España se convertirá, previsiblemente, en nuevo miembro del Consejo de Derechos humanos de la ONU para el período 2018-2020, ya que solo hay dos candidatos para dos plazas, España y Australia para el grupo "Europa Occidental y otros". Según ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, las elecciones se celebrarán el lunes en Nueva York en las que se cubrirán las 15 vacantes para los seis grupos regionales. Los representantes se escogen por votación directa por los 193 miembros de las Naciones Unidas. 

El camino de la candidatura española quedó allanado con la decisión de Francia de retirase. En los últimos años el gobierno español asegura que ha llevado a cabo una campaña articulada por cuatro ejes: Derechos humanos iguales para todos, Democracia y Estado de Derecho, Desarrollo Sostenible y Diálogo y Cooperación y Eficacia.

Además, el Gobierno español se propone impulsar las áreas en las que considera que puede aportar un valor añadido, como la promoción de los derechos de las personas con discapacidad, la lucha contra la discriminación y el logro de una igualdad de oportunidades real y efectiva, la defensa y promoción de los derechos económicos, sociales y culturales —entre ellos al agua potable—, la promoción de la Democracia y el Estado de Derecho y la lucha contra el racismo, la xenofobia y los delitos de odio. España ya formó parte del Consejo de Derechos Humanos entre 2010 y 2013 y con su retorno pretende destacar que la defensa y promoción de los Derechos Humanos en el ámbito internacional es uno de los valores y prioridades de la política exterior española.

Así, Exteriores ha destacado que el Gobierno español ha contraído obligaciones "muy amplias" en materia de Derechos Humanos y desde los inicios del Consejo ha contribuido a su funcionamiento y participa activamente en sus trabajos.

En el plano interno, en los últimos meses el Gobierno ha aprobó el "I Plan Nacional de Empresas y Derechos Humanos" y el "II Plan Nacional sobre Mujeres, Paz y Seguridad".