Prometiendo "limpiar Badalona" (sic) de inmigrantes, asegurando que los rumanos habían venido a la ciudad a "delinquir", consiguió un hecho insólito: que la tercera ciudad del país, una ciudad sobre todo obrera y muy humilde, cayera a manos del Partido Popular. En las elecciones del 2011, Xavier Garcia Albiol encabezó la lista más votada. Pudo formar gobierno y, en cuatro años, tuvo tiempo suficiente para construir lo que algunos analistas han descrito como "laboratorio lepenista".

Hace dos años volvió a ser la primera fuerza. Pero, como la Francia del Frente Nacional, se formó un "frente republicano", un cordón sanitario, que le arrebató la vara de alcalde. Dolors Sabater, de Guanyem Badalona en Comú -coalición que integra Podem, la CUP y miembros de EUiA), fue investida con los votos de su partido, del PSC, de ERC y de ICV. Sumaban 14 concejales, los necesarios para echar a Albiol del consistorio.

Algunos analistas utilizaban la etiqueta "laboratorio lepenista" para referirse a la Badalona de Xavier García Albiol. ¿Compra la etiqueta?
Lo que hicieron los últimos años de oposición, antes de obtener la alcaldía, yo creo que sí. Fueron ellos quienes crearon el conflicto. Evidentemente había algunas dificultades (y sobre todo muchas desigualdades). Lo que él hizo fue aprovechar este malestar para crispar con la inmigración y fracturar la convivencia. Y obtuvo unos votos que son del todo inexplicables en una ciudad como Badalona, y totalmente discordantes con la tónica del PP en Catalunya. ¿Cómo se explica este crecimiento en una ciudad de tradición obrera?

¿Qué Badalona encontró Dolors Sabater?
Una Badalona donde el racismo se había institucionalizado, donde habían crecido las desigualdades por la mala gestión de la crisis, donde se habían desmantelado los programas sociales básicos. Una Badalona con las desigualdades agravadas, que había anulado las prácticas participativas, que había sido gobernada sectariamente y clientelarmente. Una Badalona con unas políticas de seguridad totalmente politizadas. Al fin y al cabo, una ciudad con muchísimo trabajo por hacer, para transformarla, para recuperar derechos.

Más allá de denunciar las ideas del señor Albiol, hay un hecho indiscutible: fue la lista más votada. ¿Han reflexionado sobre por qué ocurre eso?
Hay un hecho muy importante: hasta ahora no le habían identificado con el Partido Popular. Había cultivado mucho su figura personal, pero no el programa político. Si no, muchas de las personas que están sufriendo los estragos de las políticas neoliberales del PP y de la gestión de la crisis que están haciendo, no le habrían votado. Albiol es votado por personas que quizás han sufrido el PP. Sólo se explica porque él, durante mucho tiempo, ha escondido la marca, las siglas.

Un poco lo que hacía Marine Le Pen con su apellido.
Pues sí. También es verdad que él vendió mucho humo. Nos hemos encontrado con muchos vecinos exigiéndonos una serie de compromisos que había hecho el exalcalde, y eran compromisos que ni tenían presupuesto reservado ni tenían proyecto hecho. Les había engañado, les había dicho mentiras. La mentira es una táctica que ha utilizado mucho. Posicionar relatos falsos, eso todavía lo hace ahora. Él posiciona una realidad que es falsa y después se erige como el que las resuelve. Esta es una técnica muy lepenista.

Nos hemos encontrado con muchos vecinos exigiéndonos una serie de compromisos que había hecho el exalcalde, y eran compromisos que ni tenían presupuesto reservado ni tenían proyecto hecho

¿El caso de la concejala Fàtima Taleb es el más visible, la punta del iceberg, de un problema mayor?
Fàtima Taleb simboliza una Badalona real, auténtica, donde hay personas muy diversas que tienen un lugar en la sociedad, que pueden perfectamente gobernar. Es un símbolo de esta pluralidad que tiene la ciudad, de esta diversidad y de la buena convivencia. Al mismo tiempo, sin embargo, que ella siga recibiendo insultos también es una muestra de que siguen existiendo los frutos del mal que sembró Albiol con su xenofobia. Hizo arraigar el racismo, toda una serie de prejuicios contra personas sólo por sus creencias.

