(Esta humilde columna, una vez más, ha tenido acceso a la conversación entre los policías que han registrado los domicilios de la familia Pujol y la familia Pujol. Acto seguido podrá leer la transcripción)

- ¡Pom, pom, pom!!

- ¿Quién hay?

- ¡La policía!

- ¿Otra vez?

- Venimos a hacer un registro...

- ¿Otra vez?

- ¿Nos puede abrir la puerta?

- ¿Qué puerta? ¿La del piso de Mitre? ¿La de la casa de Queralbs o la de Bolvir? ¿La del despacho de la calle Ganduxer? La del despacho de la calle Calàbria?...

- ¿Pueden ser todas?

- De acuerdo, ahora los abrimos... Por cierto, ¿qué buscan?

- Cosas...

- ¿Cosas que empiezan por qué letrita?

- Depende...

- ¿Por la letrita depende? ¿Dependencia?

- No, que buscamos dependiendo de lo que encontramos...

- Pero si ya han venido otras veces y ya se lo han llevado todo...

- Ya, pero aquí hacen un café muy bueno. Y las pastas son del día...

- Pues mire, como ya los esperábamos, tenemos cápsulas de volluto, que es el que les gusta. Y las pruebas que buscan están en el armario de la habitación del pasillo...

- ¿En el de la puerta con espejo o en el del lado?

- En el del lado.

- ¿Donde hay los vestidos de comunión de los niños?

- Exacto. Pues donde vean unas flechas de neón de color rojo que señalan el texto "pruebas terribles de mucha culpabilidad", es aquel sobre.

- ¿Sólo un sobre?

- Piense que prácticamente estamos con una mano delante y la otra detrás...

- Bueno, es que nosotros tenemos que salir del edificio con 3 o 4 cajas de cartón grandes y haciendo ver que están llenas...

- Ah, pues aquí ya no quedan papeles. Ni siquiera la Enciclopèdia Catalana, que ya se la llevaron... Si quieren volver a traer lo que se han llevado otras veces y volver a llevárselo. Es que si hubieran avisado habríamos traído más pruebas... Precisamente por Semana Santa estuvimos en Andorra comprando quesitos de la "Vache qui rit", que los franceses son más buenos. I a mi marido le encantan con una tortillita de un huevo...

- Cachis el mar salada...

- Miren, si quieren, tengo un poquito de merluza rebozada que sobró de la cena de ayer... Se la envuelvo en papel de cocina para que absorba el aceite y no les manche las cajas...

- Pues nos hará un favor. Y, oiga, por cierto... hablando de favores... ¿nos podría abrir?

- ¿Abrir qué? ¿La merluza?

- No, la puerta.

- ¿Cuál? ¿La del piso de Mitre? ¿La de la casa de Queralbs o la de Bolvir? ¿La del despacho de la calle Ganduxer? La del despacho de la calle Calàbria?...

- Alguna.

- Ahora le digo a Maria Antònia que los baje a abrir...

- ¿Cómo sabe que me llamo Maria Antònia?

- Bueno, pues porque cada vez que vienen a registrar a los Pujol llaman aquí...

- ¿Qué quiere decir eso de que "llamamos aquí"?

- Pues eso, que siempre que vienen a por los Pujol llaman al . Y ellos no viven aquí...

- Vaaaaya... A ver si será por eso que no encontramos nunca las pruebas y tenemos que ir viniendo...

- ¿Y entonces, qué? ¿Quieren la merluza o no? El problema es que no tiene patitas y no podrán esposarlo, que eso siempre queda bien por la tele. Otro día avisen y les haré pulpo...