La Fiscalía se ha abierto en canal en una semana en que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, disfruta de la máxima exposición pública. Tanto es así, que tras la comparecencia de control en el Senado, esquivó el miércoles la prensa en los pasillos de un acto, pero no ha podido escapar de un desayuno informativo del diario El Economista, donde estaba invitado. Catalá ha aprovechado la distensión del acto para asegurar que eran "barbaridades, basadas en la anécdota y el desconocimiento" ver como anomalías las discusiones entre fiscales, o las presuntas maniobras para apartar a los fiscales del caso Lezo.

"Es rotundamente falso, no se le intentó cesar, al contrario, se ha propuesto su renovación. Y ahora ya se va diciendo que están pasando cosas raras, y la acción se haría a modo de represalia. No es cierto todo eso", ha dicho el ministro sobre Carlos Yáñez, encargado de los interrogatorios de la operación, dirigida junto con la fiscal Carmen García. Según avanzaba la cadena SER, que citaba fuentes de la Fiscalía y la Guardia Civil, el fiscal Anticorrupción Manuel Moix ordenó a Yáñez que renunciara y volviera a Granada, donde tiene asignada su plaza. Pero finalmente, el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ha decidido mantener Yáñez en la investigación.

Ante las informaciones publicadas, el ministro se refugia en la doctrina para afirmar que algunos "hablan y escriben sin saber". Expone que los fiscales siempre se reúnen en la Junta de Fiscales para discutir su criterio, lo que sería normal en una institución jerárquica cuando un subordinado discrepa de la instrucción del superior. La explicación le sirve para justificar, nuevamente, que Moix hubiera intentado obstaculizar presuntamente la investigación del Caso Canal. La cuestión es que fiscal Anticorrupción habría despreciado que unos hechos del año 2001 porque podrían "enturbiar" la Operación.

Así las cosas, Catalá cuenta con el apoyo del presidente, Mariano Rajoy. "Mi presidente me llamó para darme ánimos y me dijo que estas cosas pasan. Me dijo que siguiéramos trabajando como hasta ahora", ha revelado. Eso le permite echar pelotas fuera, y enviar un mensaje velado a la oposición. "Frente a algunos que creen que pueden hacer daño a las instituciones porque así hacen daño al gobierno del que formo parte, quiero poner en valor la actividad que desarrolla cada día la Fiscalía en la defensa del interés general", ha remachado, acompañado de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.