El Ayuntamiento de Barcelona ha cerrado el ejercicio del 2016 con un superávit de 97,5 millones de euros, que se destinarán a reforzar la liquidez municipal y a inversiones financieramente sostenibles, principalmente en vivienda. Una decisión que no ha gustado a la oposición, que ya ha reprochado a Colau que no destine estos millones a hacer más políticas sociales.

Según ha indicado hoy el Ayuntamiento, el año acaba con un porcentaje de ejecución del 97,6%, pero los ingresos han crecido más del previsto por el impuesto de plusvalías (36 millones de euros más). El remanente de tesorería ha disminuido para hacer frente a la sentencia del 1%, que consolida el incremento del sueldo del cuerpo funcionarial municipal y que comportó abonar 70 millones. Con esta inyección, el Ayuntamiento asegura que se reforzará la solvencia y la liquidez de las arcas municipales, y se seguirá garantizando el pago a proveedores a 30 días.

Con respecto a las inversiones financieramente sostenibles, el gobierno ya contempló esta opción en la elaboración del presupuesto del 2017, que ya preveía superar la regla de gasto fijada por el gobierno español y contemplaba una serie de inversiones que quedaban vinculadas al superávit. En concreto, se prevén inversiones en vivienda para ampliar el parque protegido, además de financiar actuaciones de mejora de la red de autobuses, proyectos de transformación urbana y de mejora y mantenimiento del espacio público y zonas verdes, acciones de protección y mejora del medio ambiente, y el impulso del proyecto de transformación digital municipal.

Críticas de la oposición

Algunos grupos de la oposición, como el PDeCAT o ERC, han criticado que no haya gastado este superávit. La portavoz adjunta del PDeCAT, Sònia Recasens, ha considerado "un escándalo absoluto y una indecencia" que el ejecutivo municipal, con las necesidades que tiene la ciudad de Barcelona y su gente, deje de gastar 97,5 millones y los tenga que dedicar a compensar sus problemas de tesorería. Los demócratas han denunciado que Colau "guarde en la caja" este dinero, en lugar de "gastar en servicios a las personas, en gasto social."

Por su parte, el portavoz de ERC en el Ayuntamiento, Jordi Coronas, ha considerado que "el gobierno Colau ha preferido dedicar el superávit a los bancos y no a la gente", y ha manifestado que el superávit acumulado los años 2015-16 roza los 200 millones de euros. Además, Coronas ha recordado que ERC propuso el pasado plenario destinar, como mínimo, el 50% del superávit del 2016 a políticas de vivienda y el gobierno de BeC y el PSC votó en contra.

Cuando Colau criticaba Trias

Esta actitud del gobierno de Ada Colau, contrasta con las críticas que ella y su equipo habían dirigido al gobierno de Xavier Trias cuando este gobernaba con superávit. Así lo ha querido recordar a la portavoz del PDeCAT, que ha asegurado que Ada Colau o del actual Teniente de Alcalde Janet Sanz habían tildado "de anomalía" y de "indecente" el superávit de Trias, que el último año de mandato fue de 19 millones, cinco veces menos que el actual, que en "plena crisis" el dinero fuera "para los bancos y no para la gente y los barrios".

También el portavoz de ERC ha considerado que "el superávit del 2016 refleja una vez más la incompetencia de un gobierno que sólo hace anuncios". "Si antes la culpa era del gobierno municipal, ahora la culpa es de Montoro", ha sentenciado Coronas.

Coronas se ha referido así a la justificación del primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, que ha asegurado que la liquidación del ejercicio 2016 demuestra "que hace falta hacer una enmienda a la totalidad a la Ley Montoro porque ahoga la capacidad de actuación de los ayuntamientos, imponiendo limitaciones al gasto que se han demostrado innecesarias e injustificadas, viendo la solvencia de las cuentas municipales". Sin embargo, Pisarello ha asegurado que "nos comprometemos a ver como poder invertir este superávit en políticas que beneficien los vecinos y vecinas".