Nada, que dicen que hoy se proclama la independencia. Madrid se ha levantado tarde, como se levanta siempre Madrid, pero lo ha hecho estival y genital, quiero decir, con la parte contratante de la segunda parte allí, tú, con los mismísimos por corbata. Uy, uy. Tan pronto te dicen con desprecio que la declaración de independencia no servirá de nada, que solo es retórica, tan pronto te dicen que es hablar por hablar como se dejan llevar por el pánico y el pavor más alarmistas, alarmados ante la remota posibilidad de que alguien, que algún otro Estado, nos reconozca espontánea y amorosamente, romevamente, porque ya sabemos que la diplomacia internacional no se deja seducir a porrazos sino por el amor, por el amor de Romeva y Julieta, que es como decir mucho amor, un amor muy gordo, un amor de película que quieres ir a ver. De ahí que la gente de armas española, la Guardia Civil y la policía, no hayan encarcelado y golpeado delante de las cámaras al gobierno de la Generalitat con el Muy Honorable Presidente a la cabeza, porque se empiezan haciendo faltas de ortografía, faltas ortográficas de premio Nobel peruano, de acuerdo, pero que no dejan de ser faltas de respeto, faltas de información y de formación, hablando de Puigmon y de Forradell en vez de Puigdemont y de Forcadell, y luego vienen los de la porra y los detienen. Unos señalan y los otros rematan, esto va así. Ayer mismo el superdiario El País, que se supone que debería tener una superinformación, que debería publicar supercherías para que yo me las pueda supertragar, pues resulta que no, que también hacen faltas de ortografía y ya les ves el plumero a la legua, ya vas advertido, ya ves venir que si todo el rigor informativo que tienen es comparable al rigor que demuestran a la hora de utilizar la lengua catalana, pues mira, no. Ayer, en plena portada, para asustarme, decían que si Cataluña se independiza, que no se independizará no, pero si por si acaso se independizara, resulta que seríamos pobres, muy pobres, como las ratas de granero. Y que deberíamos volver a la peçeta, así, con ce cedilla ante la e, que no puede ser. ¿O creíais que tanta maldad y bajeza no dejaría secuelas, señores españolistas? Cuando empiezas por zurrar a la gente a porrazos acabas haciendo faltas de ortografía, que es aún peor, acabas delatándote a ti mismo, como en el diván del psicoanalista porque sabes que estás haciendo el mal, que la mentira tiene las patas muy cortas. Por la ortografía les conoceréis.

No les da miedo exactamente la DUI, la declaración unilateral de independencia, sino el dui, que en catalán significa el agujerito, el canillero, a veces imperceptible, por donde sale el vino de la bota hasta agotarla. Les da miedo que nos sigamos escurriéndonos, yéndonos con la determinación del líquido que se cuela por una fractura irreparable, que en los tiempos de las cosas líquidas nos hemos licuado. Por eso hoy en Madrid se han levantado enloquecidos y con faltas de ortografía. Mi dilecto amigo Federico Jiménez Losantos, el inspirador de Aznar, el sietemachos que tiene una solución para Cataluña, pedía hoy a las seis de la mañana que los encarcelen a todos, a todos, que Dios ya escogerá a los suyos. Que suspendan no solo a la Generalitat sino todos los ayuntamientos, empezando por el de Barcelona. Que cierren tevetrés y Catalunya Ràdio, que también cierren casa Godó, el periódico y RAC1, que cierren Planeta, que son golpistas. Es decir, cerrar La Sexta, Cuatro, Telecinco, cerrar Televisión Española, especialmente los de Sant Cugat. Hoy en Madrid se han levantado muy creativos, ¿no creen? Son adorables estos chicos desapañados del españolismo, a mí me divierten lo más, qué tíos. (Continuará)