Fillon es un candidato cato-compatible. Los católicos franceses le han confiado el voto. Con contención y sin entusiasmo, pero lo han votado. Su victoria inesperada coincide con la salida del armario de los católicos más activistas -y no precisamente progresistas- en la escena pública y en el campo político. ¿Qué ha convencido a los de derechas para preferir a Fillon? No sólo que no disponían de un candidato propio, sino que François Fillon reúne algunas cualidades que comparten. La manifestación en contra del matrimonio homosexual "Manif pour tous" y su posición sobre el Islam son algunos motivos. Fillon es autor del libro Vaincre le totalitarisme islamique, que con este título de ánimos de vencer es también una declaración de principios. Pronuncia frases como "quiero proteger a nuestra República contra el totalitarismo islámico". El Islam es uno de los principales temas de la campaña, hecho que lo hermana con Marine Le Pen. Y a algunos fieles católicos "las derivas del Islam", como dicen, les inquietan mucho. De todos modos, el Frente Nacional no seduce a los católicos franceses, que son más reticentes que otros ciudadanos a votarlos. Con todo, un nada despreciable 25% de los católicos practicantes votarían por Le Pen en las elecciones de abril.

Fillon rellena su Twitter de frases no precisamente empapadas de espíritu católico inclusivo, como "detendré la inmigración sin asimilación", o sentencias casi militares como "Francia tiene que ser fuerte, y por eso tiene que estar orgullosa, porque un país que no crea ni en su bandera ni en su futuro es un país arrodillado".

El 49% de los católicos practicantes (que van a misa al menos una vez al mes) tienen intención de votar a Fillon en la primera vuelta presidencial

Fillon tanto va a misa por la Virgen de agosto como inaugura mezquitas, demostrando un concepto elástico de laicidad, que muchos de los suyos no le perdonan. Dentro del catolicismo, Fillon, neoliberal, no es precisamente el retrato del católico que dibuja el papa Francisco. Desde hace meses Fillon ha ido creciendo en su catolicismo público. Sobre el aborto, había confesado que teniendo en cuenta mi fe, no lo puedo aprobar. Pero en otras ocasiones se ha mostrado mucho menos contundente. En la encuesta IPOF que sale este fin de semana en la revista Famille Chrétienne, se indica que el 49% de los católicos practicantes (que van a misa al menos una vez al mes) tienen intención de votar a Fillon en la primera vuelta presidencial.

El sociólogo Yann Raison du Cleuziou ha pilotado la encuesta, que deja a la izquierda católica indefinida. Emmanuel Macron obtendría sólo el 9% de la confianza de los católicos, mientras que Valls se quedaría con el 7% de este perfil de votante. Y el resto se reparte entre socialistas y ecologistas.

El catolicismo francés está resucitando

Los católicos franceses, dormidos desde las excitadas épocas de los años 70, están sustituyendo la falta de autoestima por fervor. Son pocos, pero cuentan. Y, de hecho, cuando han sido conscientes de que eran pocos, precisamente dentro de una Francia conocida por ser "hija de la Iglesia", es cuando han reaccionado. Sobre todo los de la derecha. Los católicos de la izquierda, moderados, implicados (engagés), lo tienen más difícil, les cuesta más conectar y movilizar. Pero el Papa Francisco les ha dado un buen marco donde moverse. El catolicismo francés está resucitando.

Y Fillon ahora es un imán para el votante católico que no ha caído en el populismo xenófobo de Le Pen, pero que no se siente cómodo en la Iglesia de la periferia del Papa Francisco. El candidato se puede ir adaptando muy bien a sus necesidades. Fillon tiene la habilidad de ir según el sentido del viento. Y el aire católico, que se ha despertado, parece que le soplará decididamente a su favor.