El diario Frankfurter Allgemeine, el más importante de Alemania, ha publicado un extenso reportaje sobre si Catalunya puede ser realmente independiente, y lo analiza desde un punto económico. "La respuesta es que sí", señala sin tapujos el rotativo, que tiene gran influencia en la Bolsa de Frankfurt. El artículo ha aparecido coincidiendo con la marcha de sedes sociales de empresas catalanas en otros puntos del Estado, que no parecen interesar mucho al diario.

Según el Frankfurter, el argumento legal no puede ser lo único para tratar casos como el de Catalunya. "Si los juristas mandaran siempre, los Estados de Nueva Inglaterra en la costa este americana todavía formarían parte del Imperio británico". "El gobierno español no puede esconderse detrás del Estado de derecho formal", dice Lars-Erik Cederman, profesor de investigación internacional sobre conflictos en el ETH de Zurich. La secesión es, por definición, el intento de separarse sin el consentimiento del estado madre, e intenta legitimarse como un acto de libertad. Eso es extraño que suceda sin violencia", apunta.

El Frankfurter se pregunta por si, en el caso que esta lucha independentista acabe a favor de la secesión, Catalunya será viable económicamente. "¿Por qué no?", dice que responden muchos expertos. "El hecho de que esta afirmación sea sorprendente a primer vistazo se debe al hecho de que en muchas ideas todavía persiste un imperialismo latente. Como si hubiera una correlación entre el tamaño del Estado y el poder económico. Los hechos apuntan que, en 1900, había cincuenta países independientes en el momento más esplendoroso del imperialismo. Actualmente hay 195 países independientes, casi cuatro veces más. Y Rusia es grande y pobre; Suiza es pequeña y rica". Según el reportaje, el éxito para un país es que mantenga un equilibrio entre el coste de su heterogeneidad y el beneficio de su tamaño.

Frankfurter, que recuerda que Catalunya representa el 20% de la economía del Estado español, con gran presencia de la industria de automoción y farmacéutica, apunta que tiene un déficit fiscal de uno 10.000 millones anuales (5-7,5% del PIB catalán). Añade que Catalunya quiere permanecer en la UE, pero "España lo hará todo para evitar que vuelvan a entrar los despreciables secesionistas". El artículo está firmado por el editor de Money and more del Frankfurter, Rainer Hank.