Y, de repente, aparece una encuesta en La Vanguardia donde proponen una lista de posibles candidatos del Pedeeecat y preguntan cuál es el preferido. Y resulta que un 35% opta por Carles Puigdemont y un 10,3 por... ¡¡¡ARTUR MAS!!!

El mismo día aparece una encuesta en El Español donde preguntan a los electores si votarían un partido liderado por José María Aznar López. Y resulta que este hipotético partido obtendría un 15% de los votos que, extrapolando la cifra, quieren decir 4 millones de papeletas y 51 escaños. Como dijo el poeta: "¡¡¡toooooma ya!!!.

Y a partir de aquí ha empezado la fiebre por recuperar el debate sobre el retorno de los dos ex presidentes. ¿Sabe aquello que intentó Sarkozy hace cuatro días y la galleta que se dió se oyó hasta en las afueras de Plutón? Pues sería eso.

La condimentación que ha acompañado la cosa tampoco ha estado mal. En el caso de Mas con la portavoz del Govern, Neus Munté, diciendo que "sería un grandísimo candidato". El caso es que le preguntaron: ¿"qué tal candidato sería Mas"? Y ella tenía dos opciones: o decir "esto no toca" o responder. Y optó por responder. Y, qué querían que dijera?: "¿Mire, sabe qué? Sería un pésimo candidato. Horroroso. Me vienen arcaditas y todo". ¿No, verdad?

Y en el caso de Aznar, resulta que de una encuesta hecha a 800 personas conseguimos detalles como los escaños por comunidades (por cierto, sacarían 1 en Catalunya) y que 1.731.455 (sic) votantes del PP en las últimas elecciones ahora irían en este hipotético PEDA (Partido Español De Aznar), que también recogería 165.560 votos de Ciutadans, 92.220 del PSOE, 30.298 de Podemos y 247.072 del resto de partidos. Como puede ver, otra cosa no, pero si esta encuesta tiene una cosa es precisión.

Pero lo más sensacional de todo es que ni Mas ni Aznar han abierto boca sobre volver. Y hasta donde sabemos, tampoco han hecho ningún movimiento al respecto. Por lo tanto, estamos ante un debate sucesorio inverso, consistente en que quién escogió a sus sustitutos, ahora serían los sustitutos de los sustitutos. O sea, no descartemos que, cuando los que no han dicho que tengan intención de volver hagan caso a las encuestas del momento futuro y vuelvan, no se estampen como Sarkozy, y consigan volver a gobernar, entonces aparezcan unas encuestas donde sus sucesores, de quien a su vez ellos habrán sido sucesores, saquen unos buenos resultados de cara a volver a ser ellos los candidatos post sucesorios de los sucesores. No sé si me he explicado.

Y si no me he explicado lo suficiente, no sufra. Ahora mismo hacemos una encuesta entre la familia y amigos que tengamos más a mano y obtenemos ya el resultado oficial y voto a voto de estas futuras elecciones donde serán candidatos los sucesores de quien los escogieron como sucesores suyos y que, a su vez, fueron sus propios sucesores.

Y, a continuación, especularemos con la sucesión de los sucesores de los sucesores que, naturalmente, no habrán dicho nada de querer suceder a sus propios sucesores y de quien ellos serán los sucesores en una sucesión de sucesiones infinitas y universales sin final.