Todo parece indicar que el próximo 21 de diciembre votará más gente que nunca en unas elecciones al Parlament (puede superar el 80%), cosa que permitirá tener una radiografía exacta de lo que piensa la sociedad catalana con todos sus matices, y no sólo en términos de favorables o contrarios a la independencia, sino también en términos del eje derecha-izquierda.

Pero que los analistas estimemos que la participación se situará en torno el 80%, y por lo tanto, que hay realmente interés en participar, no quiere decir que todo el voto ya esté decidido. De hecho, casi 1.600.000 personas dicen que votarán pero realmente todavía dudan entre alguno o algunos partidos. Y aquí está la clave en el error en las proyecciones, determinar en función de sus dudas y sus preferencias qué porcentaje de cada segmento acabará haciendo lo que dice y en qué proporción acabará beneficiando a cada partido.

A falta de muchos días de campaña, en los que pueden pasar hechos que alteren los datos de hoy, el bloque independentista mueve en torno al 47% de las personas que se calcula que irán a votar, y los partidarios del bloque claramente contrario se mueven en torno al 44%, y son los comunes quienes tienen la llave para inclinar el relato a un lado o al otro (en torno al 8% de los votos hoy estimados).

Donde sí que las encuestas detectan cambios es intra bloques, es decir, movimientos entre ERC-JxCat-CUP y entre Cs-PSC-PP. Y por eso las estrategias de campaña con sus mensajes intentan alterar los actuales equilibrios de fuerza.

Un dato que será relevante es cómo se comportarán los electores de Junts pel Sí del año 2015, en este momento ligeramente más inclinados a votar por ERC (34,8%) que por JxCat (30,7%), pero los porcentajes se aproximan, y todavía un 28,8% de esta base electoral no ha decidido el sentido final de voto.

Otro factor relevante será qué hacen finalmente los electores de Unió, que en términos de voto decidido tienen todavía dudas, les cuesta decir claramente en las encuestas que votarán al PSC —como les pide su antiguo partido—, pero cuando manifiestan entre qué partidos dudan, claramente el PSC es el partido más citado.

También hay que seguir el trasvase de votantes del PP a Cs, habrá que ver si se mantiene hasta el último momento de campaña, o en algún momento se detecta algún retorno.

Y finalmente un dato básico, qué harán los nuevos electores, aquellas personas que ya sea por edad o porque se abstuvieron voluntariamente no votaron el año 2015. En intención directa de voto decidido gana Cs con un 10,4% seguido a mucha distancia de ERC (4,9%), pero aquí el nivel de indecisos entre uno, dos o incluso tres partidos es realmente alto, y estos "indecisos" son los que acabarán definiendo el mapa electoral catalán para los próximos años.

 

Jordi Sauret, doctor en Sociología, es el director-gerente de Feedback EIS