Estamos inmersos en un mes (de hecho, en unos años) donde las actividades políticas conforman nuestro día a día, pero esta semana, en Catalunya, los hechos se han precipitado. Esté en la calle, en los pasillos, en la oficina o en la mesa de casa, sólo hablemos de un tema, la intervención de nuestras instituciones. Hay derechos que creemos conquistados, como la libertad de reunión y la libertad de expresión, que se ven amenazados y no nos podemos poner de perfil, sino que nos tenemos que posicionar. Creo que en tiempos inciertos y tempestuosos hay que ser coherentes con nuestros principios más interiores, es una cuestión de dignidad personal; tanto al inicio como al final del día nos tenemos que poder mirar al espejo.

Alguien me ha preguntado, medio en broma, medio serio: "vosotros que sois genetistas, ¿qué podéis decir de la genética de los políticos?". Quizás es el fin de semana para intentar abordarlo y coger un poco de distancia. De hecho, la pregunta de si hay un determinante genético en las actitudes políticas (con mucho cuidado aquí, no estamos hablando de qué partidos votamos o nos identifican, sino de actitudes y talantes, como el pactismo, la empatía o la sofisticación política) hace tiempo que está siendo analizada por algunos grupos de investigación. En primer lugar, hace falta especificar que la genética del comportamiento humano es de difícil abordaje, porque estamos hablando de características muy complejas, donde a buen seguro que contribuyen factores genéticos (y no hablamos de uno o dos sino de muchos), pero también factores ambientales (entendiendo como ambiente, la educación que recibimos, el ambiente familiar y de los amigos que nos rodea, las normas culturales y sociales...), todo dificultando y enmascarando el análisis de la contribución de cada factor.

Los estudios de gemelos son muy importantes para distinguir la contribución genética y la del ambiente en el comportamiento humano

Si miramos históricamente, esta es una pregunta casi filosófica: ¿nos determina nuestra naturaleza (los genes) o la manera como nos han educado (el ambiente)? ¿Nuestro comportamiento es innato o adquirido?, una cuestión que suena mucho mejor en inglés, nature versus nurture, una frase que fue acuñada por Francis Galton (primo de Darwin y defensor acérrimo de sus teorías), cuando no había ni el conocimiento ni las herramientas para abordarlo científicamente. Hoy día, tenemos más herramientas como los estudios en un número elevado de individuos, técnicas de secuenciación masiva y los análisis de asociación (análisis que estudian si hay variantes genéticas más frecuentes en, por ejemplo, las personas altruistas con respecto a las que no lo son, tal como explicamos en otro artículo previo).

¿Y cómo se puede hacer este tipo de estudios? Clásicamente, los estudios de gemelos son una herramienta muy poderosa de análisis en genética de los rasgos psicológicos y del comportamiento. Se puede comparar, de un lado, una característica concreta del comportamiento y, por otra parte, las variantes genéticas heredadas en gemelos monocigóticos respecto de gemelos dicigóticos, con el fin de separar las diferentes contribuciones de la genética y el ambiente. Las diferencias de comportamiento entre dos gemelos monocigóticos se deberían básicamente al ambiente, ya que comparten el mismo ADN, proceden de un único embrión inicial y, por lo tanto, son idénticos genéticamente. En cambio, los gemelos dicigóticos son hermanos coincidentes en el tiempo, con una genética próxima pero no idéntica (por término medio comparten el 50% de su ADN), pero que han vivido en un ambiente básicamente idéntico, conviviendo en una misma familia e inmersos en la misma sociedad. Entre los años 2008 y 2012 salieron varios artículos científicos en revistas como Nature, o de genética y neurobiología muy reconocidas, resumiendo años de estudios intentando analizar la contribución de los factores genéticos y la contribución ambiental, tanto el ambiente individual (familia, amigos) como el ambiente común de la sociedad (ambiente compartido).

La genética influye en algunas características relevantes del comportamiento político

¿Y qué decían los resultados? Pues que hay variantes genéticas en genes relacionados con la producción o recepción de neurotransmisores (las moléculas mediante las cuales se comunican las neuronas, como la serotonina, dopamina, adrenalina...) y, sorprendentemente, también variantes en genes de receptores olfativos. Ahora bien, quizás no nos tendría que sorprender tanto, ya que justamente en la nariz tenemos neuronas que conectan directamente al cerebro (por eso hay drogas que se esnifan) y tenemos que recordar que en los animales, las neuronas olfativas y su sistema de transmisión de información es una "ventana" química muy importante del cerebro que permite percibir el ambiente y responder con rapidez. La relevancia de estas variantes era grande (más del 50% de la heredabilidad) al definir la ideología en genérico (conservadora/liberal) y, en cambio, parecería no afectar a la predicción del voto. La contribución del ambiente común y el individual también variaría y, por ejemplo, el ambiente común es importante en el voto en unas elecciones y en la actitud hacia la religión, mientras que el ambiente individual influiría más en las preferencias de las políticas exteriores. A pesar de hablar de arquitectura genética para explicar las preferencias económicas y políticas, no se trataría de un determinismo genético absoluto, sino de una elevada probabilidad de mostrar un comportamiento u otro. Estos trabajos marcaron un punto de inflexión, y en poco tiempo, varios diarios de renombre fuera del ámbito científico hicieron eco, como The Economist.

Nuestro comportamiento es fruto de nuestra genética modulada por el ambiente (educación, familia y sociedad)

¿Cómo es que parece que últimamente no hay tantos artículos sobre el tema? No nos engañemos, que no salgan en revistas generalistas no quiere decir que no se siga profundizando o estudiando, sólo quiere decir que los resultados no son tan "llamativos". Encontramos artículos más recientes en que se identifican nuevas variantes genéticas asociadas al "maquiavelismo" o a la empatía e, incluso, se han creado secciones especializadas en revistas de genética humana dedicadas a la intersección de la genética del comportamiento y la ciencia política.

¿Alguna vez habrá que hacer pruebas genéticas para escoger a nuestros políticos? La genética tiene muy poco que ver con qué partido político votaremos en unas elecciones, o por el que sentiremos una mayor afinidad, pero sí que influye en algunas características relevantes del comportamiento político, como la sofisticación en los argumentos o la tendencia a ser rígidos en nuestras posiciones, si somos altruistas y participamos en causas comunes o somos más individualistas, si tenemos tendencia a ser autoritarios o pactistas... la combinación de diferentes variantes genéticas que hemos heredado son moduladas por el ambiente, y acaban haciéndonos como somos: es nature via nurture, la naturaleza a través del ambiente.