El ciudadano periodista ya paseaba por el centro de BCN a las 12 del mediodía. A aquella hora se tenía que pasar por el Ayuntamiento de la ciudad a recoger la acreditación para poder acceder a la zona de prensa de la plaza de Catalunya, el lugar donde la manifestación y el acto posterior tenía que acabar en las 19.09.16, según previsión oficial. Finalmente ha acabado 20 minutos antes. ¿Qué ha pasado? Ahora se lo explico.

El ciudadano periodista, con la acreditación que ve aquí arriba en el bolsillo del pantalón, ha aprovechado para pasear. Y para hacerse la pregunta: ¿en la ciudad hay menos turistas que antes? ¿Hay los mismos? Yo qué sé. Las percepciones son relativas. Lo cierto es que en la plaza de la Catedral habían organizado una muestra de tradiciones catalanas. Cuando he pasado, bailaban bestias, actuaban bastoners y centenares de turistas hacían fotos. Como siempre. Y paseando, paseando, he llegado a Plaça de Catalunya, donde la escena era la de un día cualquiera. La diferencia es que hoy los manteros estaban en el lado de Rambla de Catalunya porque el resto de la plaza estaba lleno de policía. Había 15 (manteros. Los he contado). He calculado que hacia las dos y media tocaban a 20 policías por mantero. La oferta era la habitual: bolsos, gafas y camisetas del Barça. ¡Totalmente legales, eh! Bueno, o al menos un poquito...

El ciudadano periodista ha ido a las 15.05 a echar un vistazo a la zona de prensa a que daba derecho su acreditación y ha comprobado (con estupor) que las mesas y las sillas estaban situadas justo debajo de unos árboles llenos de palomas. Como es fácil imaginar, mesas y sillas eran el blanco de una inmensa cantidad de deyecciones por metro cuadrado (deyecciones, una manera muy fina de decir cagadas). Mientras, más allá de las vallas, el equipo de los Mossos experto en la cuestión abría todas las tapas del alcantarillado para comprobar que no había objetos ni personas. El ciudadano periodista ha estado a punto de pedirles refugio para evitar el bombardeo palomero.

En torno a las 4, el ciudadano periodista se ha acercado a la concentración alternativa convocada en Rambla de Catalunya-Aragó. Era aquella donde se tenía que ir de azul. Uno de los presentes, Josep (que no iba de azul) me ha dicho: "La verdad es que no sé exactamente qué piden, pero la otra manifestación me incomoda". Le pregunto por qué le incomoda y me responde: "Porque va el Rey". Ah...

El ciudadano periodista ha bajado por Passeig de Gràcia. A las 4 y media empezaba a haber mucho ambiente de gente subiendo hacia "els Jardinets". En los puntos de reparto de rosas empezaban el trabajo. En la Casa Batlló los turistas hacían cola para visitar el edificio ajenos a todo lo que estaba pasando ante sus narices. Una cosa que me sorprendía en aquel momento era la cantidad de gente que pasaba con pancartas reivindicativas y con críticas al Rey y a Rajoy. Un poquito más abajo he encontrado la explicación:

Efectivamente, había varios puntos de abastecimiento de las pancartas que después se han visto tanto por televisión. Felicidades a los promotores de la iniciativa porque su objetivo ha sido totalmente alcanzado.

El ciudadano periodista, a las 16.51 volvía a estar en Plaça de Catalunya para observar y escuchar los ensayos que Rosa Maria Sardà y Míriam Hatibi hacían del acto con el cual se tenía que cerrar la manifestación. Mientras ellas estaban en el escenario, los Mossos pasaban con un perro por la zona de prensa para que olfateara las bolsas y el material.

