Al hilo de la Asamblea Nacional de Ciudadanos, lo que ha sorprendido a muchas personas no es que ese partido haya decidido suprimir la palabra “socialdemócrata” de su definición ideológica, sino enterarse de que la tenían. Casi nadie identificaría al Ciudadanos que conocen los españoles como un partido de centro-izquierda o cercano a la socialdemocracia. Por el contrario, su imagen está claramente fijada en el espacio del centro-derecha liberal, con vocación de bisagra pero con mayor grado de proximidad al PP que el PSOE.

Sin embargo, no siempre fue así. Antes de irrumpir como Ciudadanos en la política española, el partido de Albert Rivera actuaba únicamente en Catalunya. Al estudiar el origen y la base electoral del partido Ciutadans de ámbito catalán y compararlo con el partido Ciudadanos de ámbito español, se comprende bien por qué tuvo sentido que el primero se llamara a sí mismo socialdemócrata y que el segundo se haya desprendido de esa identidad.

Primero, la historia. El origen de Ciutadans como partido político está en la asociación Ciutadans de Catalunya, creada en 2005 por un grupo de intelectuales (Félix de Azúa, Albert Boadella, Francesc de Carreras, Arcadi Espada entre los más conocidos), que tenían dos cosas en común: casi todos ellos procedían políticamente de la izquierda y todos ellos se oponían y se oponen frontalmente al nacionalismo.

Esa doble identidad (una posición política progresista próxima a la socialdemocracia, acompañada de una fuerte militancia antinacionalista) está en el código genético del partido que fundó Albert Rivera, y es perfectamente distinguible en sus primeros discursos. Sólo la idea fantasmagórica –heredada del franquismo- que sitúa al nacionalismo en la izquierda y al antinacionalismo en la extrema derecha pudo confundir a algunos sobre la naturaleza política de Ciutadans en su fase de despegue.

Hay grandes diferencias entre los votantes catalanes de Ciutadans y los votantes españoles de Ciudadanos

La gran mutación se ha producido en la composición social de su electorado. Hay grandes diferencias entre los votantes catalanes de Ciutadans y los votantes españoles de Ciudadanos. Por decirlo rápidamente: los segundos están mucho más próximos al centro-derecha que los primeros.

Tomemos como referencia dos elecciones recientes y muy próximas entre sí: las autonómicas de Catalunya de septiembre de 2015 y las generales del 20-D, apenas dos meses más tarde.

En las elecciones catalanas de 2015, Ciutadans obtuvo más de 700.000 votos, que le permitieron convertirse en el segundo partido más votado de Catalunya. Un salto espectacular. ¿De dónde vinieron esos votos?

Según el CIS, el 34% de quienes votaron a Ciutadans procedían del PSC; el 18%, del PP; y el 14,1% eran votantes anteriores de C’s. El crecimiento de Ciutadans se nutrió más de antiguos votantes socialistas que del Partido Popular. Ese dato es consistente con el hecho de que Ciutadans creció sobre todo en la provincia de Barcelona; y dentro de ella, en las poblaciones del área metropolitana que tradicionalmente fueron bastiones socialistas.

Todo indica que al extremarse la tensión en el eje nacionalismo-no nacionalismo, que dominó aquella votación, muchos votantes socialistas (probablemente muchos de origen no catalán y más identificados con el PSOE que con el PSC propiamente dicho) prefirieron la firmeza antinacionalista de C’s a la ambigüedad del PSC. Y lo hicieron sin desplazarse hacia la derecha, manteniendo sus convicciones socialdemócratas.

Los votantes catalanes de Ciutadans en septiembre de 2015 se clasificaban ideológicamente de esta manera: conservadores o democratacristianos, 20%; liberales o progresistas, 29%; socialdemócratas o socialistas, 22%.

En esas condiciones, era muy lógico que el partido incorporara la socialdemocracia a sus señas de identidad ideológica. Con ello recogían el sentir de una parte muy sustancial de su electorado.

Pero llegaron las elecciones generales, Ciutadans se transformó en Ciudadanos y compitió por primera vez en toda España con un resultado excelente –aunque algo inferior a las expectativas inducidas por las encuestas: 3,5 millones de votos y 40 diputados en el Congreso.

¿De dónde salieron todos aquellos votos? Por lo que declararon a los encuestadores del CIS, el 48% provenía del PP; el 22%, del PSOE; y el 9%, de UPyD. Los restantes, de otros partidos (en cifras no significativas) o de la abstención.

En Catalunya Ciutadans creció principalmente en su frontera con el PSC, en España Ciudadanos penetró sobre todo en el espacio del PP

Así como en Catalunya Ciutadans creció principalmente en su frontera con el PSC, en España Ciudadanos penetró sobre todo en el espacio del PP. De hecho, la mayoría de los votantes de C’s que dicen haber dudado declaran que su duda estuvo entre el PP y Ciudadanos.

Más datos. Ciudadanos obtuvo porcentajes de voto claramente superiores a su media nacional en territorios como Madrid (su mejor resultado), la Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla y León y Aragón. Todos ellos son territorios de hegemonía tradicional del PP. Sin embargo, tuvo y sigue teniendo dificultades para penetrar en fortalezas socialistas como Andalucía y Extremadura.

En la escala ideológica del 1 (extrema izquierda) al 10 (extrema derecha), los votantes españoles de Ciudadanos se ubican más hacia el centro-derecha que los votantes catalanes de Ciutadans. Y en cuanto a su propia definición, se distribuyen de esta manera: conservadores o democratacristianos, 22%; liberales o progresistas, 36%; socialdemócratas o socialistas, 16%.

Es decir: el componente conservador o liberal-progresista de Ciudadanos en España pesa un 58%, diez puntos más que el de Ciutadans en Catalunya. Y el componente socialdemócrata pesa en sus votantes españoles un 16%, seis puntos menos que en Catalunya.

Hay otros muchos datos que indican una mayor concentración de la base social de Ciudadanos en el centro-derecha que en el centro-izquierda. No sólo por sus opiniones políticas, sino también por sus hábitos de vida y su perfil socioeconómico. La gran diferencia que separa a Ciudadanos del PP es la edad: el partido de Rivera superó al PP en todos los tramos inferiores a 45 años, mientras los de Rajoy están bunkerizados en su hegemonía entre los mayores de 60.

Por último, está la práctica. En su función de bisagra, Ciudadanos está sosteniendo al gobierno de Rajoy y a cuatro gobiernos autonómicos del PP (Madrid, Castilla y León, Murcia y La Rioja); y sólo sostiene a un gobierno socialista, el de Susana Díaz en Andalucía. Algo muy parecido sucede en los Ayuntamientos: por cada alcalde socialista que gobierna con el apoyo de C’s, hay cuatro del PP que reciben ese mismo apoyo.

Ciudadanos proviene de Ciutadans, pero es una cosa distinta. Por eso era tan lógico que antes se llamaran socialdemócratas como que ahora hayan dejado ese nombre por el camino

No se trata, pues, de una decisión caprichosa. El partido de Albert Rivera ha hecho algo más que ampliar su radio de acción de Catalunya a toda España. En ese tránsito, ha mudado su piel. Ciudadanos proviene de Ciutadans, pero es una cosa distinta. Por eso era tan lógico que antes se llamaran socialdemócratas como que ahora hayan dejado ese nombre por el camino. Es el mercado el que define al producto, no al revés.