Con diez independentistas catalanes en las cárceles madrileñas, las entidades vuelven a convocar este miércoles un paro de país. El acto de protesta, para la amnistía de los presos políticos y contra la aplicación del artículo 155, cae en medio de una semana que culminará el sábado 11 de noviembre con una gran manifestación en las calles de Barcelona. En estas dos fechas, el pueblo catalán tiene que enviar un mensaje bien claro al Estado español, Europa y el mundo, defiende Marcel Mauri, líder accidental de Òmnium Cultural

Esta es la gran diferencia respecto del paro de país del 3 de octubre: los presos políticos. El periodista e historiador Marcel Mauri (Badalona, 1977) tiene que asumir el papel que, hasta hace tres semanas, ejercía Jordi Cuixart, hoy en Soto del Real. Las elecciones del 21 de diciembre, sostiene, tienen que servir para hacerlo salir de allí, junto con Jordi Sànchez, Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Dolors Bassa, Meritxell Borràs, Raül Romeva y Carles Mundó.

Marcel Mauri Omnium - Sergi Alcazar

¿Qué espera del paro de país?
Que una parte muy importante de la gente de este país detenga su actividad habitual para mostrar su indignación por los presos, contra esta venganza del Estado español. Es una espiral de represión que no se detiene. Igual que el 3 de octubre hicimos un paro de rechazo a lo que pasó el 1-O, otra vez tenemos que hacer una muestra de dignidad. Durante este mes no sólo no se ha detenido la represión, sino que ha aumentado.

¿Espera el mismo seguimiento que la del 3-O?
De lo que estamos convencidos es que el país no actuará con la normalidad habitual de un día de cada día. Entre otras cosas, porque estamos en una situación de excepción desde hace muchas semanas...

¿No puede llegar a normalizarse esta situación de excepción?
Cuando tienes a un presidente y consellers fuera del país, cuando tienes a medio Govern y dos hombres de paz en la cárcel, cuando ha habido represión contra tanta gente, cuando se han anulado las instituciones, no podemos hablar de una situación de normalidad. Sabiendo que esto va por largo, que no es un camino que se hace de un día para el otro, es evidente de que todos juntos tenemos que medir las fuerzas. Tenemos que responder con toda la determinación a las agresiones del Estado, pero también calculando muy bien en qué momento y con qué acciones.

Quizás esta vez se ha convocado más improvisadamente, sin los consensos del 3-O. Los sindicatos mayoritarios no se han sumado como aquel día, la Taula per la Democràcia tampoco...
Los actores principales de la Taula per la Democràcia, incluidos los sindicatos mayoritarios, están; algunos llamando al paro y otros a las movilizaciones programadas. El paro tendrá un apoyo similar al del 3-O por parte de las organizaciones. No se entendería que esta gente que lucha por los derechos y libertades no estuviera.

¿Se plantean una huelga general indefinida, como llegó a hablarse antes del 1-O?
En cada momento, de la forma más transversal y con consensos amplios, hay que ver cuál es la mejor respuesta. Hay muchos instrumentos, y se tienen que utilizar con inteligencia, sabiendo que hay mucha gente que está sufriendo y está muy indignada, y que cualquier respuesta tiene que ser pacífica y no violenta.

No ha habido ninguna movilización convocada por el independentismo que haya acabado con violencia. En cambio, aunque el movimiento contra la independencia es en su inmensa mayoría tan pacífico y democrático, desgraciadamente hay gente que sí utiliza la violencia. Aquí tiene que haber una línea que tiene que quedar meridianamente definida: tenemos que aislar la violencia. Mientras los Jordis están en la prisión, la extrema derecha campa libremente.

¿Echa de menos que los líderes políticos unionistas condenen estos actos?
Es muy importante que este bloque del 155 rechace y condene explícitamente cada uno de los actos violentos que se producen. Es muy, muy grave lo que estamos viendo. Que pueda haber esta impunidad ante estos hechos violentos es de una gravedad extrema.

Marcel Mauri Omnium - Sergi Alcazar

Hace falta que el bloque del 155 rechace y condene explícitamente cada uno de los actos violentos que se producen durante sus manifestaciones

¿Esta impunidad con la que actúa la extrema derecha no puede acabar tensando el ambiente?
Lo que se tiene que hacer contra la violencia ejercida por el fascismo no sólo es condenarla y aislarla, sino perseguirla. No se puede entender esta impunidad. Ante esto, no hay ideologías que valgan. Tiene que haber una división clara entre unos y otros. Cada vez que haya alguna situación de este tipo, tienen que salir a condenarlo. Es imprescindible. Estoy convencido de que estos partidos son tan demócratas como el resto. Que lo demuestren.

