La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha reaccionado a la polémica abierta este viernes por la noche cuando la emisora rusa Sputnik hizo pública la broma de unos periodistas, que se hicieron pasar por representantes del gobierno letón y que la ministra se tragó.

Cospedal, ahora, niega que se lo creyera. "Fue una conversación muy rara", explica en un mensaje publicado en Twitter, dónde añade que pidió hablar en inglés pero no quisieron, así que utilizaron una traductora.

"Como no confié, dejé de hablar y no volví a llamar", defiende a la ministra, aunque escuchando la conversación se puede ver como Cospedal tuvo una participación activa.

La cuenta oficial del PP ha hecho difusión del tuit de Cospedal acusando a Rusia de continuar "intoxicando y manipulando contra el desarrollo democrático en Catalunya".

Durante el contacto con los falsos emisarios letones, estos aseguraron cosas como que el presidente Carles Puigdemont es en realidad un agente secreto ruso nombrado Chipolino o que "el 50% de los turistas rusos" son agentes secretos.