La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ya está camino de Barcelona. Su coche oficial ha entrado hasta dentro de la prisión de Alcalá Meco, hasta la puerta del módulo de mujeres, para poder salir preservando la intimidad de la segunda autoridad del país y evitar la imagen pública de la pena del telediario, con la persecución de los centenares de cámaras que la esperaban en la puerta del centro penitenciario.

Su abogado, Andreu van den Eyne, que ha sufrido la avalancha de periodistas tanto a la hora de entrar como de salir, ha gestionado la entrada del vehículo oficial con su escolta y su chófer hasta dentro de la prisión y evitar también el paseo a pie hasta la puerta que habitualmente hacen todos los presos que salen en libertad.

La estancia en la prisión de Forcadell ha sido de 14 horas. Ingresó a medianoche y ha salido pocos minutos después de las dos del mediodía, a toda velocidad. Fuera la esperaba un coche de Mossos de paisano, que ha acompañado el coche oficial hasta la salida de Madrid. Anna Simó acompaña a Forcadell, aunque ha esperado la salida del coche oficial en un punto apartado de la prisión.

5 horas para tramitar la salida

Esta mañana a primera hora el equipo de letrados de Carme Forcadell ha podido hacer el pago de la fianza. De hecho, el dinero ya lo tenían ayer jueves, pero no lo pudieron pagar porque cuando se decretó prisión eludible con fianza para la presidenta del Parlament de Catalunya ya no había ninguna oficina bancaria abierta para hacer la consignación. El abogado de Forcadell, Andreu van den Eynde, se ha personado en el Supremo para conocer el número de cuenta donde hay que hacer el ingreso del dinero, que según confirmó la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha salido de la caja de solidaridad de la entidad.

Una vez consignado el pago, el juez del Supremo Pablo Llarena ha hecho la orden de salida de la prisión y ha enviado a un funcionario a llevarla a la prisión de Alcalá Meco.

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Las garantías del Supremo

Forcadell ha dormido en la misma prisión donde, desde el pasado 2 de noviembre, también están recluidas las conselleres Dolors Bassa y Meritxell Borràs.

La trasladaron desde el Tribunal Supremo con un coche de paisano, con cristales tintados. Le dieron la posibilidad de cambiarse de ropa en el mismo Supremo, y así sacarse los zapatos de tacón y ponerse ropa más cómoda y discreta para entrar en Alcalá Meco.

El proceso en curso

Con respecto a las fianzas de 25.000 euros para cada uno de los miembros de la Mesa, Lluís Guinó, Anna Simó, Ramona Barrufet y el exvicepresidente Lluís Maria Corominas, la ANC también ha confirmado que el dinero saldrá de la misma caja de solidaridad. En el caso de Joan Josep Nuet, el juez lo dejó en libertad sin ninguna medida cautelar.

Una vez abonen las fianzas, todos ellos (excepto Nuet) tendrán la prohibición de abandonar el territorio español, tendrán que entregar el pasaporte (tienen de límite hasta este viernes a las 14h) y tendrán que personarse ante el juez periódicamente para firmar.

El juez Pablo Llarena ya ha notificado el acta de libertad de Carme Forcadell, en la cual admite y declara suficiente la fianza constituida por cuantía de 150.000 euros. Ahora, un funcionario del Tribunal Supremo se trasladará a la prisión de Alcalá Meco para hacerle el requerimiento de las medidas cautelares de comparecencias apud acta semanales ante el TSJC de Catalunya o ante el juzgado de su conveniencia, comparecer ante el Tribunal Supremo siempre que sea llamada, prohibición de abandonar el territorio nacional y la retirada de pasaporte, que ya ha sido entregado por el abogado de Forcadell al Tribunal Supremo.

En el acta del juez se advierte a la presidenta del Parlament que el incumplimiento de cualquiera de estas obligaciones determinará su inmediato ingreso en prisión.

La Fiscalía no recurre

La Fiscalía no recurrirá la resolución del magistrado Pablo Llarena que decretó prisión eludible con fianza de 150.000 euros para Carme Forcadell y libertad bajo fianza de 25.000 euros para los otros cuatro. El ministerio público destaca la renuncia a las vías unilaterales que hicieron los imputados después de que se pidiera prisión para ellos.