Si todo el independentismo considera ilegítimas estas elecciones, ¿por qué hay que presentarse?
Las elecciones son ilegítimas, pero los votos que salgan no lo serán, en la medida en que tengan las garantías que tienen que tener, algo que nos preocupa. Con el Govern en la prisión y el exilio, con los presidentes de las entidades en la cárcel, con la represión, con más de 10.000 policías, es evidente que mucha gente no vivirá con tranquilidad estas elecciones.

Estas elecciones son ilegítimas, pero a la pasión por las urnas no nos gana nadie. El independentismo siempre ha querido refrendar democráticamente cualquier decisión. Por lo tanto, el 21 de diciembre será una nueva oportunidad. Para mí la pregunta es si realmente el bloque del 155 aceptará los resultados. Si PP, Ciudadanos y el PSC obtienen la mayoría de votos y diputados y pueden formar gobierno, el independentismo aceptará estos resultados. Sólo faltaría. Desgraciadamente tenemos dudas de que ellos lo hagan.

¿Se plantean un boicot, si no se dan las condiciones?
Lo que tenemos que hacer es trabajar para que estas garantías estén.

Marcel Mauri Omnium - Sergi Alcazar

Hemos visto que delante tenemos un Estado que no atiende razones. Incluso desde las instituciones europeas le tienen que recordar que se tiene que utilizar la fuerza de los argumentos, y no los argumentos de la fuerza

El hecho de que el Govern siga en la cárcel no depende del independentismo...
No, evidentemente. Pero sí que, en la medida en que el bloque soberanista tenga un resultado muy amplio, esto enviará un mensaje a España y sobre todo a Europa de que esta situación se tiene que resolver. Y que se tiene que resolver de forma inmediata. Tanto la libertad de los presos como el fin del 155.

Es evidente de que lo que será largo será la resolución del conflicto político, la constitución de la República que se ha proclamado. Hemos visto que delante tenemos un Estado que no atiende razones. Incluso desde las instituciones europeas le tienen que recordar que se tiene que utilizar la fuerza de los argumentos, y no los argumentos de la fuerza. Es muy grave que se tenga que recordar. Demuestra que no sólo una parte de la ciudadanía sentimos que no tenemos Estado, sino que tenemos uno que nos va en contra. El 21 de diciembre tenemos que revertir esto.

Este bloque seguro que va mucho más allá de los partidos independentistas. Muchos alcaldes y concejales del PSC se están exclamando con mucha dignidad contra la barbaridad que ha hecho su partido. Y va mucho más allá de los partidos, incluye otras organizaciones como los sindicatos. Esta transversalidad tan amplia nos refuerza mucho como país. Después está la parte hacia la constitución de una República...

No era tan fácil como algunos pensaban...
Será un proceso mucho más largo de lo que nos hubiéramos podido imaginar o de lo que nos hubiera gustado. Creíamos, porque así nos habíamos convencido, que habría referéndum y que después, si salía el 'sí', se podría constituir una República, porque delante tendríamos un Estado español que acabaría dialogando. Pero no era así. Ahora lo primero que tenemos que hacer es rechazar el 155, pedir la libertad de los presos y recuperar las instituciones.

Pero la mayoría de estas cosas no dependen del independentismo, aunque gane con una mayoría abrumadora. De hecho, algunos dirigentes del PP ya han amenazado con el 155 de nuevo si vuelve a ganar.
Es evidente que delante tenemos un Estado y un Partido Popular que han demostrado su cara más oscura. Pero insisto: si el 21 de diciembre el independentismo y el bloque democrático gana claramente las elecciones, el Estado y el Partido Popular tendrán un problema muy grave. Y esperamos que el PSOE también lo tenga. Si después del 21-D, el PSOE sigue dando apoyo a la aplicación del 155, entonces querrá decir que el problema es casi estructural. El 155 se aplica porque el PSOE le da apoyo. El PP, solo, no habría aplicado esto. Hay fórmulas para hacer que el PP no aplique eso. Por ejemplo, haciendo caer al Gobierno de Rajoy...

¿La alternativa pasa por hacer caer a Rajoy?
No, no. Para mí la alternativa pasa por que el independentismo gane las elecciones y el frente democrático saque unos resultados amplísimos, y que a partir de aquí se fuerce al Estado, se envíe un mensaje claro a Europa y se resuelvan las primeras cuestiones. Pero la lucha contra la represión no nos puede hacer olvidar nuestros objetivos políticos. Si no, si renunciamos a ellos, querrá decir que los que han reprimido y han utilizado la violencia han ganado.

