El Gobierno ha conseguido aprobar el decreto de reforma de la estiba, después de que en el primer intento por hacerlo, ahora hace dos meses, la propuesta fuese rechazada por la cámara baja, hecho que supuso una derrota histórica para Rajoy.

Esta vez, el decreto ha podido salir adelante gracias al apoyo del PDeCAT, que se ha abstenido en la votación. El grupo demócrata había mantenido conversaciones con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para pactar esta abstención. El PDeCAT estaba dispuesto a abstenerse para no obstaculizar la votación, si la nueva ley no suponía un cambio en la manipulación de los vehículos en los puertos, que hasta ahora realizan los estibadores.

La votación ha sumado 174 votos a favor, entre ellos los del PP, Ciudadanos y PNV, mientras que ha obtenido 165 en contra, los del PSOE, Podemos, ERC y Compromís.

Con esta reforma, el Gobierno pretende modificar el régimen legal del sector de la estiba, la carga y la descarga de mercancías de los barcos en los puertos, para que cumpla con la normativa europea, a la que actualmente contradice, y evitar así una multa del Tribunal Superior de Justicia de la UE.

No obstante, con esta reconversión del sector, también se pretende liberalizar y romper el monopolio de facto en el que actualmente se presta servicio portuario, básico para la economía, dado que los puertos canalizan el 86% de las importaciones y el 60% de exportaciones del país.