Alguien me preguntó esta semana si no había visto el programa de Jordi Évole del domingo, protagonizado por Albert Rivera y Pablo Iglesias. También me informaron de que Susanna Griso estuvo con los candidatos de Podemos y de Ciudadanos y que les preguntó a ambos por sus hábitos sexuales. Así los españoles pudieron enterarse de que la hora preferida de Iglesias es antes o después de la siesta (como cualquier vago rojo toma la siesta y además, con margen suficiente para echar un polvo) y que su enemigo político necesita hacerlo a todas horas (por lo de su hiperactividad, supongo). Todos los presentadores estrella del país han entrevistado a todos los candidatos varias veces invitándolos a sus respectivos programas desde hace unos ocho meses, cuando el candidato Suárez Illana inauguró la campaña con Bertín Osborne. Le siguieron Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, hombres respetables a los que el entrañable Bertín preguntó también si habían sido ligones. Sánchez se vino arriba y confesó que había tenido su primera novia, una italiana, a los 14 ,y el presidente en funciones matizó que él nunca había sido de muchas novias. En mi pueblo, Pontevedra, se comenta que el presidente siempre fue más de novios.

En mi pueblo, Pontevedra, se comenta que el presidente siempre fue más de novios

Wyoming, Ana Pastor, Pablo Motos y hasta José María Calleja han hecho de todo con los candidatos. Y por cosas como ésas, yo jamás podré olvidar el imponente paquete de Pedro Sánchez con su enorme falo recogido por un arnés al que bauticé, muy acertadamente, como Heidi. Pedro y Heidi son mi fantasía erótica, lo reconozco.

Las cadenas de televisión –y de radio- tuvieron tanto tiempo que incluso Alberto Garzón pudo repetir platós. Eso sí, todavía no sabemos nada acerca de sus hábitos sexuales. 

Pero lo más preocupante es que hace dos días escuché en la radio –todavía no he conseguido perder el vicio de ducharme con la radio puesta- que hoy, viernes, empieza la campaña. Y casi me pongo a llorar. Resulta que lo anterior, los ocho meses, las confidencias sexuales, las risitas cómplices, las cocinitas, las fotos de la comunión y el pollazo de Pedro Sánchez eran sólo un ensayo. Supongo que Mercedes Milá ya tendrá la casa preparada con el edredoning y Supervivientes habrá programado un encierro en el parlamento venezolano para que esta gente pueda hacer política de una vez en la capital de España.

Con la de horas que pasa esta pobre gente siendo entrevistada no sé en qué momento van a pararse a gobernar

No comprendo cómo todavía queda algún ser humano, animal o planta dispuesto a a escuchar a estos señores. Si yo fuese Susanna Griso los miraría directamente y, mientras Pablo Iglesias me cuenta cómo se hizo su primera paja con la internacional de fondo, le espetaría un “francamente, querido, me importa un bledo” y me cogería la mochila para irme de escalada con Pedro Sánchez y con Heidi. 

Con la de horas que pasa esta pobre gente siendo entrevistada no sé en qué momento van a pararse a gobernar. Eso sí, me quedo mucho más tranquila sabiendo que, al menos, follan.