Lo publicamos hoy. Efectivamente, la exposición aquella de Franco a caballo, oficialmente llamada "Franco, Victoria, República, impunidad y espacio urbano," costó 183.697 euros.

Y eso es una vergüenza. Una inmensa vergüenza. Que por aquello, el Ayuntamiento de BCN pagara sólo 183.697€, es un escándalo. Por la repercusión y la participación ciudadana que tuvo, estamos hablando de un precio irrisorio. Y le diré más, hay cosas que no tienen precio. Y aquella es una.

Por una parte, por sólo 183.697€ se consiguió hacer una publicidad del Born y de la exposición que, si la hubieran encargado a una empresa especializada, habría costado una millonada. Porque, a ver, ¿cuándo se había hablado tanto de una exposición? ¿Desde cuándo la cultura había sido un tema de debate en todos los medios? ¡Nunca!

Y de la otra, que por sólo 183.697€ se organizó una campaña de expresividad artística nunca vista. Situar la estatua del caudillo, tan invicto como decapitado, encima de un caballo permitió a la ciudadanía exteriorizar unas inquietudes performancéticas de un altísimo nivel.

Todo empezó con un señor que, el mismo día de la inauguración, apareció con media docena de huevos y se dedicó a hacer puntería, acreditando un acierto de 4 sobre 6. Después tuvimos la ocasión de ver diversos (y variados) cambios de color de la estatua gracias a las diversas posibilidades que ofrece el pantone. Bien, y los potes de pintura que incluyen los diferentes colores del pantone. Seguidamente llegaron las banderas, básicamente indepes y del movimiento gay, que sirvieron de vestimenta a la figura en multitud de variantes. Y, a continuación, alguien tuvo la idea de llenar la zona de maíz con el objetivo de estimular la llegada de palomas y con ellos sus conocidas deyecciones.

Finalmente, las cuatro grandes muestras de expresión de arte popular. A saber: una muñeca hinchable que acabó compartiendo cabalgadura con quien da nombre a la famosa Fundación de su mismo nombre (y apellido), una puerta de color verde, una cabeza de cerdo que fue situada donde tendría que haber estado situada la cabeza dictatorial y #samataopaco, la etiqueta que lo petó en Twitter el día que la estatua cumplió la letra de aquella melodía que dice: "segur que tomba, tomba, tomba..."

Fíjese, y todo eso por sólo 183.697€. Imposible de superar. Sobre todo porque en el desglose de las diferentes partidas vemos que el coste de la seguridad fue de 1.210€ y la del seguro de 1.275€. Teniendo en cuenta la seguridad que acompañó, con el ya conocido éxito, la protección de la estatua y lo que tuvo que cubrir el seguro, la ganga es IN-SU-PE-RA-BLE.

Espero ansioso la próxima exposición que permita a la ciudadanía exteriorizar todo aquello que lleva dentro y que no encuentra el vehículo adecuado dónde poder excretarlo. Y si el presupuesto se nos dispara un poquito más, tampoco pasa nada...