Y así ha ido pasando el rato hasta que a las cinco y media, el ciudadano periodista ha oído silbidos que venían de la zona de Passeig de Gràcia/Casp. Y tenían que ser ruidosos porque eran perfectamente audibles en la zona de la plaza más próxima a la calle Bergara (o sea en la otra punta), que era el lugar donde me encontraba en aquel momento. Justo llegado a sitio, 8 autocares y unos cuantos coches oficiales bajaban por delante del Corte Inglés en dirección Portal del Ángel. Por lo tanto, no era difícil suponer que la pitada había sido para recibir las "autoridades". A las seis menos cuarto, con la dificultad propia en estar en 34ª fila, ha sido posible ver la llegada del presidente Puigdemont a la zona de la cabecera. La mayoría de los presentes lo han aplaudido y han gritado "presidente, presidente". Mientras un helicóptero de la policía (lo llevaba escrito en la barriga. En la suya) se instalaba encima de nuestras cabezas, se ha repetido la pitada y se han añadido gritos de "fuera, fuera". Motivo: Mariano Rajoy y el Rey Felipe bajaban de sus coches para ir hacia la zona que les tenían reservada. Una pantalla gigante situada en la zona ha ayudado mucho a la ciudadanía a silbar y gritar a su majestad. Concretamente cada vez que lo enfocaban. La gente lo veía y festival de viento. Hasta que alguien se ha dado cuenta e, imagino, ha avisado a la gente de que ofrecía la señal institucional y se ha acabado eso de ver primeros planos del Rey. Al menos en las pantallas de la zona.

El ciudadano periodista ha visto como a las 18.00 en punto, la mani empezaba a caminar. De repente, detrás de las "autoridades" ha aparecido una inmensa pancarta que decía: Vuestras políticas, nuestras muertes", con fotos del rey Felipe, el rey saudí, Blair, Bush y otras caras que en los monitores era difícil identificar. En la zona de prensa, donde el ciudadano periodista había vuelto, todo el mundo ha exclamado "¡uaaaala!". Y es que ha sido un impacto ver al Rey en la mani y, a la vez, el Rey detrás de sí mismo en una pancarta donde era acusado de ser uno de los responsables de que pasen las cosas como las que han pasado los últimos días en Catalunya. Veremos qué consecuencias políticas tiene este impacto visual.

A las 18.21, los fotógrafos que estaban trabajando en las dos cabeceras han llegado al centro de la plaza y han ocupado el espacio que tenían reservado en una tarima situada en el lateral Llobregat y a la altura del escenario. El ciudadano periodista ha visto cómo poco rato después llegaban la cabecera de la manifestación y las "autoridades". La hora prevista para que pasara todo eso eran las 7 menos cuarto. O sea, íbamos 25 minutos adelantados. Alguien debe haber decidido que aquello había que acabarlo rápido. A las 18.33 han empezado a entrar manifestantes. Han quedado situados en la zona Llobregat de la plaza sin poder tener ningún acceso a la zona "noble" ya que por el medio, a parte de vallas y seguridad, había todos los representantes de los diferentes cuerpos de emergencias. Los manifestantes se han ido dispersando por la plaza, incluidos los lugares la prensa teníamos prohibido el acceso hacía 5 minutos.

El ciudadano periodista ha comprobado cómo el acto ha empezado a las 18.42, 17 minutos antes de lo previsto y ha acabado 20 minutos antes de la hora que tocaba. Realmente han hecho un Usain Bolt. Y ha visto cómo el momento más emotivo ha sido la interpretación de El cant dels ocells. También ha visto cómo las autoridades han sido extraídas del lugar hasta la zona sur de la plaza, lado portal del Ángel, donde les esperaban los coches oficiales y los autobuses citados anteriormente. Una vez ellos ya no estaban, el resto de la gente se ha ido marchando. Quien lo ha hecho por la zona del monumento a Macià se ha encontrado con bomberos, médicos, enfermeras y personal del 061. Espontáneamente, les han hecho un pasillo y los han aplaudido. Largamente. Muchos de los presentes se marchaban en dirección a la Rambla para continuar el homenaje a las víctimas, que era de lo que se trataba hoy, aparte de condenar la violencia.

Es imposible saber los motivos personales por los cuales cada persona ha ido hoy a la manifestación. Yo sólo puedo hacer de portavoz de mí mismo. Y he ido para recordar a las víctimas, para dar apoyo a sus familias, para agradecer el trabajo de los servicios de emergencia, para mostrar mi rechazo a todos los bárbaros intolerantes (A TODOS) y decirles que no tenemos miedo. Porque, primero de todo y por encima de todo, el periodista es ser humano y ciudadano. Y aunque esté trabajando, también se manifiesta.