El alcalde de Lleida, Àngel Ros, y el grupo municipal socialista han vuelto a sumar con los concejales del PP y de Ciudadanos para tumbar una moción (lee el documento al final) que, en su punto tercero, "condena con rotundidad la violencia practicada por parte del gobierno español y de sus cuerpos y mandos policiales, que causó 111 heridos en la región sanitaria de Lleida, a uno de ellos muy grave".

La moción la han presentado el PDeCAT, ERC, Crida-CUP y Comú de Lleida, los grupos de la oposición. Éstos suman 13 concejales contra los 14 del bloque del gobierno, que votaron en contra, uno por uno, de los doce puntos de la moción. El cuarto punto pide la reprobación y dimisión de Àngel Ros y este es el pretexto de los socialistas para oponerse al resto, como dice en este tuit el segundo teniente de alcalde:

El plenario se preveía cargado. Desde la oposición se han quejado de que se filtraba la entrada de público, negando el acceso a los simpatizantes de la oposición. La sala estaba llena hasta los topes. El público acompañaba las intervenciones con críticas o aplausos.

Ros ha recibido de lo lindo por decir una cosa y su contraria el mismo día del referéndum. A mediodía "tenía constancia" que la policía española actuaba "proporcionadamente" y "sin lesionar personas". A aquella hora ya se habían producido asaltos policiales violentos, de los que circulaban fotos y vídeos abastecimiento. Hacia media tarde, después de dar un vuelta en un vehículo de la Guardia Urbana, Ros rectifica: "La respuesta policial ha sido desproporcionada a partir de un momento determinado". Al día siguiente envió vídeos de las cargas y una carta de protesta al ministro del Interior.

Dimisión

En su intervención, el concejal del PDeCAT, Toni Postius, ha pedido la dimisión de Ros: "pida perdón a la ciudadanía por no dar la cara; a las personas que recibieron golpes porque no las protegió, y a las personas a quienes ofendió con lo que dijo. (...) Échese a un lado y márchese".

Sergi Talamonte, del Comú de Lleida, ha sido cotundente: "En un primer momento, Usted se comportó como un cobarde, cuando se ejercía una violencia feroz, ahogando|negando la gravedad de los hechos, y después, cuando la realidad era tan abrumadora que no se podía ahogar, sale y dice que no sabía qué estaba pasando. Pues no sé qué es peor, estar en manos de un cobarde o de uno incompetente". Talamonte también ha pedido a Ros que se vaya.

El concejal de la Crida-CUP, Pau Juvillà, ha añadido que "la culpa de la violencia es de quien la practica" y "quien la ampara, es su cómplice".

¿Dónde estaba Ros?

Ros se ha defendido explicando que la mañana del 1-O recorrió "unos seis o siete colegios [electorales]" donde no detectó ningún incidente y fue al Institut d'Estudis Ilerdencs (IEI) donde "se votaba tranquilamente". En realidad, Ros asistió a la misa de la Academia en la catedral, que acabó hacia las 12. Después, ante la catedral, enfrente del IEI, declara justificando la policía. A esa hora, sin embargo, ya se conocían detalles de varios asaltos, como el delCAP de Cappont. Además, la coordinadora electoral del IEI ha explicado a El Nacional, que Ros nunca entró en ese punto de votación.

Ros ha explicado que, al tener conocimiento de los hechos, llamó a la subdelegada Manso y, deprisa y corriendo, los condenó públicamente. "Pedí disculpas por no haberme enterado antes de unos hechos de que lamento y condeno", ha reconocido.

Defensa del PP y Cs

La concejala del PP, Dolors López, ha justificado su voto en contra. "En esta moción no se defiende la libertad ni la democracia; precisamente se hace el contrario, un atentado contra la democracia, la libertad y el estado de derecho". López se ha quejado de que los contrarios a la independencia también sufren "violencias psicológicas" que la moción no condena.

Mientras López hablaba, algunos asistentes mostraban carteles con imágenes de las cargas policiales con la frase "Brutalidad policial nunca más. Ni aquí ni en ningún sitio". Otros llamaban "vergüenza" y otros aplaudían.

Ángeles Ribes, de Cs, ha lamentado que la moción se haya escrito "con bilis y odio", ya que "es muestra de lo que buscan, causar una crisis e imponer su voluntad saltándose las leyes". Ribes ha añadido que "el problema son los mandos que han usado [los policías] como peones por sus intereses políticos" y ha criticado que la subdelegada todavía no haya dado explicaciones y no haya habido ninguna dimisión.

Otro de los puntos rechazados pide que la Concejalía emprenda acciones judiciales contra los miembros y mandos de las policías españolas que tomaron parte en los "actos violentos" y que se declaren persona non grata la subdelegada del gobierno español en Lleida, Inma Manso; el delegado en Catalunya, Enric Millo; el secretario de Estado y coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos; el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.

El momento más emotivo

El momento más emotivo ha sido la intervención de una de las víctimas de las cargas policiales, el Ariana Mayoral, en el turno de palabra que correspondía a las entidades. La Ariana era presidenta de mesa en la Escuela del Trabajo.

"A las nueve de la mañana empezaron a decir 'ya están aquí' y [llegaron] diez furgones de la Policía Nacional. Tomé la urna y la escondí. Entraron muy rápido. Nos vieron salir y nos encerraron en una habitación a mí y a un compañero. No sabía qué me pasaría allí dentro. Uno de los policías me golpeó en la mano, me cogió por el brazo y me dijo que abriría las puertas con mi cabeza si no le decía dónde estaban las urnas. No iba identificado y no me quería dar su número de placa, hasta que un superior se lo ordenó," ha explicado.

"Cada día que pasa tengo su cara y sus agresiones en la cabeza. No se puede volver atrás. Es horrible. Tengo una abuela de 70 años que no se atreve a salir de casa por miedo de la policía que hay por la calle", ha añadido intentando contener la emoción.