Esta humilde columna conecta acto seguido y en directo con un encuentro entre el señor Yo, el señor Tu y el señor Él. Los tres discutirán sobre quien de ellos dialoga y quien no. El formato no será dialogado porque así lo han pedido las tres partes.

Yo: Sí, yo dialogo. Lástima que tú no dialogues como yo dialogo.

Tú: No Yo, eres tú quien no dialogas. Quien dialoga soy yo, Tú. Y lo que es una autentica lástima es que seas Yo, o sea tú, quien no dialogue y que vaya diciendo que sí que dialogas y que quien no dialoga sea yo, o sea, Tú.

Él: Disculpad una cosa, pero querría decir que sí, que los dos dialogáis entre vosotros. Yo con Tú y en Tú con Yo. Y lo digo yo, que soy Él. Y lo digo porque lo sé.

Tú: No, no, esto no es cierto, Él. Aquí quien intenta dialogar soy yo, o sea Tú. Y es Yo quien va diciendo que dialoga, pero realmente no está dialogando. Porque yo, es decir, Tú, me he sentado varias veces en la mesa de dialogar y su silla, la de Yo, está siempre vacía.

Yo: A ver una cosa, yo dialogo contigo, Tú, pero lo hago en secreto.

Tú: Mira Yo, estás mintiendo porque tú, o sea en Yo, no sólo no dialogas, ni en secreto ni en sabido, sino que los tuyos, cuando dices que dialogas, dicen que no dialogas.

Él: Pero lo que dicen los de Yo no es cierto porque Yo si que dialoga. Concretamente contigo, Tú. Y lo digo porque yo, que no soy Yo, sino Él, lo sé.

Tú: Es la segunda vez que lo dices, pero yo, que soy Tú, no lo tendré en cuenta. Mira, es cierto que yo, que no soy Yo sino Tú, querría negociar con Yo, pero Yo, o sea él, pero ojo, el Él que no es el Él, porque el Él eres tú, que no eres tú porque en Tú soy yo, pero no Yo, que es él, pero un él que no es el Él porque estoy hablando de mí, o sea, de Tú...

Yo: Intuyo que has entrado en un bucle sin final...

Tú: ¿Quién ha entrado en un bucle, yo o Yo?

Él: Tú, que eres tú.

Yo: Disculpadme, pero me he perdido definitivamente.

Tú: Lógico, porque como que tú, que eres Yo, no quieres dialogar...

Yo: ¡Pero, qué manía! Pero si yo, que soy Yo, estoy dialogando contigo, que eres tú.

Él: Eso es cierto. Ya lo he dicho antes. Dos veces.

Tú: Quien ha entrado ahora en un bucle sois vosotros. Yo no puede decir que dialoga conmigo, o sea, Tú, porque no es cierto. Pero es que además lo desmiente su propia gente...

Yo: ¿Y tú, tú, qué narices sabes de nosotros?

Nosotros: Disculpadnos, pero somos Nosotros. No hemos podido evitar escucharos y queremos intervenir por ilusiones, que es como una alusión, pero con más entusiasmo. A ver, nosotros queremos desmentir absolutamente que Yo esté negociando con Tú. Es ro-tun-da-men-te falso...

Tú: ¿Lo ves, Yo? Yo, o sea Tú, tenía razón.

Él: No entiendo como Nosotros puede tener tanto morro. ¡Pero si vosotros estáis dialogando con Tú!

Vosotros: A ver... Nos vemos obligados a intervenir para desmentir una afirmación que se acaba de hacer tres líneas más arriba. Nosotros, o sea Vosotros, no estamos negociando ni con Nosotros ni con Yo. Por mucho que lo digan Él y Yo. Y damos todo el apoyo a Tú y, en consecuencia, confirmamos lo que dice Nosotros.

Yo: Mira Vosotros, aquí ha habido negociaciones secretas. Y ellos pueden decir lo que quieran...

Ellos: ¡¡¡Nooo!!! Por aquí sí que no pasamos. Somos Ellos y intervenimos en la conversación porque nos negamos a ser utilizados de forma partidista...

Tú: Perfecto, pero vosotros, que sois Ellos, ¿aparte de venir a interrumpir, tenéis alguna cosa que añadir sobre el tema?

Ellos: ¿Sobre qué tema?

Nosotros: Pues sobre si estáis negociando y lo decís, sobre si decís que estáis negociando pero no estáis negociando, si decís que no estáis negociando pero estáis negociando...

Yo, Tú y Vosotros: Muy bien dicho, Nosotros. Si vosotros, que no sois Vosotros, sino Ellos, no tenéis nada que decir sobre quien negocia con quien, no sabemos que hacéis aquí.

Ellos: Pues bien, ya que nos lo pedís, os tenemos que decir a todos que...

Todos: ¡Hola! Disculpad, ¿alguien nos ha llamado?

(CONTINUARÁ)