Las entidades judías y pro-israelíes catalanas han reaccionado con un fuerte malestar después de que el Ayuntamiento de Barcelona aprobó el pasado miércoles una moción legitimando el movimiento de boicot a Israel. La moción, que fue aprobada en la comisión de Presidencia con los votos favorables de Barcelona en Comú, PSC, ERC y la CUP, y la abstención del PDeCAT, defendía cortar "cualquier complicidad" con el Estado de Israel, incluyendo cláusulas en contratos de empresas y también la creación de un "centro de estudios y evaluación" sobre las empresas con inversiones en el exterior. La propuesta obtuvo los votos en contra tan sólo del PP y Cs.

El primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, declaró durante la discusión de la moción que "eso no va de estar a favor de Israel o de Palestina, sino de estar a favor de los derechos humanos". Pero las entidades no lo ven de la misma manera, porque atribuyen a la moción una actitud "antisemita" por una descalificación global a un país, que entronca con el odio a los judíos.

Las entidades judías y pro-israelíes se concentrarán el domingo en el Fossar de la Pedrera para descubrir una placa en recuerdo a las víctimas del Holocausto, y allí tienen previsto reunirse para estudiar el malestar creado, que se añade a algunas actuaciones del Ayuntamiento que consideran hostiles. "Allí analizaremos la situación que se está creando, y la necesidad de dar una respuesta", han indicado fuentes de las entidades. Entre las organizaciones que tienen previsto asistir al acto está la comunidad progresista Bet Shalom, la Comunidad Israelita de Barcelona, la comunidad judía Atid, la comunidad Jabad Lubavich, la Associació Catalana d'Amics d'Israel (ACAI) e Israel a Catalunya.

Preocupación soberanista

La votación del Ayuntamiento de Barcelona ha sido valorada por las entidades y ha trascendido más allá de la ciudad de Barcelona. Toni Florido, del ACAI, se ha mostrado sorprendido también por el voto favorable de ERC a la moción y la abstención del PDeCAT. "¿Qué sentido tiene que en el momento más decisivo del procés se visualice a Barcelona como una ciudad hostil en dos países como Israel y Estados Unidos, que también aparece indirectamente en la moción?", se pregunta.