A eso en Francia le dicen liberer la parole raciste, es decir, normalizar el discurso racista.
Es eso lo que ha pasado. Cuando luchaba contra la xenofobia desde la plataforma Badalona Som Totes i Tots, donde tratábamos de contrarrestar el discurso de Albiol, hacíamos cursos anti-rumores. Porque había un rumor xenófobo latente, que se iba haciendo sitio entre el discurso de los ciudadanos. La gravedad de lo que hace Albiol es que eso lo institucionaliza. Es gravísimo cuando desde una institución corroboras un discurso racista y lo normalizas.

Por ejemplo, hay una ley que regula que todas las personas pueden ejercer su derecho a culto. Aquí este derecho se vulneraba porque se privaba a personas de otras religiones que no fueran la católica, especialmente la musulmana pero también la evangelista, de hacer uso de equipamientos municipales. Esta vulneración del derecho a culto no tendría que ser tolerada por una sociedad democrática. En cambio, el hecho de que el propio Ayuntamiento la practicara generó un nivel de tolerancia inaceptable.

¿Cómo se gestiona un gobierno tan diverso donde el único denominador común parece ser ir contra un hombre?
Yo diría que el denominador común es posicionar unas políticas diferentes. Estamos ante dos modelos de política muy diferentes. Albiol representa la política corrupta, que expolia el dinero público, que no tiene escrúpulos para hacer más pobres a los pobres y más ricos a los ricos, que manipula. Es el modelo del neoliberalismo más salvaje, que no protege a la ciudadanía, sino a las oligarquías y las élites.

Nosotros somos la otra cara. Lo que nos une es que creemos en unas políticas al servicio de los derechos básicos de las personas y las ponemos en el centro de la política. Por ejemplo, antes protegemos el derecho a la vivienda de una persona desahuciada que protegemos a la banca o a los grandes tenedores. Hemos pasado de un gobierno aislado y sectario a una proyección positiva de la ciudad, en red con otros municipios. Es cierto que hay mucha diversidad política, pero es todo eso lo que nos une. Nos une que venimos de los movimientos sociales, de las luchas sociales. No somos un gobierno que ponga los intereses de partido por encima de los de la ciudad.

Todos los partidos se han visto obligados a hacer concesiones.
Antes de ponernos a trabajar, miramos nuestros programas electorales y nos pusimos de acuerdo en un código ético, en un programa conjunto que tenía en cuenta los programas de los tres. Gobernamos con una mirada de gobierno conjunto. Lo que nos motiva y nos compromete es un modelo de ciudad y un proyecto político que revierte este modelo que había impuesto la derecha más feroz.

Dolors Sabater, alcaldesa de Badalona, Laura Gómez

¿Se puede hacer la revolución desde un ayuntamiento?
Sí. El municipalismo es transformador, revolucionario. Porque es la administración que está más cerca de la población, la que tiene más conciencia de las necesidades, la que puede innovar. Evidentemente está sujeto a muchas restricciones, muchísimas, pero es el que tiene esta energía para hacer cambios, para ser más radicales democráticamente y más justos socialmente. Podemos trabajar de manera diferente temas tan importantes como la seguridad, que en manos de la derecha puede llegar a pervertirse. Nosotros hemos introducido un modelo de seguridad totalmente diferente al que teníamos, que es preventivo, de proximidad y que se basa en la resolución de conflictos. Lo hemos puesto a participación ciudadana.

Muchas veces acaban chocando con normativas superiores. Por ejemplo, en el caso del IBI en los centros escolares religiosos. Para poder aplicarlo habrá que reformar una normativa que es estatal.
Evidentemente. Nosotros lo que hemos dicho es que desde Europa se ha dado un toque de alerta, que dice que este concordato que exime a la Iglesia Católica de pagar el IBI de todas sus propiedades, puede entenderse para actividades que sean de culto, pero no para las actividades económicas. Lo que hemos hecho es indexar estas actividades económicas para tener toda la información para cuando el Estado lo regule. La denuncia que hemos hecho los ayuntamientos contra las restricciones a la fiscalidad local ha acabado haciendo que la voz de los ayuntamientos se escuche. Hemos conseguido que se flexibilice el objetivo de déficit, y eso es gracias a los ayuntamientos.

También se ha fortalecido la alianza metropolitana en estos últimos dos años. Pienso en la Asociación de Municipios para la Gestión Pública del Agua, con la primera y la tercera ciudades del país.
El gran cambio que traemos estas coaliciones y confluencias ciudadanas, esta nueva política...

