, haciendo las cosas muy bien hechas, entendiendo cuál es el latido de la sociedad catalana. Más de un 80% de este país quiere decidir su futuro político. Y el Partit Demòcrata lo que hace es remar y sumar para que el referéndum se celebre y se gane.

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El Partit Demòcrata lo que hace es remar y sumar para que el referéndum se gane

¿Usted sabía que el president Puigdemont se iba a reunir el 11 de enero con el presidente Rajoy en la Moncloa?

Ninguna de las dos partes ha sido tajante con respecto a las reuniones. Yo, la agenda privada del president no la comento.

¿El president Puigdemont le ha comentado o ha comentado a la dirección del PDeCAT cómo fue el encuentro?

Hay un diálogo constante entre el president Puigdemont y la ejecutiva y el partido.

Hace falta que el señor Rajoy ponga una fecha pública de encuentro con Puigdemont

¿Usted la habría hecho pública esa reunión?

La agenda discreta del señor Rajoy y el señor Puigdemont es su agenda. Lo que creo necesario es que el señor Rajoy ponga una fecha pública de encuentro en que este diálogo en el que dice que tanto cree sea palpable.

Una vez se aprueben las leyes o la ley de desconexión, todo indica que antes del verano, se da por descontado que el Gobierno del Estado las recurrirá y el TC las suspenderá, etc. ¿En este escenario, cree que también se tiene que convocar el referéndum?

Tenemos el mandato de hacer el referéndum. Lo tenemos. Pero si yo ahora respondo a todas estas hipótesis que usted me plantea, me hará ser cómplice de una cosa que yo creo que ha hecho mucho daño: el procesismo. O sea, el estar todo el día pendientes de cómo lo hacemos, de si nos hacen o si no nos hacen, y poco pendientes de lo que es relevante: hacer campaña para ganar el referéndum. Y acción política, con argumentos firmes, para poder decirles a los que no están convencidos: 'Oye, seguro que si no tenemos un Estado es muy difícil mejorar la vida de nuestros ciudadanos'. Por eso, cuando a mí se me pregunta a veces por los indecisos, digo que el Partit Demòcrata es el gran partido de los indecisos, claro que sí. Sólo desde el centro político que nosotros podemos representar, desde un espectro ideológico más amplio, de un partido más permeable en sus costuras ideológicas, podemos convencer a quien todavía tiene dudas sobre la necesidad o no de que tengamos un Estado. ¿El cómo y de qué manera? El vicepresident es el encargado de la logística y el Govern está en la línea de hacer posible el mandato.

El Partit Demòcrata es el gran partido de los indecisos. Sólo desde el centro podemos convencer a quien todavía tiene dudas

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Permítame hacerle una pregunta 'procesista'...

[Ríe]

… ¿qué tendría que pasar para que retrocedieran? ¿Para que no convocaran el referéndum?

De la manera como están las cosas, el país no se puede permitir ningún paso atrás. Los mandatos están claros. La voluntad de decidir está clara. Y tenemos que ver entre todos cuál es la gestión de los momentos y los tiempos en función de las respuestas. Pero cuando lleguemos, llegaremos.

De la manera como están las cosas, el país no se puede permitir ningún paso atrás

La CUP habla de ejercer la desobediencia en una situación de "legalidad intervenida", de un marco legal catalán suspendido por el Estado. ¿Usted es partidaria?

Yo de lo que soy partidaria es de dar viabilidad al deseo expresado por los ciudadanos. Me gusta mirar las cosas en positivo y en contexto de suma, y no de ruptura. Diría que eso es de talante y es una de las señas de identidad de este Partit Demòcrata. Más que hablar de desobediencia me gusta hablar de dar cumplimiento a los mandatos que nos ha dado la gente, de los encargos que se nos han hecho. La política tiene la obligación de hacerlo posible. Y queremos ser parte de la solución, nunca parte del problema. El planteamiento de la CUP no es el mío.

Si tuviera que puntuar del 0 al 10 la refundación de CDC...

Yo lo que querría es puntuar al Partit Demòcrata.

...bien, pues el proceso por el cual ha emergido el Partido Demócrata…

Sí, creo que hemos completado la primera fase de despliegue con éxito. Me molesta poner un número porque aquí hay mucha gente que a cambio de nada se está dejando las horas con mucha ilusión, con muchas ganas de hacer las cosas bien hechas. Por ejemplo, en todo lo que es la implantación territorial: tenemos más de 400 agrupaciones locales, todas las agrupaciones comarcales, se ha puesto en marcha todo el ámbito sectorial, de discurso propio. Todo eso tiene una gran dificultad porque no se trata sólo del despliegue orgánico como tal sino de todos los valores que se asocian a nuestro proyecto. Y creo que por el talante que tenemos nunca estaremos lo bastante contentos y lo bastante satisfechos. Yo estoy contenta de cómo hemos hecho las cosas. Creo que tenemos una expectativa por delante y un futuro interesante. Sin embargo, evidentemente, tenemos mucho por hacer.

