The New York Times entra hoy fuerte en el conflicto catalán con un editorial, dos artículos de opinión y una ilustración editorial. En el editorial "Caos en Catalunya" aboga por una salida dialogada, "que probablemente incluirá más autonomía para Catalunya", y reparte la responsabilidad en los gobiernos español y catalán, aunque carga más sobre Mariano Rajoy ("perdonavidas intransigente") y "la brutalidad de la policía española", que "no ha conseguido sino profundizar la crisis política".

El editorial ilustrado, de Chapatte (que ilustra esta información), también trata el tema, en una línea parecida, más ácida.

El diario piensa que Rajoy ha dilapidado el capital de "tener la ley de su lado" con la represión policial, y ha puesto en manos de Catalunya "las imágenes de televisión y la solidaridad y simpatía que generan". Rajoy "ha hecho que cualquier posible resolución política del conflicto sea más remota", dice el editorial.

El Times pone el conflicto en un contexto global. La convocatoria unilateral del referéndum muestra "una contradicción (...) de la gobernanza global", que resume así: "Ninguna norma regula el equilibrio exacto entre el derecho de los pueblos a determinar su futuro político y el mantenimiento de los estados y fronteras existentes, pero hay un cierto consenso en contra de romper un Estado que es respetuoso con la ley y los derechos humanos".

El editorial sintetiza todos los hechos y concluye que la crisis "puede ser mucho peor si los líderes enfrentados no retroceden". Avisa al gobierno español de que "la táctica de mano dura sólo añadirá más apoyo a los secesionistas", y al gobierno catalán que "una declaración de independencia mal pensada, de la cual no es posible evaluar su apoyo real por la caótica votación, sólo traerá a Catalunya más caos y conflicto".

La solución es política y "probablemente implica más autonomía para Catalunya", remacha el diario, "pero quedará lejos mientras Rajoy y Puigdemont se mantengan tan intransigentes".

La dificultad europea

Steven Erlanger, el jefe de la oficina del diario en Londres, explica en una larga crónica, titulada "Para la UE, Catalunya confronta derechos democráticos y soberanía", por qué la UE orilla el conflicto catalán y las razones por las que se resiste a la independencia como solución. También se publica este martes en la versión impresa con otro título: "Catalunya pone la UE en un lío".

Las razones por las que el pleito catalán son tan incómodas para la UE, según Erlanger, son el miedo a que otras naciones y regiones europeas apunten a la independencia (habla de Flandes, Lombardía, Córcega y Transilvania); las complicaciones del Brexit, y que la UE es un club de estados soberanos, primero, y democracias, después, por lo que el respeto por los ordenamientos constitucionales de cada país pasa por delante de los derechos nacionales.

"Sin embargo", concluye, "la inepta gestión del referéndum por Rajoy tendrá un impacto duradero, aunque ambas partes se calmen y vuelvan a hablar de cómo aumentar la autonomía catalana", para lo que sugiere Bélgica como modelo.

Cohen y Delclós

Las columnas son de Roger Cohen, un antiguo corresponsal que escribe dos veces a la semana en el diario, y de Carlos Delclós, sociólogo en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

Cohen titula "Daños a Catalunya" su pieza, una crítica severa al independentismo, que equipara con las ideas de Donald Trump. España y Catalunya juntos, explica Cohen, han hecho una evolución muy positiva desde el franquismo a la democracia y la integración europea, y eso es lo que el movimiento independentista pone en riesgo, dice.

Rajoy, "con su mano dura", y Puigdemont, con su "soberbia destructiva", están destruyendo el carril central donde Catalunya y España tendrían que encontrarse y la posibilidad de contribuir a una "soberanía europea" y no más banderas nacionales. Cohen propone una "ruta creativa hacia el federalismo".

Delclós hace un análisis más detallado tanto del momento como de las posiciones en conflicto. En la línea del relato de los comunes y de Podemos, explica que en el núcleo del conflicto está la política centralizadora y antisocial de Rajoy y la derecha española en general, aplicada quieras que no desde hace años, en parte con la ayuda de la centroderecha catalanista.

Promociona la propuesta podemita ("la nueva centralidad", según él) de celebrar un referéndum acordado en Catalunya y reformar la constitución en sentido plurinacional. Concluye que todo está en manos "del resto de España", que tendría que echar a Rajoy para aplicar estos cambios "si es que ya no es demasiado tarde".