También hay alcaldes socialistas.
Pero hemos servido de palanca de cambio. Hasta ahora, durante muchos años, el gobierno metropolitano había sido concebido con una mirada partidista. Ahora hay muchas alianzas municipales. Las alianzas que hacemos en el Besòs, la alianza por la municipalización del agua... Son totalmente plurales. Los ayuntamientos que nos hemos encontrado para el derecho a la vivienda somos ayuntamientos que tenemos colores políticos muy diferentes, pero sabemos que como municipalismo tenemos que cerrar filas porque tenemos un objetivo compartido. Hemos roto una hegemonía muy centrada en los partidos. El municipalismo ha roto estas barreras. La política se tiene que hacer con alianzas plurales porque el objetivo es resolver la vida de las personas.

Me habla de vivienda. Justamente desde organizaciones como la PAH, de donde muchos de ustedes provienen, se han mostrado muy críticas con los llamados ayuntamientos del cambio. ¿Es aquí dónde están descubriendo sus límites como alcaldes?
Hay límites, eso es incuestionable, pero ahí es nada lo que se ha hecho. Si comparamos lo que se hacía desde la administración ahora hace dos años y lo que se hace ahora, la valoración es muy positiva. Incluso las organizaciones como la PAH reconocen este trabajo hecho. Lo que es seguro es que para hacerlo bien, tenemos que sumar lo que se puede hacer desde las organizaciones de la calle y lo que se puede hacer desde la institución. Con esta complementariedad hemos podido hacer mucho. Es evidente que el hecho de que nos suprimieran la ley 24/2015, que nos permitía sentar a los bancos para negociar los alquileres sociales, nos dejó sin una herramienta que nos ha entorpecido mucho el trabajo. Es verdad que estamos sujetos a muchas normativas y leyes que, si no se cambian, no nos permiten avanzar. Pero la fuerza que tenemos como municipios y la voluntad política son un motor de cambio, un motor de presión.

¿Contra la pobreza energética, están haciendo alguna cosa?
Nosotros gestionamos una serie ayudas para hacer frente a la pobreza energética. Estamos haciendo una medida de fuerza: no gestionaremos estos pagos a las empresas hasta que no suscriban el acuerdo que asumirán el 50% del coste de la pobreza energética. Porque, si no, resultaría que los trabajadores públicos estarían al servicio del cobro de la morosidad de las empresas energéticas, que tienen unos beneficios millonarios. Es absolutamente indecente e inasumible que les estemos haciendo el trabajo desde la administración pública. No seremos cómplices de eso.

Es absolutamente indecente e inasumible que, desde la administración pública, estamos haciendo el trabajo de cobradores a las empresas eléctricas, que tienen beneficios millonarios

¿Todavía existe una dualidad entre Besòs y Llobregat?
Sí. Hay una evidencia en datos de que en la zona del Besòs hay más personas vulnerables y en riesgo de pobreza, que ha habido menos inversión y que no se han hecho unas políticas que permitieran revertir esta situación. Hay un desequilibrio claro. En eso estamos muy comprometidos como ayuntamiento, en el Consorci del Besòs.

¿Cómo son las relaciones con la Generalitat?
En este sentido, como ayuntamiento, estamos enfadados con cómo desde el país, desde el Govern de la Generalitat, no se nos ha tenido en cuenta. No ha habido una firmeza en las inversiones a hacer para revertir este desequilibrio y para revertir agravios históricos que sufrimos en infraestructuras y equipamientos. Tenemos proyectos atascados, como la C-31 o la línea 1 del metro. Tenemos equipamientos educativos que hace años que están pendientes y no los hemos visto en el presupuesto de la Generalitat. Nos han decepcionado sus presupuestos. La tercera ciudad del país, que además está demostrado que sufre estos agravios, merece una mirada reparadora. Hemos tenido muchas conversaciones y buenas palabras, y algún gesto, pero ni mucho menos en la magnitud y con el compromiso que esperamos. Estamos hablando de proyectos de país.

¿Como el Hospital de Can Ruti?
Sí. Es un hospital que atiende a toda la comarca, un hospital de excelencia tanto a nivel de investigación como de atención, donde no llega el transporte público, más allá del autobús. Genera unos problemas muy grandes de accesibilidad y de aparcamiento. Necesitamos que se nos ayude. Es un problema que va mucho más allá de la ciudad.

