El exministro de Exteriores español José Manuel García-Margallo aprovechó el traspaso de poderes con el actual titular de la cartera, Alfonso Dastis, para aconsejarle que no olvidara dos de las preocupaciones que marcaron su trayectoria de cinco años al frente del ministerio, la internacionalización de la postura española sobre Catalunya y la reclamación nacionalista de Gibraltar.

Así lo explica el mismo Margallo en una entrevista publicada en la revista Forbes, donde, a pesar de afirmar que no dio "ningún consejo a Dastis" en el momento de intercambiar cartera, acto seguido asegura que le pidió que "tuviera especial atención por la Marca España", pero también "que no olvidara la acción exterior para explicar cuáles eran las razones de España en relación con el conflicto territorial de Catalunya" y finalmente "que no desperdiciara la ocasión histórica que se da con la salida del reino Unido de Europa con el Brexit para recuperar Gibraltar con la fórmula de cosoberanía".

De hecho, Margallo fue una de las puntas de lanza de la ofensiva del gobierno español en contra del proceso independentista catalán, y de él colgaban todas las acciones diplomáticas dedicadas a laminar hasta allí donde se pudiera, los esfuerzos del independentismo por dar a conocer e internacionalizar el caso catalán.

Favores contra el soberanismo

Tanto es así que hace pocas semanas Margallo admitió que el Gobierno español había negociado secretamente con varios gobiernos de todo el mundo para condicionar su posicionamiento sobre el proceso catalán. "Nadie sabe cuántos favores debemos a una cantidad de gente por haber conseguido que hicieran las declaraciones que hicieron", confesó en el programa El Cascabel de 13TV, para añadir que de forma semanal daba "instrucciones muy concretas a embajadores y cónsules".

Con respecto a Gibraltar, la reivindicación irredenta española del peñón ha cogido nuevo vuelo, precisamente siguiendo los consejos de Margallo, con la activación del Brexit, que ha llevado al gobierno español a buscar fórmulas de cosoberanía sobre el peñón y que de rebote han excitado al nacionalismo británico, que por boca del exlíder del Partido Conservador Michael Howard llegó a apuntar a una intervención militar similar a la de las Malvinas para defender la soberanía británica en Gibraltar.