La rentrée llega con fuertes vientos de cola. En un entorno agitado, como revelan las nuevas tensiones con Corea del Norte, la Unión Europea (UE) se presenta como un foco de dinamismo, aun cuando este factor diferencial no le eximirá de duras pruebas.

El martes las alarmas volvieron a dispararse cuando Kim Jong-Un ordenó el lanzamiento de un misil que sobrevoló Japón y cayó en aguas del Pacífico. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, calificó el desafío de "amenaza sin precedentes". El Ministerio de Asuntos Exteriores chino pidió a "ambas partes" que rebajasen la tensión en Corea, donde la escalada militar ha llegado a un "momento crítico". Donald Trump respondió que "todas las opciones están sobre la mesa". El jueves, aviones de combate norteamericanos, surcoreanos y japoneses sobrevolaron la península de Corea. El ministro de Defensa norteamericano, Jim Mattis, indicó que la vía diplomática no está agotada. Dado que el régimen de Pyongyang está protegido desde 1950 por Pekín, los expertos deducen que el enfrentamiento entre China y Estados Unidos lejos de atenuarse se amplía sin llegar a las armas.

El enfrentamiento entre China y Estados Unidos lejos de atenuarse se amplía sin llegar a las armas

En Texas, los expertos creen que el huracán Harvey superará los daños del Katrina, que en 2005 provocó unas pérdidas de 160.000 millones de dólares. De ese modo, EEUU se ha debido preparar para el mayor desastre natural de su historia. 

Para nivelar pérdidas y ganancias, Trump dio un discurso en Missouri  sobre la reforma tributaria  que prepara para diciembre y rebajará el impuesto sobre sociedades al 15%, lo que impulsará, dijo, la economía americana y la creación de empleo. 

La reforma tributaria y los grandes proyectos de infraestructuras suscitan fuertes dudas en los mercados. Según el Financial Times, los dirigentes de los grandes bancos americanos están vendiendo sin reparos las acciones de sus propias instituciones, entre los que estarían JP Morgan, Bank of America, Wells Fargo, Citigroup y Morgan Stanley, junto con Goldman Sachs, de cuyas filas han salido los actuales responsables de la política económica de la Casa Blanca.

La desconfianza de la City de los negocios está arrastrando a la libra esterlina hacia la paridad con el euro

En cuanto al Brexit, la política de dilación de Londres está empezando a pasar factura a la economía británica. "Los términos de la salida son completamente inciertos", dijo a comienzos de la semana Martin Wansleben, consejero de las Cámaras alemanas de Industria y Comercio DIHK.

De ello está resultando que muchas empresas alemanas han comenzado a retirar inversiones del Reino Unido anticipándose al aumento de las barreras comerciales que se impondrán después de la salida, según Reuters. El anuncio de que el gobierno de Theresa May va a proponer un Brexit blando a través de una "unión aduanera temporal" no está surtiendo efecto alguno.

La desconfianza de la City de los negocios está arrastrando a la libra esterlina hacia la paridad con el euro. A su vez, la moneda europea franqueó el martes el umbral simbólico de los 1,20 dólares, si bien bajó a 1,1887 después de que el BCE se mostrara alarmado de su apreciación. El euro había llegado a subir más del 14% desde enero respecto a la divisa americana.

La fortaleza que muestra últimamente la zona euro estará sometida a un duro test en Francia con las reformas que pretende poner en marcha Emmanuel Macron antes del verano del 2018, entre las que destacan las del mercado de trabajo, el seguro de paro, la formación profesional y las pensiones. "Los franceses detestan las reformas", se oyó decir a Macron en su último viaje a la Europa del Este. El 12 y el 23 de septiembre la Francia "insumisa" presentará la batalla en las calles. Septiembre no va ser un mes fácil en ningún lado.