El click de Playmóbil de Lutero está triunfando en Alemania. Yo suspiro por disponer de uno, para evocar todavía más a menudo que Lutero es una persona necesaria. Y es justo recordarlo públicamente, no sólo porque se cumplan 500 años de la Reforma Protestante que él incoó, sino porque es alguien que ha cambiado el mundo. Nunca molestan referentes de cambio y revolución.

El 31 de octubre de 1517 se cumplirán 500 años de que Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis o propuestas para debatir el escándalo de la venta de indulgencias en su país. Es curioso que ahora coincida la serie de HBO The Young Pope con la feliz efeméride protestante. El joven Papa encarnado por Jude Law también tiene una vena protestante y no quieres saber nada de indulgencias ni de platos ornamentales con su rostro. El importante es Jesucristo. Y punto. Estos personajes radicales tienen la virtud de ir a la esencia, aunque la radicalidad no deja paso a los matices, que son la clave de la existencia.

El monje Martín Lutero no protestaba sólo contra las indulgencias o el mercantilismo católico, sino que también cuestionaba la infalibilidad del Papa. Como con muchas mentes lúcidas y criticas, la intención de Lutero no era romper con Roma, sino poner sobre la mesa excesos inaceptables. En vuestro micromundo quizás os ha pasado: empiezas protestando por una injusticia, y acabas exiliado.

El Vaticano lo amonestó a través del cardenal Tommaso Di Vio, y ya en 1520 le llegó la bula papal Exsurge Domine, en la que León X le pide que abjure de las tesis o lo excomulgan. Él quema la bula papal, y aquí se escenifica la escena primera de la ruptura. De hecho, sin embargo, esta bula todavía no es la que condena toda la doctrina de Lutero, sino que era un requerimiento: se le piden explicaciones y que se retracte de 41 errores. La que sí sentencia la ruptura es la bula Decet Romanum Pontificem, del 3 de enero de 1531, excomulgándolo.

Hoy tiene mucho sentido, la propuesta luterana de Sola Fide (salvación para la fe) y Sola Gratia. Ninguna acción humana puede poner remedio al abismo que se ha creado con el pecado original, y sólo la gracia puede hacer ganar al pecador la vida eterna. Él no puede hacer nada. Sólo Dios. Es pertinente recordar que hay millones de personas en el mundo que son cristianas y no tienen un Papa ni sacerdotes ni mediadores ni nada. Sola Fide.

Lutero sostenía que para obtener la salvación no hay intermediarios, es la persona la que debe tener una relación personal con Dios

La falta de mediaciones caracteriza el protestantismo. Lutero sostenía que para obtener la salvación no hay intermediarios, es la persona la que debe tener una relación personal con Dios, y eso se hace leyendo personalmente la Biblia (Sola Scriptura). Y desclericalizó a la Iglesia. ¿El sacerdocio? Universal. No sólo para unos cuantos.

Durante muchos siglos católicos y protestantes lo han sido todo menos buenos hermanos. El Papa Francisco quiere suavizar esta ruptura. En Suecia, el mismo día 31 de octubre de 2016, por lo tanto 499 años después del gesto luterano, el obispo Munib Yunan, presidente de la Federación Luterana Mundial, y él, firmaron una declaración conjunta en que quieren limar conflictos pasados y quieren buscar juntos "el don de la unidad".

Guillem Correa, pastor protestante y secretario general del Consell Evangèlic de Catalunya, lee este acontecimiento histórico así: "Los cristianos no tienen que estar de acuerdo para considerarse hermanos los unos de los otros, ni tampoco les hace falta una unidad orgánica por expresar su fraternidad". Ideal para aplicarlo a los partidos políticos. Confundimos a menudo estar de acuerdo con uniformismo, o fraternidad con dócil obediencia. Lutero desobedeció, y desencadenó una formidable revuelta histórica.

Ya en 1832, un año antes de la Renaixença, los protestantes editaron en Londres un Nuevo Testamento en catalán

Una de las mejores decisiones académicas que hice cuando estudiaba en Roma en una universidad pontificia, fue apuntarme también en la facultad protestante para seguir un curso (el curso se llamaba BEM, Bautismo, Eucaristía, Ministerio). El profesor, el pastor Paolo Ricca, uno de los intelectuales más finos de la iglesia de los valdenses, era la dosis de oxígeno ideal para entender que eso del cristianismo no es monopolio católico. Los protestantes –hay de mil maneras- suelen tener un agudo sentido del humor. Y se implican en la realidad.

Ahora que Carod-Rovira ha posicionado a los protestantes, con la publicación de su Història del Protestantisme català, puede ser pertinente evocar que ya en 1832, un año antes de la Renaixença, los protestantes editaron en Londres un Nuevo Testamento en catalán. El protestantismo catalán ha hecho aportaciones excelentes a nuestra cultura. La cuestión que se plantea pero es la siguiente: ¿por qué no oímos voces protestantes en el famoso procés? ¿A qué se debe la escandalosa ausencia de puntos de vista evangélicos catalanes en las tertulias? ¿#onsónelsprotestants? Tenemos una seria dificultad con las minorías, que viene de lejos. Sin la dolorosa manta del franquismo, que lo aplastaba todo, es el momento de reavivar la cultura con su aportación. Los protestantes tienen que protestar más. Todos saldremos ganando.