500.000 firmas a favor del referéndum. Este es el hito conseguido con el trabajo del Pacte Nacional pel Referèndum durante poco más de dos meses. Su portavoz, Joan Ignasi Elena, ha hecho pública la cifra final del recuento en un acto central que ha llenado el Palau de Congressos de Catalunya este viernes por la tarde.

Con la cita de hoy, la agrupación de entidades soberanistas ha querido trasladar todos estos apoyos al gobierno de la Generalitat y a su presidente para que gestionen "este enorme patrimonio". De hecho, Carles Puigdemont tiene previsto desplazarse el próximo lunes a Madrid, acompañado de representantes del Pacte i del Govern, para hacer una última propuesta de pacto al Estado con la fuerza de este más de medio millón de apoyos.

De cara a esta cita, el portavoz del Pacte ha exigido al gobierno español que "se saque la venda del ojos", ya que eso no hace que la realidad cambie, y ha pedido diálogo asegurando que ellos estarán al otro lado siempre que las propuestas "sean sinceras".

Elena ha recomendado "preservar, mimar y hacer uso" de las firmas a favor del referéndum que demuestran un "anhelo colectivo con vocación unitaria" para el derecho a la autodeterminación de Catalunya.

La fila cero del acto ha contado con la presencia del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el vicepresidente, Oriol Junqueras, la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, el alcalde accidental de Barcelona, Gerardo Pisarello, y el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, entre otros.

Aparte de las autoridades, unas 2.000 personas han llenado el auditorio con pancartas de colores con frases como "Porque es mi derecho" o "porque soy demócrata" -en catalán, castellano e inglés-, que levantaban en los momentos más reivindicativos del acto.

El futuro del Pacte

De cara al futuro, el portavoz de la entidad ha adelantado que el pacto "tiene que decidir su continuidad", cosa que cree totalmente necesaria. Elena ha dejado la puerta abierta a concretar los siguientes pasos después de haber acabado la recogida de firmas, aunque ha reivindicado la entidad como un "instrumento potente del soberanismo" que se tiene que proteger ante las "legítimas y naturales" diferencias.

Como balance general, Elena se ha mostrado satisfecho del trabajo hecho. "Volvemos más felices y más llenos a nuestras entidades" ha celebrado, a la vez que se ha mostrado dispuesto a "mantener el compromiso" desde una posición más anónima.