El programa El Suplement, de Catalunya Ràdio, entrevistó a Inés Arrimadas. Y, durante la charla dijo, de entre otras cosas: "No trabajaremos para hacer un referéndum. Y si se hace, el único escenario en el que yo podría participar es que fuera legal y que tuviera validez, pero evidentemente este no es el planteamiento que tiene el president Puigdemont ni el gobierno de la Generalitat y, además, no es nuestro escenario".

Si la quiere escuchar, aquí tiene el enlace.

Eso, traducido, sería: "No somos partidarios del referéndum, pero si el Estado lo pactara, como hicieron en la Gran Bretaña con Escocia, yo participaría". Y entonces yo añado de mi cosecha una frase que, estaremos de acuerdo, en que la jefa de la oposición la podría haber dicho perfectamente: "y votaré no". Como tantos otros catalanes que también votarían que no.

Pero, claro, en esta España en que todo el mundo tiene que ser y tiene que pensar como unos integristas han decidido que se tiene que ser y se tiene que pensar, cualquiera que salga mínimamente de la doctrina totalitaria es condenado al pim, pam, pum cavernario. Y eso es lo que le ha pasado a la señora Arrimadas.

La Razón, órgano oficial del marianismo, ha publicado una pieza donde imparten el dogma. Y es así donde leemos que "un gesto de contrariedad se ha apoderado nuevamente de varios dirigentes de Ciudadanos" porque "no comprenden cómo Arrimadas da cuerda de esta manera a un planteamiento que nunca ha sido el del partido, sino el que han mantenido sus adversarios políticos". "Dirigentes de C's consideran un error que su partido, nacido hace 10 años como un movimiento contrario al nacionalismo obligatorio en Catalunya, intente ahora hacer política en el campo de sus rivales. Un miembro de la ejecutiva nacional subraya que no se puede ser ni contemplativo ni condescendiente con los soberanistas. Los guiños que Arrimadas está ensayando desde que se reprendió el curso político molestan a sectores de Ciudadanos. En un reciente debate en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el dramaturgo Albert Boadella (uno de los padres intelectuales de Ciudadanos) estalló: Inés Arrimadas celebra la Diada con una paella colectiva y no pasa nada en un partido que fue fundado para todo el contrario".

Y La Razón, con muy buen criterio, ha ido raudo y veloz a entrevistar en Boadella, garantía de obtener un titular que sostenga la línea editorial más nacionalista española posible.

–¿Qué valoración hace de las declaraciones de Inés Arrimadas?
–No comprendo por qué esta señora no ingresó en su momento en Convergència. Estaría rodeada de gente que piensa lo mismo. Creo que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, debe responder sobre estas declaraciones, porque si está de acuerdo con ellas, significaría un engaño a cientos de miles de votantes que les han entregado su confianza para preservar una España de igualdad y unidad territorial.

–¿Cree que estas declaraciones dan oxígeno a los partidos nacionalistas de Cataluña?
–Con algunas actitudes de la señora Arrimadas me da la sensación de que Ciudadanos tiene un submarino del nacionalismo situado en un puesto de mucha responsabilidad.

–¿Se aleja esta postura del discurso de Ciudadanos?
–Tales actitudes pueden legar a quebrar muy seriamente el partido. Un partido que fue fundado, precisamente, por todo lo contrarío.

–¿A qué cree que se refiere con referéndum «legal»?
–Utiliza la misma táctica nacionalista. Pasito a pasito. Así, de esta forma, el referéndum empieza a vislumbrarse como algo posible.

–¿Cómo cree que van a afectar estas declaraciones a las relacionas con el PP?
–Hasta el momento el Partido Popular ha mostrado muchas tragaderas con el tema del nacionalismo catalán. Ha querido aplicar la estrategia de dejar pasar el tiempo y eso nos ha llevado donde estamos. No obstante, creo que no les afectará excesivamente dado que además necesitan sus votos para tirar adelante iniciativas de gobierno.

 

O sea, señora Arrimadas, como puede comprobar, usted ha sido marcada con la cruz de la traición a la patria nacional de los que dicen no tener patria ni ser nacionalistas, pero que son los más patriotas y los practicantes de un nacionalismo que no quiere ser integrador y que busca la absorción obligatoria de los disidentes negando los argumentos e imponiendo radicalidad, exclusión, intolerancia y talibanismo. Los "Ciudadanos del mundo" han emitido su veredicto: usted no es pura. Usted está contaminada. Usted es un submarino del nacionalismo. Ya lo ve. Total por haber dicho una cosa que desde la óptica españolista tendría que ser una obviedad.

La suerte es estos días que la bilis se la reparte con otra catalana, Sol Daurella. La propietaria de Coca-Cola European Partners es una de las personas que han decidido colaborar con la Generalitat para "vender" Catalunya en el extranjero. Como lo han hecho otros peligrosos separatistas antisistema: Xavi Hernández, Joan Majó, Carme Ruscalleda, Àlex Corretja, Araceli Segarra, Anna Veiga, Josep Ramoneda, Xavier Sala-Martín, Josep Carreras, Jordi Savall o sor Lucía Caram. Y como hacer de embajador cultural catalán también es una terrible herejía, durante el fin de semana ha circulado en Twitter la etiqueta #cocacolarompeespana, donde se convocaba a boicotear la marca. ¿Con qué argumentos? Bien, le dejo un enlace absolutamente delirante de la página de humor político que más hace reír ahora mismo. Aunque sus autores creen que la gente se los toma en serio.

Realmente el patetismo de algunos es como el universo: oscuro e infinito.