Marcel Mauri Omnium - Sergi Alcazar

Si renunciamos a nuestros objetivos políticos, querrá decir que los que han reprimido y han utilizado la violencia han ganado

La ANC se ha pronunciado claramente a favor de una lista unitaria, pero Òmnium no se ha posicionado...
No es nuestra función. Cuando la estimadísima y añoradísima Muriel Casals decidió ir a una candidatura, presentó la dimisión. Nosotros tenemos nuestra opinión, pero hay un trabajo que sólo lo pueden hacer las instituciones. Sobre las elecciones, pedimos a los partidos que busquen las fórmulas para maximizar los votos contra el 155, a favor de la libertad de los presos y a favor de poder seguir avanzando en la constitución de la República. Que hablen hasta el último momento.

Si la mejor opción es una lista, perfecto. Si son dos, tres o cuatro, también perfecto. Sólo pedimos que haya unidad estratégica, puntos en común, que pasan por la defensa de la República. El "fer país" de los años noventa se convierte hoy en "fer República".

¿Pero verían con buenos ojos que fuera más allá del independentismo?
El independentismo y todos aquellos que quieren constituir una República seguirán teniendo un reto después del 21-D: ser un proyecto de mayorías. Todavía falta mucha gente. Ya cuando era una opción política minoritaria, minorizada y ridiculizada, se propuso ser una opción de masas. Y lo ha conseguido. Y precisamente porque quiere seguir siéndolo tenemos que conseguir el 21 de diciembre sacar los mejores resultados posibles.

Pero después hay otro bloque muy amplio de partidos y personas que quizás no están de acuerdo con la independencia, pero que sí comparten objetivos como la soberanía, el derecho a decidir... Con toda esta gente también se tiene que contar y crear complicidades.

¿Se refiere a los comunes, Albano-Dante Fachin...?
Por ejemplo.

¿Aceptarían una lista unitaria que incluyera a esta gente, que no fuera netamente independentista?
Nosotros lo que decimos es que, allí donde estén los consensos, contarán con nuestro apoyo. Hay gente que quizás no cree en la República, pero sí en la libertad y la democracia. Estos frentes amplios seguro que tendrán una traducción parlamentaria. Es el momento de alianzas amplias y de ser generosos. Cuanto más seamos, más fácil será.

Marcel Mauri Omnium - Sergi Alcazar

Hay gente que quizás no cree en la República, pero sí en la libertad y la democracia, y eso tendrá traducción parlamentaria

Ampliando el foco quizás se acaba olvidando sacar adelante la República.
En estos momentos, la lucha a corto plazo es para que todos los presos políticos salgan de la cárcel y se detenga la represión. Pero somos aquellos que decíamos que, en ausencia de violencia, se puede hablar de todo. Y lo seguiremos haciendo. El 22 de diciembre seguiremos reclamando la libertad, la amnistía y el fin del 155, pero también seguiremos diciendo que se tiene que seguir avanzando hacia la construcción de la República.

¿Cómo se traduce en acción política concreta?
Dependiendo del porcentaje y escaños que tengan y el gobierno que se pueda constituir, pero lo que tendrá que hacer es exigir la libertad de los presos, el fin del 155 y de la represión, y seguir trabajando con el fin de poder construir la República. Y habrá que tejer alianzas, tanto en el Estado español, donde hay muchos demócratas que están indignados, como en Europa y el mundo.

La mayoría de grandes Estados se han alineado con el Estado español.
La respuesta de los Estados europeos no ha sido unánime. Hemos visto Bélgica, hemos visto Eslovenia, y hemos visto a algunas personas dentro de Estados de la Unión Europea, como el líder de la izquierda francesa Jean-Luc Mélenchon. En los parlamentos europeos este tema se está tratando. Esto lo tendremos que seguir explorando.

¿Y si pasa como el 27-S, que hay mayoría en escaños pero no en votos?
Son escenarios que tendremos que valorar una vez se produzcan. En todo caso, los soberanistas ganaron en escaños y votos el 27-S. Y estos soberanistas tienen unos puntos en común que son muy amplios, que permiten avanzar muchísimo en todos estos frentes.

¿Se esperaba lo que pasó al día siguiente de la declaración de independencia?
Es evidente que, ante las amenazas, el Govern tuvo que tomar algunas decisiones, entre ellas protegerse internacionalizando el conflicto. El Govern intentó seguir con la normalidad, pero es evidente de que la represión del Estado lo hizo muy complicado. Lo vimos el mismo jueves con el encarcelamiento, un hecho que es una vergüenza democrática.

Tenemos que ser claros: el independentismo ha hecho cosas extraordinarias estos años. La primera de ellas pasar de ser un proyecto con un apoyo social del 15% a ser un proyecto de mayorías. Y hay cosas que evidentemente se tienen que hacer mejor. El independentismo lo basó todo en que delante tenía un Estado que sería razonable, y esta estrategia se tiene que redefinir. El independentismo seguramente ha pecado de no explicar a la gente que no existe la independencia low cost, de no decir suficiente que no tenemos prisa. Pero también aquellos que hemos defendido un referéndum pactado. Este Estado es una pared: es imposible pactar nada.

