La semana más trascendental para el proceso soberanista ha coincidido con la apertura solemne del año judicial en Madrid por parte del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, quien durante su discurso ha lanzado una amenaza de forma velada al Govern asegurando que el ministerio fiscal emprendería una actuación "firme y enérgica" para la preservación de las instituciones del Estado. Maza estaba acompañado de la plana mayor del poder judicial, entre los cuales se encontraban también el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes; el del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, así como el rey Felipe VI y el ministro de Justicia, Rafael Catalá.

"Garantizamos plenamente una actuación serena y siempre sometida a la norma, pero tan firme y enérgica como requiera la preservación de las instituciones del estado de derecho, que es, según proclama el Título preliminar de nuestra Carta Magna, la patria común e indivisible de todos los españoles", ha dicho Maza dirigiéndose al Rey y a aquellos que se sitúan "al margen de la ley, el estado de derecho y la democracia". A estos les ha advertido sobre la "grave ruptura" de la orden constitucional a través de la "vía de los hechos", es decir, la unilateralidad, viéndose obligada la Fiscalía a desplegar una "defensa activa" de la unidad de España, "sin vacilaciones".

Maza ha dedicado más de dos páginas de un discurso de doce a denunciar el proceso soberanista, aunque en ningún momento lo ha nombrado directamente. "El menosprecio por la normativa jurídica, en nombre de exigencias políticas o la voluntad del pueblo, trae consigo perjuicios irreparables para el sano funcionamiento de las instituciones democráticas", ha subrayado denunciando las demandas de la ciudadanía catalana. En un momento dado ha citado al filósofo Platón, de quien ha recordado que la "máxima injusticia era el menosprecio a las leyes"; y más tarde, a Cicerón, para quien "la libertad es el sometimiento a las leyes públicas".

Maza ha realizado un recordatorio a su precedesora, María Consuelo Madrigal, quien el año anterior aseguró que desplegaría "todo el peso de la ley" sobre el soberanismo. Este año el número uno del ministerio fiscal también ha mencionado todos los resortes de los que dispone para perseguir cada paso que quiera dar el independentismo: la Fiscalía General, la Audiencia Nacional, el TC, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía de "la comunidad autónoma de Catalunya", las Fiscalías Provinciales de Tarragona, Barcelona, Lleida y Girona y ha valorado la importancia de su actuación "en estos momentos que nuestra nación atraviesa", ha dicho.

A su vez, Lesmes, presidente del Supremo, ha recitado el artículo 2 de la Constitución española, donde se desarrolla la "indisoluble unidad de la Nación", afirmando que no era en ningún caso "un frontispicio programático", sino que suponía "la base última, nuclear e irreductible de todo el estado de derecho", como ha sentenciado colocando esta premisa al frente de todo el ordenamiento. Si bien, Lesmes ha puntualizado, en alusión sutil a Catalunya, que este mandato no implicaba "voluntad uniformizadora en cuestiones tales como la lengua, la cultura, la religión".

El presidente del Supremo ha cerrado haciendo una denuncia a la unilateralidad del Govern y el referéndum asegurando que las "voluntades unilaterales que pretenden disponer de la Constitución y que solo contemplan como mecanismo de preservación lo que es más propio de la ruptura o separación" son "inaceptables y violentan la propia democracia, ya que ningún principio democrático puede amparar ni legitimar que una parte disponga del todo", ha declarado de forma contundente sobre Catalunya en relación con España, rodeado de un elenco de autoridades y togas negras.