En un entorno de inestabilidad del viejo orden económico, la Unión Europea se ha sumado a la campaña de aspereza y mal gusto que parece dominar la escena global. La UE dice sentirse amenazada "en tanto que potencia política, económica y comercial", según ha afirmado el comisario Pierre Moscovici. La América de Trump, la Rusia de Putin y una China muy auto- afirmativa estarían detrás del intento de construcción de la UE. En La Valeta, en Malta, la cumbre europea ha tratado de superar este clima buscando "una nueva Europa". 

Lo que parece claro es que ya no hay un impulso hacia más Europa y que los pasos que se den en este sentido tras la cumbre de Malta deberán fijarse como primer objetivo el realismo.

Emmanuel Macron: tras la crisis del Brexit los planes para fortalecer la Eurozona quedaron descartados ante el temor de que la propuesta de una reforma pudiera generar demasiadas divisiones

Jean Pisani-Ferry, un experto en cuestiones comunitarias y hoy figura destacada de Emmanuel Macron, que figura como favorito para sustituir a Hollande en el Elíseo, indicaba que "tras la crisis del Brexit los planes para fortalecer la Eurozona quedaron descartados ante el temor de que la propuesta de una reforma pudiera generar demasiadas divisiones". Es el precedente más directo de la situación actual.

Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha dicho que el enrarecido clima reinante ha provocado un "euroescepticismo sin precedentes". El "otro Donald", como se le denomina en Bruselas, parece olvidar 2012, en que el euro estuvo a punto de desaparecer, extremo que tan sólo salvó el presidente del BCE, Mario Draghi, cuando prometió "haré todo lo que sea necesario" para evitarlo. El problema es que después el Banco Central ha sido casi el único protagonista en tomar decisiones en Europa.

El mal paso que ha dado Donald Trump con los refugiados y la inmigración de siete países musulmanes revela que las políticas de brocha gorda no caben, pero igualmente se debería tener presente que en estos mismos días el ministro de finanzas germano, Wolfang Schäuble, ha reconocido que Alemania "ha cometido errores con los refugiados". "Los políticos somos humanos y también nos equivocamos", agregó. 

En el fondo, la cuestión con Estados Unidos es que su presidente quiere que los gastos de la OTAN sean compartidos por los socios europeos, cosa que en la mayoría de los casos no sucede. Curiosamente, Angela Merkel logró cohesionar a los países díscolos del Este de la UE a partir de la cumbre de Bratislava, donde la defensa y la seguridad dominaron la agenda. En el caso de Ucrania, un pacto con Putin debería completar los acuerdos de Minsk, a cambio del levantamiento de las sanciones, según fuentes diplomáticas. La cumbre de Malta se ha diseñado como una continuación de Bratislava. Las fronteras importan.

En materia económica, la Unión Europea no es una zona óptima, toda vez que en materia de crecimiento y empleo hay significativas diferencias

En materia económica, la Unión Europea no es una zona óptima, toda vez que en materia de crecimiento y empleo hay significativas diferencias, con el caso de Grecia como un problema a largo plazo. Es difícil establecer una política común, vista la resistencia a la aplicación de reformas. No obstante, los últimos datos de Eurostat revelan una mejoría del clima empresarial, lo que está llevando al euro a apreciarse frente al dólar.

Es la moneda común lo que es un gran obstáculo para Europa. La unión bancaria está detenida porque Berlín y el Bundesbank se oponen a la creación de un fondo común de garantía de depósitos, dado que al final pagarían el plato roto por los errores y empecinamientos de algunos, máxime cuando "los sistemas bancarios dependen en gran medida de las políticas financieras y económicas nacionales", lo que conduce, además, a acumular deuda pública en los balances, según Jens Weidmann, presidente del Bundesbank.

La política de compras de deuda soberana por parte del BCE ha provocado una depreciación del 6,5% del euro

En este sentido, cabe mencionar igualmente un estudio reciente del banco central alemán que revela que la política de compras de deuda soberana por parte del BCE ha provocado una depreciación del 6,5% del euro. Curiosamente, Peter Navarro, director del nuevo Consejo comercial de la Casa Blanca, afirmaba en el Financial Times que Berlín se aprovecha de un euro "fuertemente infravalorado", lo que le permitía hacer sus exportaciones más competitivas. Sin embargo, Peter Navarro quizá olvide la fuerte depreciación del dólar en 2008 para salvar la economía americana, lo que provocó la primera ruptura económica de China con EEUU, al ver caer fuertemente el valor de su importante cartera en bonos del Tesoro estadounidense.

Todas estas cuestiones, junto a la debilidad en los últimos años del eje franco-alemán y el difícil calendario electoral europeo, deberían moderar el tono de la queja europea y de sus políticos, para quienes esta vez el clima euroescéptico reinante no va a ser tan fácil de dominar como ocurrió en 2012 con los mercados. Ahora podrían ser los propios votantes los que lleven hasta el final sus consecuencias, sin que les sirva Trump de excusa para evitarlo. 

Las conclusiones de la cumbre de Malta serán llevadas a su aprobación en marzo, coincidiendo con el 60 aniversario del tratado fundador de la UE.

A su término el viernes, Joseph Muscat, primer ministro maltés, dijo: " No ha habido antiamericanismo. Necesitamos seguir relacionándonos igual con EEUU, pero necesitamos demostrar que no podemos permanecer en silencio donde hay principios implicados".

En cualquier caso, la UE ha dado un importante salto hacia el futuro al aceptar la cumbre una Europa a dos velocidades, con Alemania, Francia y España en la primera, mientras el Este se planta, algo que ni siquiera se pudo plantear en Bratislava.