Ahora mismo tenemos que detenernos un momento, redefinir la estrategia, mirar quien tenemos delante y veremos de qué forma podemos alcanzar nuestros objetivos. Y el primero que tenemos que reconocer es que estos objetivos no los alcanzaremos de un día por|para el otro.

Marcel Mauri Omnium - Sergi Alcazar

Ahora mismo tenemos que detenernos un momento, redefinir la estrategia, mirar quién tenemos delante y ver de qué forma podemos alcanzar los objetivos

Este lunes, un grupo transversal, incluyendo gente como David Fernàndez o Josep-Lluís Carod-Rovira, apostaban justamente por un referéndum pactado.
Aquí lo tenemos que pactar todo, incluso una República con un Estado que no quiere. Lo único que digo yo es que, en cualquiera de los casos, hay un problema: delante tenemos un Estado que pensábamos que era de una forma y es de otra. Allí donde haya grandes consensos tenemos que estar. Si hace falta que volvamos a hacer una validación democrática, bienvenido sea. Pero todos estos que reclaman un referéndum pactado, que expliquen también qué hoja de ruta real y qué medidas reales de presión al Estado.

Uno de los gritos que se ha escuchado estos días es Shame on you Europe. ¿Hay una decepción con la actitud de las instituciones comunitarias?
Hacia las instituciones comunitarias, seguro. Pero la vergüenza no viene de ahora: vergüenza de que en el Mediterráneo cada día muera gente, vergüenza de una Europa que no se acerca a la ciudadanía. Nuestro país siempre ha mirado hacia Europa pensando que sus instituciones serían un refugio cuando el Estado español se comportara como se está comportando ahora. Nos avergüenza la Europa de las instituciones, pero Bélgica, Eslovenia y Dinamarca también son la Unión Europea. Hay una Europa que no está a la altura con Catalunya ni con tantas cosas, pero después está la Europa de las personas, de las entidades, de la opinión pública.

¿Esperan algo de la estancia del president y los cuatro consellers en Bruselas?
Esperamos esto que ya está pasando. Nunca se había visto una rueda de prensa con tantos medios internacionales. Se ha puesto en evidencia la justicia española ante Europa. Esta contradicción, que se ha puesto sobre la mesa, ya es muy significativa.

Dicen que la manifestación del sábado forma parte de la campaña de denuncia internacional, por la repercusión que esperan que tenga.
Esta semana, en el paro y la manifestación del 11-N, nos jugamos los derechos nacionales, sociales y civiles. Son un mensaje claro: que no se puede jugar con los derechos nacionales, sociales y civiles de buena parte del pueblo de Catalunya. Es un mensaje que hacemos dentro de Catalunya, pero también a España y al mundo. Les decimos que lo único que queremos es la libertad de los presos, la libertad de una democracia plena y la libertad de tirar adelante lo que la ciudadanía decida. Es evidente que es complejo, pero la política es tener la capacidad de resolver aquellos conflictos que hay en una sociedad. Las sociedades maduras lo resuelven de forma democrática, en las urnas, con diálogo. Es lo que el Estado español ha sido incapaz de hacer.

¿Contemplan más acciones relacionadas con los derechos de los consumidores?
No dijimos de ir contra los intereses de determinadas empresas. Lo que dijimos es que, si hasta ahora como ciudadanos no se nos ha escuchado, lo que haremos es que se nos escuche como consumidores. No descartemos seguir avanzando en esta línea de acciones. Pero aquí lo único que va contra los intereses económicos de Catalunya es el Estado español, que ha intervenido las cuentas de la Generalitat, generando problemas gravísimos en fundaciones y centros de investigación. Es el Estado —y también la monarquía— quien ha presionado a empresas para que se marchen de Catalunya. Es el Estado español quien ha aprobado decretos para que se marchen. Quien está haciendo daño es el Estado español, también con la imagen de violencia y encarcelamientos. Es el Estado español quien hace que los mercados no confíen.

¿Qué le dice a la gente que quizás ya está cansada de tanta concentración y cacerolada?
Que con el paro tienen una oportunidad y que el sábado tienen otra para seguir reclamando al mundo que queremos la libertad. La gente, más que cansada, está desconcertada, triste y angustiada. Y es normal. Pero tenemos que ser conscientes de que este país conseguirá avanzar en la medida en que seamos muchos, que sigamos siendo un solo pueblo. Y que esto será largo. Estamos ya en esta transición. Ahora mismo es imposible verlo, porque estamos en el ojo del huracán, pero estamos en un momento irreversible. Hemos puesto al Estado español ante el espejo.