Los CDR. Comitès de Defensa de la República. Nueva palabra para añadir al extenso vocabulario generado por el procés. Un procés que ya no es sólo "El Procés". La cosa ha derivado hacia un lugar indeterminado que va más allá y que todavía no tiene nombre. Quizás porque, de hecho, todavía no es ni un concepto. Pasan tantas cosas y tan rápido y todo se transforma a tanta velocidad que "la cosa" no tiene ni tiempo de enfriarse que ya vuelve a estar cociéndose en el horno con un ingrediente nuevo.

Provisionalmente podríamos denominarlo metaproceso, como para decir alguna cosa. Y es una corriente de aire que, básicamente, suma los movimientos del llamado régimen del 77 para que nada se mueva, un franquismo sociológico a quien el aznarismo le hizo perder la vergüenza de ser lo que es y una Europa de los estados que es un dinosaurio burocrático que vive alejado de la gente y de la realidad.

¿Consecuencias de todo eso que se mueve? De momento en Catalunya ya hemos tenido dos huelgas generales en un mes. La de ayer con menos participación que la del 3 de octubre, pero mucho más importante por las consecuencias que puede tener a nivel social.

De entrada por el papel de los dos grandes sindicatos. Javier Pacheco, líder de las CCOO de Catalunya, dijo: "Aquí las huelgas generales las convocamos nosotros". Pacheco lo decía porque esta huelga no era cosa suya sino de la Intersindical-Confederació Sindical Catalana (I-CSC), minoritaria e indepe. Pues bien, ahora Pacheco ya sabe que ha perdido el monopolio de convocar nada. Mientras, Camil Ros, secretario general de la UGT de Catalunya, era abucheado durante la intervención en el acto de la plaza de la Catedral de BCN. Por no haber dado apoyo a una huelga que se hacía, entre otras cosas, en apoyo de la consellera Dolors Bassa, vinculada a la UGT desde el año 2000 y secretaria general de las comarcas gerundenses entre el 2008 y el 2015. La sociedad evoluciona y cambia y los sindicatos continúan como si el mundo se hubiera quedado a finales del siglo XX. Y lo peor para ellos es que todo el mundo lo ha visto.

Y paralelamente a este cambio de paradigma sindical, la aparición de los ya mencionados CDR. Doscientos treinta, según dicen ellos mismos en su cuenta de Twitter.

Ayer los CDR fueron los responsables de cortar el AVE en BCN y Girona, varias autopistas y carreteras y las fronteras con Francia en la Jonquera, la Seu d'Urgell y Puigcerdà. Y en este último caso la cosa ha durado hasta esta mañana, después de una noche con temperaturas bajo cero y nevando.

Gente de todas las edades y de todo el territorio demostraron capacidad de convocatoria, de determinación y de resistencia. Y, sobre todo, una gran organización que funciona fuera de partidos y entidades tradicionales. Pero, creo, lo más relevante fue el aviso. De lo que puede pasar según cómo. Para los CDR fue un ensayo general de cara a futuras movilizaciones y la demostración de cómo se puede parar un país. Para los señores (y señoras) 155 fue un toque de atención: hay alguien con suficiente fuerza como para parar un país y que sabe cómo hacerlo.

Oiremos hablar de ellos. Apunte. Se llaman CDR.