A veces, y más aún si es domingo, te lían y, entre una cosa y otra, se te hacen las tantas, y te retrasas mucho, mucho de verdad. Quizás vas a la playa. Empiezas desayunando tarde, comes aún más tarde, parece que no hay manera de salir de casa, piensas en que habrá jaleo, colas, chico, no sé, ahora mismo no sé dónde he dejado las llaves, de verdad que no las encuentro. Además, a última hora me llama mi tío Miquel para que le acompañe a las urgencias del Clínic y tendré que llevarle con el coche. Y a urgencias sabes cuando entras pero no cuando sales. Total, que ya veo que el día 1 de octubre no votaré. Y, por favor, no me pongan esa cara, porque algunos de ustedes harán lo mismo, que ya nos conocemos, por una razón u otra, a votar irán los de siempre. Son muchos, cierto, en la calle se verán muchas estrelladas, muchas aglomeraciones simpáticas y populosas y eso nos hará confiarnos, nos acabará de decidir, pensaremos bah, bah, precisamente por un solo voto, no dependerá de eso, no hay que exagerar . O me dará un poco de miedo o esa especie de tristeza que me deja muy perro ante la tele, en el sofá, a ver qué pasa al final con la votación.

Total, que no votaré. Que serán las ocho de la tarde y aún no habré votado. Que no habré podido votar. Que veré la cara congestionada del president Puigdemont por tuiter, el gesto de horror de Junqueras y los resultados por internet, sin entusiasmo porque habremos perdido. Al final los catalanes hacemos estas cosas, nos produce respeto, angustia, divagamos, nos quedamos sorprendidos y es cuando habremos perdido el referéndum, con una participación más o menos como la que el president Mas hizo posible y así el independentismo habrá, nuevamente, fracasado. La juventud lo sentirá como una gran derrota del Barça pero los mayores verán que habrá sido mucho más que todo esto. Que cuando miras atrás no ves a nadie más, que los que tenían que estar allí te han dejado solo, se han esfumado, el individualismo catalán nos ha pariado de esta manera, no se puede hacer nada más. A la hora de la verdad huimos de nosotros mismos. Qué palabra tan bonita y tan catalana ... es 'fugitivo' en catalán, ¿no les parace? Se dice ‘escàpol’.

Al día siguiente saldrá Mariano Rajoy, el moderado, encarcelando gente, gente muy escogida, como Forcadell, Nuet o Manolo García. A chirona mientras salen los corruptos del PP indultados para hacerles sitio. Mariano lo lamentará mucho, pero no tendrá más remedio. Se define como moderado y dialogante, y él no podrá hacer nada, la ley es la ley. Qué pena. Al menos resultará ejemplar y una advertencia para el resto de la sociedad. El Rey irá a la Costa Azul unos días para descansar con la Reina. Aznar dirá que él ya lo había previsto y entre los tres encargarán extraoficialmente a Francisco Marhuenda que rediseñe la Generalitat para que se convierta en una administración perfectamente armónica y armoniosa con España, pero antropológica, como el caganer y la sardana. Será reinstalada en Montserrat donde se construirá una reserva. Iceta y Coscubiela recibirán sentidos homenajes en las universidades Carlos III, Camilo José Cela y Pontificia de Comillas. Arcadi Espada pedirá aún más dureza desde su columna de ejecución sumarísima. Alfonso Guerra redefinirá el Estado de las Autonomías. Se cambiarán los nombres de las calles. La plaza de Catalunya será la nueva Plaza de la Constitución y la calle Major de Olot será la nueva Avenida de la Guardia Civil. Los grandes maestros de ceremonias de la victoria de España serán la señora Arrimadas como cara amable y Xavier García Albiol como rostro combativo. Adiós a la inmersión lingüística, adiós al esfuerzo de redistribución de la riqueza de la hacienda catalana. Adiós al crecimiento de la economía catalana y a las nuevas infraestructuras. Adiós a unos impuestos más justos. Adiós a los Mossos de Catalunya. Adiós la prensa independentista que La Vanguardia recomprará por un simbólico euro. Javier Cercas escribirá una nueva novela explicando como Tejero, en realidad, lideró un intento de golpe de Estado para advertirnos de la deriva independentista. Mario Vargas Llosa pasará en Barcelona un fin de semana con La china y será proclamado hijo predilecto de Ada Colau. Messi, para reequilibrar, será redistribuido al resto de España y acabará vistiendo la camiseta blanca del Madrid. Adiós a la emancipación nacional de Catalunya, a la lengua catalana como lengua de cultura y de la sociedad en los Países Catalanes. Ya no serán necesarios libros en catalán y se optimizará el mundo de la edición, toda ya en manos de Planeta, a través de la edición única en castellano. El catalán volverá a ser una lengua pura y campesina, reducida a las montañas y a las conversaciones con el ganado. Adiós a tevetrés por sediciosa, adiós a las americanas de colores de Sala-i-Martin y buenos días a los bustos y grupos escultóricos dedicados a Soraya Sáenz de Santamaría en muchas ciudades. Buenos días a la España unitaria e integral como un pan negro. Buenos días a las nuevas emisiones de Jiménez Losantos en su programa de radio, especial desde Barcelona: “Buenos días, españoles, buenos días Cataluña, Cataluña Española, saludo a las cuatro provincias que han pecado mucho, sí, pero no hay nada que la Madre Patria no pueda perdonar si se lava con edificante denuedo... Repetid conmigo, ahora que ya no sois ni queréis ser nacionalistas, ahora que ha comenzado el proceso de desnazificación, de descatalanización de Cataluña, que es lo mismo. Repetid conmigo para limpiaros de la enfermedad mental del nacionalismo, repetid: España, España, España.” (Continuarà)