¿Le convence lo que ha explicado el Govern sobre el referéndum?
Nos falta más información. Estamos a la espera. Nos convence el compromiso de defender la democracia, y es muy grave que el gobierno español no haya sido capaz de escuchar un clamor democrático, que siga enrocado y no permita un derecho fundamental. Nos convence que la Generalitat continúe con la determinación de que el pueblo catalán pueda tener este derecho. Pero nos falta mucha información sobre cómo será la puesta en marcha. Estamos convencidos de que la defensa de un referéndum con garantías, efectivo y vinculante es un gran consenso de país. Y nos reconocemos como organización política y como gobierno.

Dolors Sabater, alcaldesa de Badalona, Laura Gómez

¿Para usted es un referéndum o una "movilización"?
Para mí el 1-O tiene que ser un referéndum. No sabemos lo que pasará, porque ya sabemos que el Estado no quiere que sea un referéndum. Es muy interesante todo lo que se está produciendo políticamente, la posición que están tomando las diferentes organizaciones políticas, pero también la presión popular. No olvidemos que esta es una lucha que la empezó el pueblo y la acabará el pueblo. Son meses en que pasarán muchas cosas y tenemos que estar abiertos y expectantes.

¿Entiende el posicionamiento que han adoptado los comuns?
Los comuns han sido muy firmes en la defensa del referéndum, del derecho a la autodeterminación. Eso no ha cambiado. Es injusto acusar a los comuns de deslealtad a la reivindicación del referéndum. En todo caso, ante este referéndum que el Estado no acepta, persigue y criminaliza, hay una diversidad de opiniones sobre cómo posicionarse. El auténtico enemigo del referéndum es el Estado español, no los comuns. Es muy importante no olvidar que el Estatut que fue aprobado en el Parlament y en el Congreso, y refrendado en un referéndum, se lo cargó el PP. El mismo PP que ahora está gobernando. Es difícil pensar que este PP ahora aceptará un referéndum.

Los comuns han sido muy firmes en la defensa del referéndum, del derecho a la autodeterminación. Eso no ha cambiado.

Pero parece que es lo que algunos esperan que pase.
Sí. Es evidente que el régimen del 78 ha caducado, ya no tiene razón de ser, tiene que ser cambiado. Pero hay muchas personas que todavía tienen que abrir los ojos...

¿A quién se refiere?
Al Partido Socialista, que está haciendo de muleta del Partido Popular...

Quizás también algunos comunes tienen que abrir los ojos.
No es una situación fácil encontrar el encaje de todas las miradas sobre qué representa el referéndum. Personalmente estoy convencida de que la lucha del pueblo catalán y la oportunidad que representa el referéndum del 1 de octubre es un motor que de manera fraternal puede ayudar a la revolución que es necesaria en todo el Estado español. Muchas personas vemos en esta reivindicación la capacidad para cambiar el régimen del 78.

¿El hecho de no reconocerlo como referéndum no ayuda a deslegitimarlo como referéndum?
Estamos en un momento de mucho movimiento. Todavía tenemos que ver muchas cosas durante estos meses. Tenemos que ir viendo como la concreción del referéndum va acabando de condicionar o de ayudar a aclarar las diferentes posiciones que podemos adoptar movimientos plurales como el nuestro. Guanyem Badalona en Comú está posicionado abiertamente a favor de la construcción de la República catalana y del referéndum, pero gobernamos con ICV y EUiA. Quiero recordar que personas como Joan Josep Nuet son de este espacio político y están absolutamente comprometidos. De hecho, es represaliado por su compromiso. Las diferencias que pueda ocasionar la situación concreta actual necesitan tiempo de debate. Eso se tiene que entender.

El señor Albiol ya ha anunciado que se volverá a presentar a las municipales en dos años.
Hay una cosa clara: el señor Albiol, que es un acumulador de cargos y sueldos públicos, en la ciudad ya no está. Su silla vacía en el pleno es un ejemplo clarísimo. Su necesidad de ir repartiendo su fotografía por toda la ciudad, para que la gente no le olvide, es otro. Está en una posición de absoluta debilidad. Ha llegado a hacer prácticas de propaganda absolutamente patéticas. Te explico la última, para que veas.

Explíqueme.
El presupuesto participativo que aprobamos tuvo unos resultados concretos con obras concretas que se tienen que realizar en la ciudad. En el pleno, el Partido Popular no estuvo a favor de estos resultados, y no los votó. Y ahora, a cada acción que vamos a desarrollar, el PP reparte panfletos con la cara del señor Albiol para confundir a la gente, haciéndoles creer que aquello se hará gracias a él. Demuestra la posición de debilidad que tiene hoy.