Así lo resumía El País resumía en su portada de este martes: "La CUP se hace con el control del proceso soberanista", titulaba. En el subtítulo vendía la idea de que los anticapitalistas se han erigido en los portavoces de la Generalitat: "El grupo radical efectúa los anuncios relevantes sobre el referéndum y exige ceses al Gobierno catalán". Es el relato que se ha ido desarrollado durante los últimos meses: el Govern está sometido a los caprichos de un grupo de radicales, que son los que marcan los pasos.

Este relato, que se ha ido construyendo desde que la CUP invistió a Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat, se ha intensificado a medida que se acerca el referéndum. Los ataques puntuales de Arran, organización vinculada a la CUP, contra objetivos turísticos han contribuido a ello. No ha habido día en esta primera quincena de agosto que, por|para un motivo u otro, la CUP no haya abierto ninguna portada de diario.

Se ha exagerado la realidad, se ha distorsionado e, incluso, se han publicado mentiras contrastables. Algunos medios han llegado a utilizar las páginas de opinión para pedir la ilegalización, aplicando el mismo tratamiento que a la izquierda abertzale en los tiempos de actividad de ETA. El objetivo es siempre es el mismo: recordar que sus diez diputados son los que garantizan la mayoría independentista.

En esta estrategia de demonización, han colaborado todo tipo de medios, desde los monárquicos y conservadores ABC y La Razón hasta los liberales El Mundo y OK Diario, pasando por el progresista El País

lagar

Antiespañoles

El diario local iSabadell publicó el pasado 5 de julio sobre la existencia de un informe "sesgado", encargado por la concejalía de Cultura -sólo eso: encargado-, que recomendaba sacarle una plaza al poeta Antonio Machado por "españolista y anticatalanista". Pero no ha sido hasta un mes y diez días después, curiosamente con un nuevo alcalde de Sabadell (que ahora es de la CUP), que alguien ha desenterrado el documento elaborado por el historiador Josep Abad, fechado en marzo de 2016.

Concretamente lo ha rescatado El Mundo en su portada de este martes. "Sabadell se plantea sacar una plaza a Antonio Machado por 'españolista'", titulaba en la primera plana. También dedicaba uno de sus editoriales. "La quinta ciudad más poblada de Catalunya, crisol de la emigración español, sucumbe a la fijación independentista por ocupar de forma monolítica el espacio público", denunciaba. Y añadía: "El solo hecho de que el Ayuntamiento haya validado el informe demuestra el grado de sectarismo y aldeanismo extendido en la política catalana". El Ayuntamiento y el alcalde Maties Serracant se han visto obligados a desmentir que hayan planteado algo así.

Lo mismo pasó cuando la CUP presentó la semana pasada un cartel donde proponía barrer fuera de los Països Catalans a toda una serie de personajes -tanto catalanes como españoles, tanto Mas y Pujol como Aznar y el rey Felipe VI- vinculados al establishment y a menudo también a la corrupción. Así lo explicó la izquierda independentista en la rueda de prensa, asegurando que querían "barrer el capitalismo, el patriarcado, la corrupción y la monarquía". En coherencia con su mensaje de siempre.

Sin embargo, en su portada el día siguiente, El País se inventó un supuesto mensaje xenófobo: "La CUP promete 'barrer' de Cataluña lo español... y a Artur Mas", titulaba. En la crónica de las páginas interiores, ni rastro de esta supuesta xenofobia, sino que se explicaba el mensaje de la CUP "contra el capitalismo, el patriarcado, la corrupción y la monarquía". En la misma línea, El Español afirmaba que "la CUP se propone 'barrer' a los españoles de los 'Països Catalans' el 1-O". Lo comparaba con el "Limpiando Badalona" de Xavier García Albiol.

Al día siguiente del polémico cartel, El País se inventó en su portada un supuesto mensaje xenófobo de la CUP

Pijas y burgueses

Probablemente lo más delirante que se ha publicado es un artículo de La Razón del 7 de agosto: "Las antisistema de la CUP: 'pijas' con bonos del estado español". La tesis era la siguiente: "El llamado 'Gobierno femenino' no predica en su vida diaria con el anticapitalismo. Sus inversiones actuales en negocios diversos son buena prueba de ello". Se apuntaba a las diputadas Gabriela Serra, Eulàlia Reguant, Mireia Boya y Anna Gabriel, que tendrían algún "negocio en toda España" (que ninguna de ellas tiene).

Se decían cosas como que Serra, según su declaración de bienes, "ha comprado bonos del Estado español", aunque en la declaración -pública y accesible- no consta. También que fue a una escuela de monjas y después se 'radicalizó'. Así lo ejemplificó: "Cambió su asistencia al servicio religioso diario por una casa de asistencia a inmigrantes".

La falsedad de los bonos españoles, sin embargo, sólo era uno más de una serie de despropósitos, como que Eulàlia Reguant es "elitista" por haber nacido en la Clínica Dexeus o que Anna Gabriel quería ser en su infancia "una gran hotelera". También había espacio para la casa rural de Mireia Boya, "una niña rica, hija de padres adinerados, que juega a ser antisistema".

Hacía referencia a la información publicada por OK Diario, el digital de Eduardo Inda, según la cual la diputada de la CUP ocultó que era copropietaria de una casa rural, que recibió en donación de su madre en 2005 y que gestiona junto con a hermano Jusèp Boya, director general de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio de la Generalitat.

Dos semanas más tarde, OK Diario se fue a las opiniones del portal Trip Advisor. De ahí salió la siguiente pieza: "Los clientes del hotel rural de la diputada de la CUP: 'Huele a cloaca y hay sangre en las sábanas'". Se basaba en dos opiniones escritas, curiosamente, después de que el tabloide de Inda publicara la primera pieza. A todo esto lo llamaron "investigación".

okdiario

Radicales

Pero si algo ha servido para atacar a la CUP han sido las acciones de Arran contra objetivos turísticos, y el hecho de que la formación no se desmarcara, sino que diera apoyo a la organización juvenil. Eso ha hecho que algunos incluso pidan la aplicación de la Ley de Partidos para su ilegalización. Lo hacía ABC en uno de sus editoriales hace diez días. Aquel mismo día publicaba en portada sobre un supuesto informe policial que dice que "los cachorros de la CUP" son una "amenaza real" y tienen una "estructura, organización y determinación para atacar". Se basaba en fuentes policiales anónimas, sin aportar ningún documento.

"Si la CUP incita a la violencia contra intereses sociales, políticos y económicos, y si Arran o Endavant ejecutan actos calificables como daños terroristas, la respuesta legal se encuentra en la ley de Partidos Políticos y en el Código Penal", defendía el diario monárquico en aquel editorial. Y añadía: "La ley de Partidos Políticos permite ilegalizar un partido una vez se demuestra que practica conductas antidemocráticas y anticonstitucionales, sin necesidad de tener que imputarle un delito concreto".

Es un planteamiento que ya habían hecho antes algunos opinadores, como el periodista José María Albert de Paco en un artículo en Libertad Digital. El autor contemplaba "la posibilidad de que el Estado aplique al conglomerado filoterrorista catalán el mismo tratamiento que aplicó a Batasuna, eso es, la ilegalización".

Todo esto sólo durante la primera quincena de agosto. Todavía queda la segunda quincena por delante.