Casa nostra, casa vostra (Nuestra casa, vuestra casa). Con este nombre se presentaba en el Teatre Lliure la semana pasada una Plataforma que quiere poner a actores, actrices, cantantes, asociaciones, sindicatos y a toda la ciudadanía en general al frente de la denuncia de la problemática de los refugiados. La sociedad civil de nuestro país ha dado un paso adelante. Y nos tenemos que sentir orgullosos de ello. Y lo han hecho para exigir el cumplimiento de los derechos humanos, y poniendo todo su capital público al servicio de esta causa.

Estamos obligados a movernos. Nosotros, los ciudadanos y ciudadanas, a través de ellos, tenemos que optar por coger las riendas de esta situación, que ha paralizado de terror a Europa y al mundo entero. No se sabe demasiado bien si por incompetencia o por miedo. Ya se ha escrito mucho sobre el incremento de la xenofobia en el viejo continente. A la crisis económica, social e institucional, ahora se ha unido la crisis de los refugiados. Demasiados retos para unas instituciones que se saben cuestionadas. Pero esta crisis no se la podemos dejar pasar. Si ellos abdican de sus responsabilidades, nosotros no lo podemos ni lo tenemos que hacer. Por eso hay que cerrar filas.

Barcelona se tiene que reivindicar y ejercer de capital del Mediterráneo subiendo la voz y haciéndose presente como ciudad de acogida

Barcelona se tiene que reivindicar y ejercer de capital del Mediterráneo subiendo la voz y haciéndose presente como ciudad de acogida. Una ciudad como la nuestra que mira al mar no puede girar la vista ante las muertes del Mediterráneo. Y Catalunya tiene que ser el país orgulloso de que sabe que su destino como pueblo va ligado al destino de su mar, y de las gentes que habitan en él.

No valen cálculos. Ni mirarse el ombligo, con nuestras crisis. Porque estamos ante una tragedia. Nosotros, los ciudadanos y ciudadanas, no tenemos que entender de tacticismos. Ni nos presentamos ni perdemos ni ganamos cada cuatro años en unas elecciones. Pero tienen que entender que las podemos hacer perder. Sólo tenemos que pensar en términos de humanidad. Si lo hacemos así, nos salvaremos. No se trata de solidaridad. Se trata de demostrar que algo nos queda, de civilización.

La presentación de la campaña fue un punto de partida. La Plataforma, bajo el lema #volemacollir, ya ha anunciado varios actos de campaña por todo el país que tienen que acabar el 18 de febrero en Barcelona, en un concierto en el Palau Sant Jordi y en una manifestación, la mayor que haya habido nunca en relación con los derechos humanos. Gracias a todos los que han dado el paso adelante. Os apoyaremos. Porque, como dice la magnífica canción "Com plora el mar", de Joan Dausà, que ha dedicado a esta iniciativa: "l Neptú, impotent abaixa el cap... no entenc aquests humans".