Hemos empezado la entrevista hablando de tribunales en relación con el procés. Ahora volvemos pero por otra cuestión. ¿Qué le sugieren los apellidos Millet y Montull?

Son unas personas que ahora mismo están sentadas en el banquillo de los acusados, a las que se acusa de unos delitos muy graves. Por lo tanto, que sea la Justicia quien, de forma muy rigurosa, eso sí que lo pido, para todo el mundo, diga lo que tenga que decir en estos casos concretos.

Le puedo garantizar que el Partit Demòcrata, que es a quien yo represento, no tiene ningún problema con el 3%

¿Convergència tuvo un problema que se llamaba 3%?

Lo que le puedo garantizar es que el Partit Demòcrata, que es a quien yo represento, el partido cuyos asociados me dieron su confianza para liderarlo desde el punto de vista ejecutivo, no tiene ningún problema con el 3%. Nosotros somos gente honesta, que estamos haciendo las cosas bien hechas, que estamos desplegando la estructura de un partido sostenible en términos internos, también de su financiación, de su acción política. La corrupción me da asco. Y no toleramos ni toleraremos en ningún caso que cualquier persona que tuviera la voluntad de flirtear con cualquier tema relacionado con corrupción quepa aquí. En eso seremos tajantes, porque es nuestro talante. Se tiene que entender que dejemos de creer en las casualidades en unos momentos en que está claro que las cloacas del Estado funcionan y que se han conocido ministros que 'afinan' y diputadas que en algún momento han aceptado grabaciones [alude a Jorge Fernández y Alicia Sánchez-Camacho y la Operación Catalunya]. En todo caso, lo que haré es comentar sentencias firmes, no rumores, y estoy convencida de que debemos poder exigir una Justicia ágil y rigurosa e igual para todos los ciudadanos.

El señor Montull ha declarado que esta semana que viene será especialmente "divertida". Parece ser que ha llegado a un pacto con la Fiscalía para implicar a CDC con comisiones del espolio del Palau de la Música. Y parece ser que el señor Millet también se sumará... ¿Cómo lo afrontaran?

Usted mismo lo dice: 'parece ser'. Todo eso forma parte de una rumorología. Este es un juicio que se prevé largo. Yo lo que quiero es hablar en nombre del Partit Demòcrata. Y en este sentido no me siento interpelada en ningún caso por todo lo que se pueda derivar de este caso. Y en el momento en que haya una sentencia evidentemente que la comentaremos como actores políticos que somos de este país.

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En nombre del Partit Demòcrata no me siento interpelada por todo lo que se pueda derivar del caso Palau

¿No teme que estas sombras del pasado puedan repercutir en el proyecto actual del PdeCAt?

No, porque estoy muy convencida de que lo que estamos haciendo lo estamos haciendo muy bien hecho. El hecho de que tanta gente se haya ilusionado con el proceso que supone la fundación de un nuevo partido, el Partit Demòcrata, un partido de centro, amplio, soberanista, convencido de que puede conectar bien con los sectores más creativos de la sociedad catalana, sólo puede tener un origen, que es el basado en la ética y en la honestidad. Y como estoy muy convencida de que éste es un elemento muy fundamental de nuestro país, me preocupa muy poco que alguien se pudiera llegar a imaginar que puede vincular cosas con las que no hay vínculo posible.

Antes le he preguntado por los apellidos Millet y Montull. Ahora le pregunto por el apellido Pujol. ¿Qué le sugiere?

En eso siempre explico y reexplico que yo no lo voté, por una cuestión de edad y, por lo tanto, eso me permite tener una distancia para poder analizar bien este tema. Del Pujol político me siento deudora, desde el punto de vista del legado. Del legado que tuvo tanto con Convergència Democràtica como con Convergència i Unió y, por lo tanto, de su obra de gobierno, y de sus consellers. Estoy muy convencida de que este país no se entiende sin su huella. Tampoco sin la del president Maragall, el president Montilla... pero evidentemente alguien que ha sido president 23 años y con todo lo que ha hecho, permite entender un poco mejor la fisonomía del país. Ahora bien: con toda la intensidad también le digo que si el Pujol ciudadano, como tal, tiene algo que dirimir con la Justicia es el Pujol ciudadano quien tendrá que hacerlo. Sólo pido para él, igual que para todo el mundo, que la Justicia sea rigurosa y haga su trabajo y lo haga con celeridad, si puede ser.