Dos días después de levantarse del banquillo de los acusados del TSJC, el expresidente Artur Mas, la exvicepresidenta Joana Ortega y la consellera Irene Rigau se han sentado esta noche de domingo en el plató del programa especial sobre el 9-N de TV3 para ser entrevistados por primera vez desde el juicio.

El expresidente se ha mostrado convencido de que "España ya ha perdido la mitad de Catalunya" a causa de su actitud en los último cuatro o cinco años. Según Mas, sus actuaciones de cara al futuro referéndum serán decisivas. Asegura que si el Estado no hace frente a este escenario "acabará perdiendo más de la mitad".

"Cuando el Estado persigue a personas como nosotros, para poner las urnas, alguna cosa no funciona bien, alguna enfermedad hay" ha contestado Mas, al ser preguntado sobre la salud del sistema político español. También ha hecho referencia a la Operación Catalunya, que ha definido como una "guerra sucia abierta por parte del Estado".

"Preparado para cualquier sentencia"

Los tres encausados se han mostrado tranquilos después del juicio. Mas ha afirmado que está "preparado para cualquier sentencia", aunque no cree que haya base argumental para condenarlos. El expresidente asegura que esta debilidad argumental se vio especialmente en la justificación de la actuación judicial que hizo el fiscal en su última intervención. "Se veía el plumero por todas partes" ha destacado, remarcando también la carga política del proceso.

"Fui tranquilo y sereno, porque cuando sabes que lo que hiciste era correcto y lo volverías a hacer, tienes que ir con la cabeza alta" ha explicado el expresidente.

Joana Ortega y Irene Rigau han asegurado tener la conciencia tranquila después de haberse explicado ante el tribunal. "Nosotros dábamos cumplimiento a un programa electoral y una resolución del Parlament, son elementos de gran profundidad democrática" decía Rigau. La consellera de Ensenyament, la única de los tres encausados que sigue en activo, ha apuntado que si la inhabilitan recurrirá la sentencia y, mientras tanto, seguiría ejerciendo.

"La CUP ha intentado imponer la desobediencia"

En cuanto a la celebración de la consulta de 2014, Artur Mas ha asegurado que "no era tanto una desobediencia, sino un acto de autoafirmación". Mas ha insistido en que en ningún momento el gobierno de la Generalitat actuó guiado por "la voluntad de desobedecer". En este sentido, ha tenido también unas palabras para la CUP, que durante esta semana le reprochó que no asumiera una desobediencia ante el tribunal.

"La desobediencia es un marco mental que ha intentado imponer a la CUP en este país y en este proceso" ha lanzado, contemplando la opción que se llegue a este punto como "consecuencia de los hechos" pero no como objetivo final. "Ojalá no lleguemos, no tenemos ningún interés en la desobediencia por desobediencia" ha insistido. Para Mas, el objetivo es que "Catalunya acabe siendo un país como cualquier estado de la Unión Europea".

Otro paso al lado

Mas se ha defendido de las acusaciones de desentenderse de la organización del 9-N ante el juez asegurando que en ningún momento "se negó a que el Govern estuviera implicado". Para explicarlo, ha recuperado la metáfora del 'paso al lado'.

"La Generalitat, cuando se suspendió la consulta, no dio un paso atrás sino un paso al lado" ha descrito, recordando el traslado de las tareas de organización a manos de los voluntarios para que la consulta se pudiera celebrar. "El Govern puso la cara y el coraje" ha añadido Ortega.