En medio del exilio de Carles Puigdemont en Bruselas y la orden de encarcelamiento cautelar de ocho consellers, entre ellos, Oriol Junqueras, Madrid ha acogido un debate del Club Siglo XXI para reflexionar sobre el proceso soberanista, con la participación del expresident Artur Mas, el líder del Partido Popular de Catalunya, Xavier García Albiol, el de En Comú Podem, Xavier Domènech, el expresident José Montilla, el jurista Santiago Muñoz Machado y el catedrático de Economía Anton Costas, donde Mas ha admitido que se estaba repensando de forma abierta la estrategia seguida por parte del independentismo, aunque ha instado al Gobierno a actuar si el 21-D los partidarios del Estado propio revalidan su mayoría.

"Se está realizando una reflexión sobre lo que ha pasado, si hubo control de los tiempos y si hay una mayoría suficiente para dar los pasos que se han dado", ha declarado Mas sobre el avance de la hoja de ruta y la DUI. Así las cosas, el expresident de la Generalitat ha instado a Mariano Rajoy a actuar tras constatar que "cada vez que había urnas" los partidario de la independencia salían a votar 'sí' en una proporción de "3 a 4". "Si hay casi dos millones que votan a favor de la independencia hace falta una respuesta política más allá de meter en prisión a representantes del Govern", ha lamentado, afirmando que era "reduccionista" pensar que el procés era algo de líderes, pues lo era de "base" y no de personas "sin estudios".

Ante ese escenario, la mecha de la controversia se ha encendido sobre el papel del Estatut en la pujanza del independentismo. Albiol se ha defendido declarando que el "golpe contra la sociedad catalana" no fue tal, ya que posterior a la recogida de firmas, CiU y PP pactaron en la Diputación de Barcelona y con los presupuestos catalanes. El popular catalán ha situado en la crisis económica el conflicto, donde Mas "se lió la manta a la cabeza" y ha denunciando que se sentara con Rajoy para pedir mejoras económicas cuando España "estaba en la UCI". Ahora bien, el expresident ha respondido que no exigió "ni un solo euro" pues no se habló de la cuota, sino del pacto fiscal tras muchas reuniones informales fuera de la Moncloa.

Sobre la solución, Albiol también ha discrepado con Montilla, ya que el primero apostaba por repensar el modelo autonómico, y el segundo, por ofrecer una alternativa para la mayoría de la sociedad española y catalana que pasaría por la reforma federal –que no ha citado–. Eso sí, el exdirigente del PSC ha reconocido el agravio del Estatut y la necesidad de modificar la Constitución "para mejorar el funcionamiento de las instituciones". Ahora bien, Montilla ha hablado de una división en la sociedad catalana, como efecto del procés. Aquí ha afirmado que una parte de la ciudadanía se había creído que Catalunya sería independiente y ahora había que explicar "qué errores de cálculo" han realizado sus timoneles empezando por "hablar claro".

Domènech, sin embargo, ha recordado que Catalunya es hoy en día la única comunidad que no tiene el Estatut que votaron los ciudadanos, y ha afirmado que mientras el Estado no afronte que se encuentra ante una crisis territorial no encontrará la solución al conflicto. Según el líder de En Comú, las elecciones del 21-D servirán para pensar cómo resolver retos inmediatos como la existencia de presos y el 155, pero también para construir escenarios "de amplias mayorías y consensos" que vayan más allá de las hojas de ruta actuales, como es el derecho a decidir. En ese marco ha apostado por elaborar una "ley de claridad" en el Congreso, y ha reprochado al PP que no tenga ninguna otra propuesta política que la intervención del autogobierno.