Catalunya ha estado bien presente en la cumbre europea que ha empezado este jueves a Bruselas y que acabará mañana viernes. Aunque oficialmente la situación en Catalunya no figuraba en la agenda europea, muchos jefes de gobierno han hablado en su entrada al Consejo Europeo. El presidente español, Mariano Rajoy, quería evitar que Europa tratara el caso catalán, para no darle una dimensión europea como piden los líderes independentistas, pero finalmente se ha colado de pleno en el Consejo. Eso sí Rajoy quería apoyos europeos y ha conseguido algunos de muy preciados, como el de Emmanuel Macron o Angela Merkel, pero también se ha llevado algún revés.

La cumbre llega en un momento clave del proceso soberanista, a menos de dos días para que el Gobierno español se reúna de forma extraordinaria para definir cómo aplica el artículo 155 de la Constitución, que comportaría uno suspensión total o parcial de la autonomía de Catalunya, y con la advertencia del presidente Carles Puigdemont de llevar la votación de la independencia al Parlamento si se aplica este artículo.

Esta situación ha hecho que muchas de las preguntas de los periodistas que esperaban en las puertas del edificio del Consejo fueran sobre Catalunya. Así, han hablado los grandes líderes europeos, como la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente francés, Emmanuel Macron, pero también lo de otros como el primer ministro belga, Charles Michel, el de Luxemburgo, Xavier Bettel, el de Eslovenia, Miro Cerar y el de Holanda, Mark Rutte.

Merkel May Macron Consejo Europeo - EFE

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Los contratiempos de Rajoy en la UE

Rajoy, también presente en la reunión, esperaba un apoyo de sus socios europeos y en parte lo ha conseguido, aunque también se ha llevado algún revés. El más importante, el hecho de que la delegación permanente de Alemania en la UE haya incluido el caso catalán en un tuit donde hablaba de la agenda de la reunión. Un hecho sorprendente, y un revés diplomático para España, ya que Catalunya no estaba inicialmente en el orden del día. A pesar de todo, en una rueda de prensa posterior al inicio del consejo, el presidente del organismo, Donald Tusk, ha asegurado que Catalunya no forma parte de la agenda de manera "oficial" y que no espera que se hable el ello.

Eso sí, Rajoy ha conseguido que la canciller Angela Merkel cerrara filas con él. A su llegada a la reunión, Merkel ha pedido una solución al conflicto que "tenga como base la Constitución española". Además, ha subrayado que apoya la posición de Madrid en el conflicto sobre Catalunya y ha destacado que el ejecutivo español cuenta en este asunto con el apoyo de los principales partidos políticos españoles. Merkel ha hecho estas declaraciones a los medios de comunicación a su llegada a la reunión. La canciller ha permitido sólo dos preguntas, y la primera ha sido, como no podía ser de otra manera, sobre Catalunya, y es que el caso catalán está centrando la actualidad europea como nunca antes.

Bélgica y Luxemburgo

Rajoy tampoco ha podido evitar que Bélgica y Luxemburgo, dos socios fundadores de la Unión Europea, se salieran del discurso oficial. El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, ha asegurado que "la UE no puede ignorar la crisis catalana". Un mensaje que claramente rompe con el discurso de las instituciones europeas, que evitan entrar a valorar la situación a Catalunya, y que desmonta la estrategia que ha seguido Rajoy de mantenerlo como un problema interno. Sin embargo, Bettel ha sido crítico con la organización del referéndum por parte de las autoridades catalanas, porque considera que la ley y la Constitución "tienen que ser respetadas".

La crisis belga

Tampoco ha gustado en la Moncloa la posición de Bélgica. Justo este jueves por la mañana, un diario belga ha publicado un mensaje del embajador español en Bruselas al diplomático belga delegado en Madrid. En el texto, el representante español expresa su malestar por unas declaraciones del primer ministro belga y le advierte de la posibilidad de poner en peligro las relaciones entre los dos países. El correo electrónico ha sido filtrado por la diplomacia belga, justo unas horas antes del Consejo Europeo, donde se tenían que encontrar los dos mandatarios, hecho que seguro que no ha gustado nada a Madrid.

Además, las declaraciones del primer ministro belga, Charles Michel, en la entrada de la reunión tampoco lo han acabado de arreglar. Michel, lejos de matizar las declaraciones de la discordia, ha asegurado que "las asumo, reivindico y confirmo". Michel había asegurado en una entrevista al diario Le Soir el sábado pasado que si el diálogo entre Catalunya y España fracasa, apuesta por abrir una mediación europea o internacional. Madrid, sin embargo, sigue rehusando esta posibilidad.

Michel ha rechazado que sus palabras hayan creado una crisis entre España y Bélgica, pero la frialdad con la cual Rajoy ha tratado al mandatario belga al encontrarse en la reunión del Consejo Europeo hace pensar todo el contrario. Cuando el presidente español ha llegado al sitio reservado para España en la reunión, situado entre el de Bélgica y Suecia, ha saludado primero al sueco y después fugazmente ha saludado a Michel sin mirarlo a los ojos. Una situación inusual, ya que normalmente se saludan y hablan un rato. Rajoy, sin embargo, hoy ha decidido darle la espalda.

Francia y Holanda, con Rajoy

De quién Rajoy sí que se ha llevado un apoyo claro y explícito es de Francia. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha asegurado que la cumbre europea estará marcada por "un mensaje de unidad" de los países de la Unión en torno a España. "Este Consejo estará marcado por un mensaje de unidad, de unidad en torno a los Estados miembros de cara a las crisis que puedan conocer. Unidad en torno a España", ha dicho Macron cuando ha llegado a la reunión. Además, Rajoy se ha podido reunir de manera bilateral con el presidente francés. El presidente español quería evitar que el tema catalán saliera en el orden del día europeo, pero sí que quería reuniones bilateral con los socios europeos para reforzarse.

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También Mark Rutte, primer ministro holandés, ha abonado las decisiones que tome Rajoy, porque cree que actúa siguiendo la opinión del Tribunal Constitucional, y ha evitado ir más allá porque considera que es "un asunto interno de España".

Por su parte, el primer ministro esloveno, Miro Cerar, ha considerado que la independencia de su país de Yugoslavia hace 26 años no es comparable a la situación en Catalunya, aunque entiende que en su país el caso catalán se viva de una "manera emocional". Por eso, ha pedido encontrar una solución pacífica dentro del orden constitucional español. Ahora bien, Cerar tiene sobre él la presión de su parlamento, que en un debate sobre Catalunya, aprobó una moción sobre la autodeterminación.