En el palco del Santiago Bernabéu se hacen negocios porque es el palco de Franco. Son los negocios de los "hombres únicos" de los que habla Florentino Pérez: él y sus amigos mimados por Boletín Oficial del Estado, los hombres de negocios y políticos que exhiben su poder gigantesco mientras miran el fútbol y deciden lo que debe ser y cómo debe ser España. Son el "capitalismo Cibeles" del maestro Sanuy, los protagonistas históricos de la impunidad, los profesionales del "porque lo digo yo", tan satisfechos de sí mismos, tan contentos de haberse conocido que no pueden entender que muchos, como Gerard Piqué, ni les admiramos ni nos gustan nada. El palco del Madrid nació con Franco y continúa, sin Franco, con pocas diferencias de puesta en escena. Donde estaba Franco ahora el emérito (Felipe VI no va) o Aznar o figura señera similar. Fíjense si es lugar de arribistas y de mercadeo que incluso hay fotos donde se ve al Pequeño Nicolás preguntando "qué hay de lo mío". Fíjense si es verdad que se hacen negocios que lo han contado tanto Jesús Gil como Luis Bárcenas. Fíjense si es verdad que se hacen negocios que James juega en el Madrid porque don Florentino tiene intereses en Colombia. En España la inmensa mayoría pasamos por ventanilla, los "hombres únicos" pasan majestuosamente por el palco. El palco del Bernabéu está hecho con el cemento que la empresa Huarte 'extravió’ de las obras del Valle de los Caídos, pagada en plena posguerra, por tanto, con el dinero de todos para el disfrute de sólo algunos privilegiados. En el Bernabéu se hacían los besamanos al Caudillo y en el Bernabéu el régimen en pleno hacía sus adhesiones inquebrantables, los coros y danzas de la Sección Femenina y se celebraba la victoria contra la pérfida Rusia Soviética de la mano (de la cabeza) de Marcelino. En el palco del Bernabéu es donde se habla del "señorío del Real Madrid" y en ningún otro lugar porque están convencidos de que la única opinión válida es la que ellos tienen. Por eso el Real Madrid disfrutó de un trato de favor en el antiguo proyecto del entonces nuevo estadio de Chamartín y ahora con la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Es tan importante el palco del Bernabéu que no tiene alternativa. Quedémonos sólo con dos ejemplos, el colchonero Felipe de Borbón y el culé Rodríguez Zapatero. Como no quieren ir al Bernabéu no van prácticamente a ningún estadio. Es o el Madrid o nada. Por eso el ex presidente del Gobierno español nunca pisó el palco del FC. Barcelona. Nunca se lo habrían perdonado.