Ciutadans ha convocado este jueves a las 19.00 un acto en la plaza del reloj de Santa Coloma de Gramenet denominado "encuentro ciudadano". Y he ido a ver qué explicaban.

A las 18.30, ya estaba el escenario a punto y en cada una de las sillas destinadas al público, en total 11 filas por 30 sillas, 15 a lado y lado con un pasillo central, estaba la publicidad del acto. Esta:

Como a aquella hora sólo un servidor corría por allí, una chica se me ha acercado para preguntarme: "¿Qué hay hoy aquí?". Le he dicho que un acto político. Me ha respondido que ella no era política y se ha marchado riendo.

A menos cuarto ya había tres personas en la fila 3 de sillas del lado izquierdo del escenario y un chico en la fila 8 del lado derecho. Sonaba una música en bucle con una percusión muy marcada, pero con un fondo electrónico estilo chill out.

La gente iba llegando y a las 18.53 he contado a 33 personas de pie fuera de la zona de sillas, como observando la escena. ¿Sabe aquello de "estamos, pero no estamos"? Pues eso. Ha aparecido un señor que estaba paseando el perro y ha saludado a un conocido que estaba sentado en la última fila. El del perro le ha preguntado al otro que hacía allí y el otro le ha dicho "Viene Inés Arrimadas a hablar de políticas sociales". También iban apareciendo diputados de Ciudadanos en el Parlament, incluido Carlos Carrizosa, el hombre de las gafas colgadas al cuello y que se montan y se desmontan a voluntad gracias a un imán que une las dos partes por la parte del puente nasal. Cuando ha acabando el acto me ha hecho saber que en el grupo parlamentario son conocidas como las "Las Carriglasses".

A las 19.01 se nos ha comunicado: "El acto está a punto de empezar. Vayan sentándose". Los (y las) 33 que estaban de pie y que ahora ya eran el doble más, ni se han inmutado. Ha sido cuando ha pasado un matrimonio que se ha detenido, se han mirado la cosa y ella, como teniendo un estallido de memoria, ha exclamado: "Ah sí, aquí actúa Inés Ballester". Y también ha sido cuando un señor mayor me ha preguntado quien hablaba. Se lo he explicado y se ha marchado. Ha vuelto y entonces me ha preguntado la hora de inicio. Se la he dicho y se ha acabado sentando en una de las pocas sillas que aún quedaban libres. Concretamente en la sexta fila.

En las 19.17 ha llegado Inés Arrimadas, bajando a pie por la calle que desemboca en la plaza y ya microfonada. Yo he observado la mesa de prensa y me he dado cuenta de que, a parte de la gente de prensa del partido, yo era el único periodista. O sea, que todo eso que le estoy explicando es una exclusiva total (y mundial).

El primero en hablar ha sido Dimas Gragera, concejal de Ciudadanos en Santako. Nos ha explicado que nació en la calle del lado "como Tamudo" y ha aprovechado para criticar a la alcaldesa y para hablar de la crisis del pequeño comercio local, poniendo ejemplos de tiendas que han cerrado recientemente.

Después ha tomado la palabra Noemi de la Calle, diputada y portavoz de asuntos sociales. Ha hablado sobre todo del problema de la vivienda y ha explicado que Ciutadans fueron los primeros en plantear la dación en pago.

A las 19.39 ha sido el turno de Arrimadas, que mientras hablaban los otros dos participantes, tomaba notas. El primer aplauso de los presentes ha sido cuando ha anunciado que en la famosa Churrería Manchega se ha zampado unos churros con chocolate buenísimos.

Y después ha llegado la otra manduca, la del contenido: "Catalunya es lo que es gracias a los barrios de gente trabajadora", "somos el partido del mundo real y de la gente normal", "el ascensor social se ha roto y los jóvenes no encuentran trabajo", "el objetivo principal del Govern de la Generalitat es que nuestros familiares en Andalucía y Extremadura sean extranjeros" o "cuando gobernamos no tendremos estructuras duplicadas ni corrupción".

Ha insistido mucho en el gasto que hace el Govern en "nacionalismo" y en "televisión y radio" en vez "de invertir en sanidad y dependencia. Menos independencia y más gasto en dependencia". Ha criticado varias veces al PSC, "un partido con un modelo agotado" que "es corresponsable de las políticas de Puigdemont" y no ha mencionado al PP ni directa ni indirectamente.

Ha hablado de las famosas urnas, pero para decir "deseo que se pongan las urnas, para poder hacer unas elecciones autonómicas que ganaremos para gobernar". Y a las 19.59, y dando un beso al aire a los asistentes, ha concluido el acto. Y después, fotos y más fotos con los presentes. Decenas. Y saludos. Y la gente explicándole su vida. Y ella sonriente y preguntándoles cosas.

Y así hasta las 20.45. Mientras ella atendía asistentes, yo seguía atendiendo gente. Una señora con hiyab me ha preguntado si Inés era la alcaldesa. Le he dicho que era la jefa de la oposición en el Parlament. ¿Ha puesto cara de "¿qué me está explicando a este señor?" y me ha dicho: "entonces no hace falta hablar con ella porque no le puedo pedir nada" (sic). Y ella y carrito de la compra, se han ido. Y su lugar ha sido ocupado por una niña con un chándal del Barça que me ha explicado que juega a hockey hierba, con césped artificial, y que estaba muy cansada porque hoy la han hecho correr una hora. Y, a continuación, ha sido el turno de un matrimonio de jubilados que me han hecho saber "que esta chica nos gusta mucho" (Arrimadas) y que la próxima semana se van de viaje a Canarias.

Cuando Arrimadas ha acabado de fotografiarse y de hablar con todo el mundo ha venido hacia mí a preguntarme cómo había visto la cosa. Le he comentado que ha estado el doble de tiempo con la gente que charlando y me ha respondido: "¿Y ya es eso, no?". Y sí, seguramente era eso. Y, como nadie más se me ha acercado a preguntarme ni a explicarme nada, he decidido irme. Eso sí, pensando en este nuevo periodismo multitarea que te obliga a escribir, hacer fotos y vídeos, a enviar material para los directos... y a hacer de informador de ciudadanos diversos que ven en ti a alguien que les resolverá sus dudas. Y eso demuestra que todavía somos útiles y que esta profesión quizás aún tiene futuro.