Ejercicio de suposición. Imagine un presidente cualquiera de un Estado cualquiera de los llamados "democráticos". ¿Ya? Perfecto.

Ahora imagine que en una zona de este hipotético país hay una mayoría de gente (que todas las encuestas afirman que está en torno al 80%) que quiere votar para decidir continuar con la relación existente hasta aquel momento o para modificarla. Y en caso de modificación, pactar la aplicación. Y que el presidente de este Estado dice que plantear eso no es democrático. Y que, en defensa de este argumento, se empiezan diciendo barbaridades más o menos asumibles hasta que se acaba diciendo que votar no es siempre democrático. O sea, el delirio llega al punto de que lo que es democrático es no permitir votar a la gente y que los autoritarios (y nazis, y todo el resto que usted ya sabe) son los que piden votar y (sobre todo) aplicar el resultado... ¡¡¡sea cuál sea!!!

Pues bien, imaginemos que los que quieren votar deciden que sí, que votarán. Para contarse. Y que el presidente de este hipotético Estado dice que no lo harán. Y los que quieren votar lo hacen una primera vez. Y el presidente de este hipotético Estado dice que es una butifarrada sin ningún valor, pero resulta que acaba persiguiendo de manera individualizada a las personas a quienes culpa de organizar esta "butifarrada". Y lo hace para intentar arruinar su vida. Literalmente.

E imaginemos que los que quieren votar, lo hacen una segunda vez. E imaginemos que el presidente de este Estado dice que no habrá urnas. Ni papeletas. Ni colegios. Ni censo. Ni miembros de las mesas. Ni recuento. Ni resultados. Y que llega el día y hay urnas. Y papeletas. Y colegios. Y censo. Y miembros de las mesas. Y recuento. Y resultados. Y que votan unos dos millones y medio de personas.

E imaginemos que para intentar evitar todo eso que no se consigue evitar, la decisión de este presidente es enviar gente vestida como para ir a la guerra a golpear a gente desarmada que no ofrece ninguna resistencia. Y que los que golpean lo hacen por encima de la cintura, cosa que está prohibida. Y que lanzan pelotas de goma, cosa que también está prohibida. O sea, es una salvajada y, además, ilegal.

E imagine que, en vez de pedir perdón por una salvajada que el resto de países condenan, como no puede ser de ninguna otra manera, el presidente de este Estado lo que hace es poner en duda la cifra de heridos y decir que el personal sanitario se ha inventado los casos.

E imagine que después este Estado dice que ha pedido perdón por la salvajada, pero que eso no es cierto. Y que la realidad es que se hace salir un delegado de este presidente de este Estado a decir que pide perdón... ¡en nombre de los policías! Oiga, que los policías no actúan si no reciben una orden. Y esta orden solo la puede dar el presidente de este Estado o un subordinado suyo. Por lo tanto, el responsable último es este presidente.

E imagine que el presidente de este Estado usa políticamente ciertos órganos judiciales que actúan muchas veces sin respetar las leyes y vulnerando la legalidad. Órganos que ordenan detenciones arbitrarias basadas en interpretaciones de la ley que no se sostienen. E imagine que en este Estado se hacen actuaciones policiales sin ningún tipo de orden judicial.

E imagine también que el presidente de este Estado usa las cloacas para inventar hechos con la intención de destruir personas inocentes. Y resulta que, además, se filtran las pruebas de que eso es así. Y que no pasa nada.

Imagine que todo eso convive con grupos ultras descontrolados que actúan impunemente por las calles e intentando asaltar medios de comunicación situados en una ciudad donde hay 8 mil policías y resulta que ni uno de ellos va a proteger este medio.

E imagine que teniendo el apoyo de su partido y de dos partidos políticos más, el apoyo internacional del resto de estados abonados a su mismo club, el apoyo de todos los diarios de papel y de las televisiones públicas y privadas que cada día dan un paso más en el ejercicio desbocado de la postverdad de las fake news (a cambio de no sabemos qué), el apoyo de las principales empresas (que viven del Estado), el apoyo de quien aplica la ley a conveniencia (porque estan donde estan porque alguien los ha puesto allí) y, sobre todo, el apoyo de la fuerza implacable de un Estado con todo lo que eso implica... Pues eso, que teniendo todo este apoyo, cuatro "locos" consiguen proclamar la independencia de este Estado sin que este Estado sea capaz de impedirlo. E imagine que ahora, las consecuencias a posteriori pueden ser terribles a nivel social, económico, de convivencia y de seguridad personal de todos ciudadanos, piensen lo que piensen.

Ah, e imagine que a todo eso este presidente de este Estado añade los graves problemas de corrupción personales y los de su partido. ¿Usted qué pensaría de este presidente de este Estado? ¿Creería que tiene que continuar en su cargo o que ha demostrado sobradamente no solo no estar capacitado para solucionar ningún problema, sino para empeorarlos todos?

Bien, pues imagine que este presidente de este Estado sigue teniendo la confianza de la mayoría de los habitantes de su Estado. Si arruinando todo lo que toca, la gente sigue confiando en él, por qué caray tendría que terminar, ¿verdad?

Y ahora, imagine el mundo donde vivimos...