Un ciudadano cualquiera entiende la necesidad de tener una policía, pero quizás le cuesta entender por qué un estado pacífico debe tener un ejército. Esa actitud es perfectamente comprensible si nunca ha tenido experiencia personal de los horrores de la guerra, o si la defensa nacional no está incluida integralmente en los programas de educación cívica en la escuela, como parece ser el caso de Catalunya.

En Catalunya, la actual antipatía a disponer de un ejército se enraiza en los oscuros años de la Guerra Civil de 1936-1939 y sus secuelas. Esta antipatía está dirigida especialmente al Ejército español, y también ha dado lugar a un sentimiento antimilitar más amplio, más general, entre los catalanes. No sería el caso de otros países como Suecia, donde el mantenimiento de un ejército eficaz es sobradamente aceptado como factor clave en la preservación de la paz durante más de doscientos años.

Sin embargo, ¿por qué tener un ejército? La respuesta simple es que todos queremos la paz y la libertad. La libertad nunca es, por desgracia, gratuita, y el mundo nunca ha estado verdaderamente en paz. La dura realidad de la vida es que todos los Estados necesitan fuerzas armadas para preservar la paz y evitar la guerra. Por otra parte, la lección permanente de la historia es que aquellos países que no tienen fuerzas armadas para protegerse, perderán tarde o temprano su independencia. Estos catalanistas que aspiran a la independencia sin ejército ¿quieren realmente un estado independiente estable permanente, o solo una nación flor de un día que se hunda al cabo de una generación?

El principio de la disuasión consiste en tener una capacidad militar suficiente para hacer demasiado costoso a un agresor potencial atacar el territorio del Estado

La seguridad nacional es como la seguridad del hogar. Así como ningún hogar está totalmente asegurado contra un eventual robo, ningún país puede garantizar plenamente la defensa de su territorio. En lugar de eso, ambas se basan en el principio de la disuasión. En casa, cerramos puertas y ventanas, e incluso podemos instalar un sistema de alarma. Sabemos que estas medidas pueden ser superadas, pero esperamos que disuadan al potencial asaltante.

De la misma manera, una nación toma medidas para disuadir la agresión externa. El elemento central de estas medidas es el mantenimiento de las fuerzas armadas para resistir y repeler el ataque contra su territorio. No obstante, como cualquier defensa puede ser superada, nos basamos en el principio de la disuasión. El concepto de disuasión consiste en tener una capacidad militar suficiente para disuadir a un agresor potencial, haciendo demasiado costoso el ataque. Para la mayoría de países, eso significa un nivel de gastos de defensa de entre el 1% y el 3% del PIB, y de tres a cuatro ciudadanos de cada mil sirviendo a las fuerzas armadas.

Pero, ¿quién querría atacar a Catalunya? Catalunya no tiene enemigos. Es cierto, pero históricamente se encuentra en una de las regiones más peligrosas del mundo. Solo en los últimos 80 años, todos los países del entorno mediterráneo, sin excepción, han conocido la guerra, y la historia tiene la mala costumbre de repetirse.

Incluso en tiempo de paz, Catalunya necesita fuerzas armadas, no solo para la defensa de la soberanía y la integridad territorial del Estado, sino también para dar apoyo a la policía en la lucha contra el terrorismo, para garantizar los servicios de emergencia en caso de desastres naturales y para ejercer plenamente su papel en el mantenimiento internacional de la paz a través de la participación en operaciones de paz multinacionales.

Catalunya necesita fuerzas armadas también para dar apoyo a la policía en la lucha contra el terrorismo, para garantizar servicios de emergencia en desastres naturales y para ejercer su papel en el mantenimiento internacional de la paz

Sin ejército, muchos inversores extranjeros y empresas de turismo no pueden correr el riesgo de hacer negocios con una Catalunya independiente. ¿Por qué arriesgarse cuando hay otros entornos más seguros disponibles? En la actualidad, como parte de España, Catalunya cumple todos los requisitos de seguridad, ya que está bajo la protección del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea del Estado español.

Es demasiado tarde para crear un ejército cuando estamos siendo atacados. Se necesitan años para crearlo y décadas para alcanzar el nivel de profesionalidad de las fuerzas armadas europeas modernas.

Los 28 Estados miembros de la UE tienen ejércitos, la mayoría tienen marina y fuerzas aéreas de guerra, y todos reconocen la clara separación de las funciones policiales y militares. ¿Y los Mossos d'Esquadra? Los Mossos son una excelente fuerza policial, pero no se trata de convertirla en un ejército.

Dorcha Lee es Coronel de las Fuerzas de Defensa de Irlanda (retirado) y coautor del libro Política de defensa i Estat propi. Graduado en el Colegio Militar de Irlanda, la Escuela de la Infantería del Ejército de los EEUU y la Escuela francesa de Infantería. Ha participado en misiones de paz de la ONU en Chipre, Líbano, Siria, Israel, Irak y Somalia. Fue representante militar irlandés en Bruselas.